Preparativos

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—Día 15—

Ya había hablado con sus padres, para que le enviarán su partida de nacimiento, y demás documentos que les pedían para casarse. Su matrimonio por civil se llevaría a cabo en casi tres semanas, es por eso que Tadel había pedido una semana más para quedarse.

Lindsay quería que él y Marie fueron los testigos.

—Sí, pero el tema es que él es un tipo grande —pronunció la rubia, hablando por teléfono—. Mide más de un metro noventa, y es de porte ancho, musculoso.

Escuchó lo que le decían, negando con la cabeza.

—Nos casamos en tres semanas, no tenemos tiempo. Mira, el saco no es necesario, un chaleco le quedaría bien también. El tema es el pantalón y la camisa. En lo posible, quiero un pantalón negro, y una camisa color hueso, quiero que combine con mi strapless. ¿Cuándo podríamos ir para que se mida la ropa?

Cuando la rubia terminó de hablar, escuchando que tenían una cita para el viernes, la miró curioso.

—¿Debo ir de traje?

—Ajá, aunque no sea una boda real, quiero que ambos nos veamos muy bien.

—¿Invitarás a tus padres?

—Nop, no haremos una ceremonia o algo así.

—De acuerdo...

Ella sonrió y tomó las llaves de su moto.

—¿Estás listo? Debemos ir a elegir los anillos.

—Sí, vamos.

***

—Me encanta éste —sonrió mirando un par de anillos—. Es más, si nos queda, lo llevamos ahora.

Lindsay le pidió al vendedor para probárselo, comprobando que le quedaba un poco suelto.

—Podriamos tenerle uno listo para dentro de unas semanas.

—No, nos casamos para el doce de febrero —le dijo desilusionada—. Muéstreme ese —le pidió señalando otro.

Y ese le quedaba perfecto a la rubia, pero a Cillian no, le quedaba chico su par. Apenas le llevaba a la segunda articulación de su dedo anular.

—Uy, me había olvidado que el grandulón tiene las manos grandes —sonrió divertida, abrazándolo por la cintura—. Ya sé, mejor no me muestre pares, elegiremos por separado.

Luego de quince minutos de estar probándose diferentes anillos, ambos habían conseguido dos que le quedaban bien. Lindsay uno de oro con una fila de pequeños diamantes, y Cillian uno de oro liso.

—¿Cuánto demorarían en grabarle algo? —preguntó el castaño al vendedor.

—Una semana como mucho.

—¿Grabarle? ¿Para qué? —preguntó curiosa ella.

—Porque me parece un lindo detalle. Quiero grabarles la fecha.

La rubio miró al vendedor, y se encogió de hombros.

—Bueno, le grabaremos también la fecha —sonrió.

***

—Mira ¿Qué te parece? —le preguntó Lindsay, enseñándole unas fotos de unas cabañas.

Cillian las observó, y notó que eran unas cabañas vacacionales, muy bonitas, amobladas completamente. Estaban ubicadas en un lugar rodeado de sierras y vegetación, realmente hermoso.

—¿Dónde es esto? ¿Es el asentamiento?

—No —sonrió—. Son unas cabañas de mi abuela, le diré que nos alquile una por unos días.

—¿Por qué?

—Porque tenemos que irnos de luna de miel a algún lado ¿No? ¿O es qué quieres que pasemos la noche con Marie?

—Creí que esto era de mentira —le dijo confundido.

—Sí, pero quiero tener un lindo recuerdo —pronunció tomando su celular, mirando más fotos.

—Es un bonito lugar, me gusta.

—Perfecto entonces —sonrió.

***

—Día 18—

Se suponía que todo era falso, que sólo sería la unión en el registro civil y ya, pero a medida que pasaban los días, Lindsay parecía más entusiasmada.

Ahora no sólo se irían de luna de miel dos semanas a las cabañas de su abuela, que por cierto, les había regalado las estadía completa, sino que también una de sus tías estaba organizando todo para la ceremonia.

Su tía se había enterado de la boda gracias a una prima de Lindsay, que había sido notificada por Marie. Si, al parecer toda su familia ya sabía de su casamiento, menos sus padres que llegaban en dos días.

—No conseguimos salón —bufó Marie—. ¡Lo tengo! Hagamos la ceremonia en casa de mis padres —sonrió emocionada—. Sabes que tenemos un jardín enorme, precioso, que podemos adornar con muchas flores y tules.

—¿Y tus padres querrán?

—¡Claro! Estarán encantados —sonrió despreocupada—. Es más, tengo un primo que se encarga de decoración de eventos y esas cosas ¿Cómo se les llama? Bueno no importa, pero aquí tengo su número, podríamos...

Tadel observó a Cillian, y sonrió divertido.

—Wou ¿No sé suponía que era una boda falsa? Ahora tendrán luna de miel, ceremonia, conocerás a toda su familia, que locura.

—Me preocupan sus padres —le dijo con completa sinceridad—. No sé qué van a pesar al respecto.

—Pues ella parece tan emocionada, que no creo que le importe que piensen sus padres. Hasta su familiares están emocionados con todo esto, y ni te conocen.

—Sí, y me casaré con una mujer que ni he besado... —murmuró.

...

CillianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora