Uncomfortable

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En el momento en el que el teléfono de Hades comenzó a sonar, las tres personas en el apartamento de Frank, dieron suspiros de alivio

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En el momento en el que el teléfono de Hades comenzó a sonar, las tres personas en el apartamento de Frank, dieron suspiros de alivio. El papá de Hazel levantó el móvil de la mesa, miró la pantalla y al reconocer el nombre de su otro retoño, se disculpó con sus acompañantes y caminó lejos de ellos para atender la llamada.

No vio cómo Frank casi se derritió en su asiento, soltando el aliento que había estado reteniendo durante todo el día, ni tampoco como Hazel rodaba los ojos y dejaba el lápiz y papel sobre la mesa, para proceder a estirar sus brazos hacia el techo y hacer sonar su cuello y espalda, intentando deshacerse del cansancio y estrés. Su teléfono iba por el cuarto tono cuando finalmente atendió:

—Pronto — contestó en italiano, como siempre lo hacía para hablar con su hijo. No había pasado mucho tiempo desde el fallo del caso Coppola, así que, de inmediato, agregó—: ¿Cómo estás?

—¿Dónde estás? — Nico contestó con otra pregunta, cosa que a Hades le sacaba de quicio, así que rodó los ojos con premura antes de escuchar lo demás— Llamé a tu oficina y tu secretaria dijo que tienes el día libre. Llamé a Perséfone y dijo que no estabas... ¿Tengo que buscarte por todo el país?

Hades se separó el celular de la oreja un momento, para mirar la pantalla y descubrir que no tenía llamadas perdidas, así que se lo hizo saber, a lo que Nico refutó con un:

—Seguramente no tenías señal. ¿En qué montaña estás escondido? —soltó una risa burlona y luego—: ¿Te asustó Perséfone acaso?

—¿Qué necesitas? — Hades decidió usar la estrategia de Nico, y contestar la pregunta con otra pregunta. No se le escapaba de las manos que Nico estaba evitando contestar a propósito, tampoco, que sonaba particularmente tranquilo y feliz.

—Hay un archivo que dejé en mi computador portátil en la mansión— le dijo, aún con la diversión en el tono de voz—, lo necesito para el caso de Piper, creí que lo tenía en la nube, pero no lo encuentro por ningún lado. ¿Crees que podrías buscarlo y enviármelo?

—¿Lo necesitas ahora mismo? — su ceño se frunció al tiempo que preguntaba. Para empezar, ni siquiera sabía que Nico había dejado una laptop en su habitación en la mansión—. Estoy con Hazel y Frank en este momento.

—Pues diles que paguen el internet o te de la clave del WiFi, para que atiendas mis llamadas— casi pudo ver a Nico rodar los ojos, no pudo evitar sonreír un poco por eso— ¿O están en un café? Vaffanculo... Ellos pueden esperar. Apuesto a que ni quieres estar ahí. Úsame de excusa para escapar, te conviene.

Hades los miró por el rabillo del ojo, y los descubrió concentrados en sus respectivos apuntes, ninguno de los dos le estaba prestando atención.

—Voy a poner toda la culpa sobre tus hombros— le contestó, decidiendo que ya había ayudado un poco a su hija por el día, y ahora le correspondía hacer lo mismo por su hijo — ¿Dónde está? ¿En tu habitación?

Returning HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora