Capítulo 14

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Sin perder más tiempo comenzó a moverse, necesitaba conseguir a alguien lo suficientemente fuerte y leal para que no interrumpiera con sus planes y fuera eficiente. Afortunadamente ya tenía a las personas que queria en mente, solo era cuestión de pasar a varios lugares para localizarlos y hacerle saber su propuesta, se unían a ella o morirían al negarse. Era una oferta lo suficientemente aceptable, ya que si se unían a su viaje, ellos estarían bajo su protección y eso no se le podía dar a cualquier persona.

Antes de seguir con su viaje, paso a alojarse a un pequeño pueblo cerca de Kirikagure. Tenia que encontrar a alguien ahí, pero antes ella necesitaba descansar. Todo el estrés vivido el último mes ya estaba afectandola demasiado. Se hospedó en un hotel cerca dentro del pueblo, unas horas más tarde comenzó a caminar para despejar su mente un poco y pensar en la estrategia que tenía para cumplir con su plan.

Al poco tiempo, Sarada llegó a las orillas de un río. Era un lugar bastante agradable, no había ninguna persona cerca y el sonido del río y los árboles la ayudaban a relajarse. Así que se sentó ahí para apreciar la naturaleza del bosque. Todo era tan tranquilo hasta que sintió una presencia detrás de ella y sin pensarlo dos veces sacó su katana y amenazó a la persona que osaba perturbar su paz.

— ¿Quien eres y que haces aquí?— cuestiono la chica.

— No te asustes— habló el hombre.— no te voy a hacer daño, solo pasaba por aquí, he caminado por mucho tiempo y estoy algo cansado, ¿Me permitirias sentarme aquí? —cuestionó con la voz tranquila, pero podía apreciar un toque divertido en ella. Habia señalado un espacio cerca de ella.

Sarada levantó la vista para observar al dueño de tan melodiosa voz y había algo en ese sujeto que le resultaba familiar. Era un chico un poco más grande que ella y tenía el cabello corto y de color negro. Usaba una camiseta de cuello alto color negro, se veía un poco cansado, pero tenía una sonrisa amigable, sus ojos eran de un profundo color negro, casi como los suyos. Justo como el tipo de persona que ella odia. Simplemente genial.— ¿Qué quiere...

—¿Qué estas pensando? —interrumpió para interrogarla, haciendo que se molestara, era de mala educación interrumpir cuando alguien estaba hablando. Parecía que ese sujeto no tenía nada de modales.

—!Eso no es de su incumbencia, usted sólo preguntó si podía sentarse aquí! —respondió tajante cruzando los brazos y ladeando la cabeza al lado contrario del hombre.— Hmp.

—Lo siento, no era mi intención incomodarte, disculpa mi atrevimiento —Lo escuchó decir mientras se levantaba y se retiraba del lugar. Sarada reaccionó al instante y giró su cabeza para disculparse con aquel hombre, quizá había sido un poco dura e injusta con él y no tenía por qué descargar su coraje con alguien que no le había hecho nada, pero al darse la vuelta, el ya no se encontraba ahí. Sus ojos se abrieron mucho mas ante la sorpresa, esa persona tenía una habilidad increíble para aparecer y desaparecer en un parpadeo. Suspiró observando la anaranjada tarde de aquel día que anunciaba que pronto anochecería. A lo lejos logró ver a un pequeño cuervo que la miraba desde lejos, pero no le tomó tanta importancia al pensar que era solo un ave.

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Unas horas más tarde, llego a hotel después de comer algo y se dispuso a prepararse para dormir. No pudo evitar pensar en el extraño chico que se había detenido a hablar con ella y había desaparecido sin dejar rastro.

— Definitivamente quero conocer un poco más a ese tipo— se dijo a si misma.

Tal vez si lo volviera a ver podría disculparse por su conducta. Había algo en él que no le producía desconfianza y por eso no actuaba reacia como con la mayoría de la gente.

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