Aún más que ellos

Dome

Tengo que recordar: aviso +18

Dome se acercó al lavabo, abrió el grifo y con las manos mojadas se frotó el rostro. Tenía que borrar la imagen del hermoso hombre casi desnudo en su cama. Apoyó los codos en el mármol mientras, con las palmas en las sienes y los dedos tironeando sus cabellos, se sostenía la cabeza.

¿Cómo podía pensar en él de ese modo ? No por ser hombres, obviamente, trabajar en un bl, se supone, que te hace ser abierto de mente en ese tema. Pero es que Pavel jugaba en otra liga.

Alzó la mirada hasta encontrarse a sí mismo en el espejo. Sin maquillaje, sin cremas, incluso sin afeitar, totalmente natural. Se veía bien. Alguna vez fue un niño "adorable", fue un adolescente bastante bonito y había crecido para convertirse en un hombre bien parecido. Tenia ojos grandes, bonitas cejas, labios gruesos que mejoraban con el maquillaje y unos hoyuelos que muchos admiraban. Y que Pavel se empeñaba en picotear con el dedo cada vez que tenía oportunidad.

No era del tipo dulce como Earth y Benjamin ni era lindo como Nine. Tampoco era absurdamente bello como Joong. Era simplemente guapo y no le parecía suficiente. No cuando pretendía algo, a lo que no podía, ni quería, poner nombre, con el hombre más perfecto que había visto nunca.

No sólo era encantador y divertido con un humor a veces ácido, otras picante. Cariñoso y buen compañero. También era guapísimo y tenía un cuerpo para recorrerlo con la boca de arriba abajo, de abajo arriba y vuelta a empezar...

Mierda!! Así no iba a calmarse. Descartado usar el retrete o, tal y como eso estaba, se orinaría en toda la cara.

Con las prisas, no había llevado ropa de cambio, pero igual decidió tomar una ducha que le ayudara a relajarse. Para salir, con el albornoz, sería suficiente.

Se quitó la ropa completamente y, antes de entrar a la ducha, observó su cuerpo en el espejo. Se sentía orgulloso de si mismo, con mucho esfuerzo había convertido el ligero sobrepeso de la niñez en músculos bastante atractivos. Sus brazos eran firmes y torneados, su espalda ancha y su abdomen totalmente plano. Tenía piernas largas y... mejor no decir nada del desafiante pequeño Dome que se negaba a volver a una posición relajada.

Manipuló los grifos, dirigiendo los chorros a la posición que le gustaba, controlando la temperatura y después dejó fluir el agua. Estaba templada y le acariciaba suavemente la piel...si sólo pudiera compartirla con él.

Podía imaginar el rostro de Pavel surgiendo entre los vidrios de la mampara, con su sonrisa pícara. Él se fingiría disgustado, pero aceptaría la compañía. Se sentiría intimidado con la mirada de deseo de esos ojos castaños de reflejos ámbar, se mordería el labio nervioso y Pavel le instaría a dejarlo para no hacerse daño. Quizás besaría sus mejillas con ternura y él podría besar los pequeños lunares asimétricos en su rostro. Esos que le volvían completamente loco.

Desnudos, mojados, los dos se tocarían con deseo, pero con temor. Tal vez la vergüenza se apoderase de él y reaccionara dándose la vuelta para no enfrentar a Pavel cuando quisiera besarlo en los labios. Pero sería en vano, porque Pavel se acercaría desde atrás, lo abrazaría por la cintura y lo besaría, al inicio con suavidad; los hombros, el cuello, la mandíbula. Hasta llegar a su boca y devorarla con calma pero profundamente...

En ese momento, con su mente perdida en tan lúbricos pensamientos, Dome gemía recostado en el pequeño asiento enfrentado a la columna de baño. Su mano derecha, impregnada en aromático aceite corporal, se movía sin prisa, arriba y abajo sobre su pene totalmente erecto. Su mano izquierda había bajado de su rostro a su pecho, había retorcido sus gruesos pezones rosados hasta enrojecerlos y había seguido bajando para acariciar el escroto mientras, uno de los dedos, apenas rozaba tentativamente su ano.

Subió la temperatura del agua y tomó un poco más de aceite. Su compañero seguiría detrás de él, su mano, grande y fuerte, tomaría su erección, masturbándolo sin prisas. Él trataría de retribuirle, le pediría permiso para probarlo de nuevo y disfrutaría del sabor del miembro caliente en su boca. Pero no por mucho tiempo. Pavel era apasionado y pronto lo alzaría para volver a besarlo, ahora con hambre. Con cuidado acariciarla su entrada, probándolo, preparándolo, excitándolo al extremo, hasta hacerlo gemir por más. Entonces lo giraría hacía la pared y sin dejar de besarlo por todas partes, comenzaría a dilatarlo con cuidado...

El primer dedo entró, ayudado por el lubricante, causando un delicioso placer, el segundo, en cambio, provocó un relámpago de dolor, pero perdido en su fantasía sólo pudo continuar mientras sus labios ya repetían como un mantra

-Phoom, Phoom, Phoom*

Baia, baia. Intenso bebé Dome.

*phoom: aunque el fandom lo llama Pavel, Phoom es el verdadero apodo y es como todos los chicos lo llaman.

Para lo que no tienen suficiente con la imaginación, tengo fotos.

Hasta el lunes. ; p