Mío

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¿Qué era lo mejor de volver de la luna de miel? Qué de todos modos vivían solos, que ella estaba de vacaciones, y que podían seguir haciéndolo todo el día, como en esas dos semanas.

Poder besarlo con completa libertad, sin inseguridades, sentirlo, abrazarlo. Cada día que pasaba, más le gustaba Cillian, más lo quería.

Y le encantaba decir que estaba casada, que él era su marido. Era verlo sin ropa, y sentir su cuerpo entero arder en deseo. Ahora entendía a Marie cuando lo único que quería era estar con Tadel.

Y cada vez que lo miraba sonreír, lo único que quería era besarlo. Tal vez aún no podía aceptarlo, pero se estaba enamorando de él.

***

Cillian estaba observando el patio, pensando que podía cambiar de lugar, para poder hacer un pequeño jardín de invierno, donde pudieran pasar tiempo juntos.

Sintió los delgados brazos de ella en su cintura, y sonrió suavemente, acariándole los brazos.

—¿Vamos adentro? —le dijo apoyando su rostro en la espalda de él, besando suavemente sobre su ropa.

—En un momento, cariño.

—No, ahora —le dijo guiando sus manos hacia la entrepierna de él, haciéndolo reír bajo.

Se giró entre sus brazos, y la tomó del rostro para besarla, recibiendo su ansiosa respuesta.

—Estás demasiado sexópata —sonrió divertido contra sus labios.

—Pero estamos recién casados ¿Cuándo se supone que disfrutemos del sexo? ¿Cuándo tengamos hijos? Imposible.

—Hm, ¿Ya piensas en la idea de tener hijos conmigo? —sonrió mirándola a los ojos.

—Sí —le dijo dándole un beso corto en los labios—. ¿O tú no quieres?

La tomó por debajo de los muslos, y ella enredó sus piernas en la cintura de él, sonriendo.

—Me gustaría, sí, pero no aún. Es muy pronto, primero quiero que te recibas —pronunció entrando con ella a la casa.

—¿Cuántos te gustaría tener? —sonrió la rubia, pasando sus manos por el pecho de él.

—Mm, no lo sé ¿Dos?

—Es un buen número —susurró antes de besarlo.

Ella lo único que quería era volver a hacerlo, pero Cillian tenía otros planes para aquella tarde.

—Vamos a pasear —le dijo entre besos cortos.

—No —se quejó, intentando subirle la camiseta—. Prefiero quedarme en la cama contigo.

Sonrió divertido contra su boca, acariciándole las caderas, antes de separarse de ella.

—Llevamos un mes celebrando nuestra luna de miel, ¿No crees que ya es momento de salir un poco? ¿De ir a cenar? ¿Pasear? ¿El cine?

—No, me parece que podemos estar un mes más así —sonrió traviesa.

—Okay, es verdad —sonrió dándole un beso corto—. Pero, podríamos salir un poco también, pasar tiempo como pareja.

—Ya no me deseas.

—¿Qué? Lindsay tú sabes que eso no es verdad, incluso ahora mismo estás sentada sobre mi erección.

—Es sólo una reacción involuntaria de tu cuerpo.

—No, no lo es, amor, pero quiero-

—¿Cómo? —lo interrumpió ilusionada, al escuchar aquella palabra.

—¿Qué? ¿Cómo que?

—¿Cómo me llamaste?

—A-Ah... Amor —pronunció tímidamente.

—Ow, yo creo que si no aceptas, te terminó violando ahora —le dijo enternecida, antes de besarlo.

Se sentía tan bien escuchar que la llamara de ese modo.

***

Y luego de haber saciado a su joven mujer, que no era tarea fácil, finalmente habían salido de la casa, para poder ir al supermercado a comprar algo de comida.

La próxima semana Cillian comenzaría a trabajar con el papá de Lindsay, haciendo de su secretario. La rubia le había pedido a su progenitor que le diera un puesto de trabajo, para que el muchacho pudiera ir habituándose a lo que iba a estudiar.

Porque sí, Cillian estudiaría la misma carrera que ella, pero el próximo año.

Observó los aguacates, preguntándose cual debía llevar, cuando Lindsay llegó hasta él, y lo tomó de rostro para besarlo... Un beso para nada casto ni disimulado para estar en los pasillos del supermercado.

—Lind —pronunció sorprendido, mirándola sin palabras por tan repentina acción.

—Había una pelirroja teñida mirándote —le dijo seria, molesta—. Y tú todo inocente, mirando los aguacates.

Sonrió divertido ante su ocurrencia, y le dio un beso en la frente, para luego sujetarla de una de sus manos y llevar con la otra el carrito.

—No pensé que serías celosa.

—No soy celosa, pero no me gustó cómo te estaba mirando.

—Pero yo ni siquiera la vi.

—Pues ella a ti sí, creo que voy a tener que engordarte.

Río al escuchar aquello, negando con la cabeza.

—¿Qué dice el grabado de tu anillo?

—Sí, pero-

—¿Qué dice, preciosa?

Suspiró, mirando hacia abajo.

—"Sólo tú, Lindsay, desde hoy 12/02, y para siempre."

—Exacto, sólo tú y para siempre —sonrió robándole un corto beso.

Sí, era de ella, y ella de él, pero eso no evitaba que sintiera rabia cada vez que una mujer se "comía" a su esposo con la mirada.

—¿Qué tal si te tatúas mi nombre en la frente? Total, a ti te encantan los tatuajes.

Río bajo, y negó con la cabeza.

—Ay amor...

...

¡Pero es que miren a ese bebé! Hasta yo andaría de perra rabiosa con quien lo mirara 😡😒 jajajaj 🤣🤣❤️💞

CillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora