Cafe

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He pasado los últimos ocho meses pensando que todo lo que el amor hace es romper y quemar y acabar, pero... en un café, lo vi comenzar de nuevo. –Taylor Swift.

Beverly Hills

Domingo, ocho y treinta de la mañana. Piper continuaba mirándose en el espejo de pie, que había mandado a comprar el día anterior, cuando había sentido que era una estupidez seguir ignorándose a sí misma, y evitar mirar su reflejo en cada superficie relativamente brillante que se encontrara. Había pensado que era una buena idea... Ahora solo quería patear este nuevo espejo y romperlo en mil pedacitos.

Su cabello no se había visto así de desordenado en siglos, tampoco así de corto. Se había puesto un vaquero que se le veía relativamente bien, y una camiseta holgada que pretendía hacerles creer a sus dos amigos que "había tomado lo primero que se le había pasado por el frente"; la verdad era que llevaba dos horas cambiándose de ropa y aún no estaba satisfecha con el resultado. Uno de sus pies tenía un zapato de bailarina, el otro un taco de cinco centímetros.

Si era honesta con ella misma, quería usar los tacones, pero había una vocecilla en la parte trasera de su cabeza, que le decía que no debía. Por alguna razón en la que no quería ponerse a pensar demasiado, esa vocecilla se escuchaba justamente como Derek Pay. A él nunca le había gustado que Piper lo equiparara en tamaño, y quizá por eso siempre se molestaba cuando tenían que asistir a algún evento y ella forzosamente tenía que ponérselos y...

Joder, ya estaba pensando en ello demasiado.

Sacudió primero su cabeza y luego su pie, lanzando hacia la derecha el zapato de bailarina, y con un coraje que le sorprendió a sí misma se enfundó la pareja del tacón tan rápido como pudo. Tomó un cardigan para protegerse del viento otoñal y salió por la puerta de su habitación casi rabiosa. No se dio cuenta de que incluso estaba frunciendo el ceño hasta que llegó al final de las escaleras.

Por un segundo se quedó observando el lugar de la sala en el que había tenido su pelea en tanga contra Calipso, y eso la hizo sonreír ligeramente; luego recordó que probablemente la chica se enfadaría si Leo realmente metía la pata al salir con ella y Jason sin invitarla, y la preocupación volvió a apoderarse de su estómago. Cerró los ojos un segundo, respiró profundo, se colocó sus audífonos y al entrar en su vehículo le ordenó al chofer que la llevara hacia el café en el que habían acordado verse.

Jason se levantó incluso más temprano, para ir al Gimnasio, y luego pasar a su casa (Sí, tiene casa, aunque solo duerma ahí una vez al mes) para tomar una ducha y... alimentar al pez, o quien sabe qué cosa. El punto era, que le había dicho que se encontrarían en el lugar, y por algún maldito motivo en el que Piper tampoco quería ponerse a pensar demasiado, ella estaba jodidamente nerviosa por eso.

¡Vamos! ¡Qué se trataba simplemente de Leo y Jason! ¿Qué era lo peor que podía pasar? Ya sabía cómo ambos iban a reaccionar, eran hombres. En el mejor de los escenarios ignorarían por completo su apariencia física: ropa, zapatos, peinado; a ellos les daría igual y empezarían a conversar sobre cualquier estupidez. En el peor de los escenarios, Leo le haría un poco de bullying saludable de mejor amigo, y Jason... Jason...

Bien, ahí era en donde radicaba el problema.

Piper no sabía qué sería lo que haría Jason. Sabía lo que ella quería que él hiciera, y eso era elogiarla, decirle que se veía bonita, incluso si no era verdad. Eso era lo que el chico había estado haciendo durante los últimos meses.... ¡Okay! Era lo que el chico había estado haciendo durante el último par de vidas, probablemente. Pero qué haría ella si Jason decidía unirse al bullying amistoso de Leo. ¿Lo tomaría a mal? ¿La lastimaría? ¿Se le rompería el corazón en miles de pedacitos?

Una de sus canciones más viejas empezó a sonar a través de sus audífonos, hablaba sobre un chico (rubio) que tenía una mirada encantadora (de ojos azules) y que había dejado a la protagonista de la historia completamente enamorada de él a primera vista (o después de mucha insistencia). A ella siempre le había gustado esa canción por ser inocente, y porque la melodía te hacía sentir feliz. Sin embargo, a Derek le parecía aburrida y no la entendía. Quizá por motivos como este esa relación no había funcionado.

Quizá él realmente nunca se había esforzado por comprenderla a ella, ni a su música.

Llegó al café-restaurante, faltando diez minutos para las nueve. Creyó que iba a ser la primera en aparecer, sin embargo tan pronto como entró al lugar fue capaz de localizar a Jason, que ya había reservado una mesa, y que se levantó y movió la mano para llamar su atención. Como si el lugar estuviese repleto de personas, como si para ella fuera difícil localizarlo. Una sonrisa sincera se quedó grabada sobre los labios de ella.

Caminó hasta alcanzarlo, lo abrazó y le dio un ligero beso en la mejilla. Colocó su bolso de mano sobre la mesa y estaba a punto de sentarse cuando se dio cuenta que él había corrido la silla para hacerle espacio y ajustarla tan pronto como ella se sentara. El simple gesto caballeroso hace que a ella le den escalofríos y le tiemblen las piernas. No se había sentido así desde... desde... Ni siquiera era capaz de recordar cuándo.

— ¿Has hablado con Leo?— preguntó él, tan pronto como ambos estuvieron sentados.

—No desde ayer— contesto ella, y por algún motivo le resultaba difícil mirarlo a los ojos. Quizá simplemente no quería que él pudiera leer la pregunta que se dibujaba en sus ojos: ¿Qué tal me veo?

—Bueno... ya aparecerá— dijo él, con una sonrisa tranquila. Un pequeño silencio se apodera del espacio, y Piper empieza a sentir que hay algo mal con su propia cara. ¿Acaso tenía comida entre los dientes? ¿O el labial le había manchado? ¿Quizá tenía una nueva espinilla en la nariz?

— ¿Qué?— No pudo soportarlo más, y preguntó, cuando sintió que la mirada fija de él, sería capaz de asfixiarla.

—Nada— sonrío Jason, para luego señalar la camiseta de ella— "SugarLand", siempre me gustó su música. ¿Sabes si lanzarán algo este año?

Ella se limitó a negar con la cabeza. De pronto su lengua había decidido dejar de trabajar.

***

Hola Hola Corazones!!

Dejen sus sensuales estrellitas y comentarios, los amo

Muak Muak

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