Lluvia de Canela avanzaba a paso lento, con la cabeza baja y sin dejar de pensar en la responsabilidad que caía sobre su lomo. Sabía bien que no había nacido para ser líder, aunque fuese algo temporal; que su hermano podría liderar mejor que ella. Algunas veces, volteaba hacia atrás; a un lado, Ráfaga de Nieve y Cerezo caminaban a la par; al otro lado, Manchada caminaba pendiente de cada cosa a su alrededor. Mientras que atrás de ella, al menos a un zorro de distancia, cabizbajo y con una expresión de rabia en su rostro, iba Huella Ligera. Comprendía su malestar y eso la hacía sentir peor.
–No debería ocupar yo este lugar... –murmuró la joven guerrera, pensando en voz alta.
–Lo harás bien –le sonrió Manchada al oírla.
–No comprendes... Yo no nací para ser líder de nada ni nadie. Huella Ligera debió ocupar mi lugar.
–El Clan Estelar conoce a todos los gatos que habitan este bosque y sabe sus debilidades y fortalezas. Le simpatizas a Azabache, y esa ya es mucha suerte. Ella ve en ti una personalidad fuerte y decidida, así también el Clan Estelar. A veces, estas pruebas son necesarias para todo guerrero. Ellos debieron saber lo que ocurriría en el campamento...
–¿Estás diciendo que ellos no nos advirtieron? Los cachorros de Brizna murieron a causa de eso, y nosotros también pudimos haber muerto. Lo que estás diciendo es que el Clan Estelar estuvo dispuesto a matarnos.
–No he dicho eso. No hubo oportunidad de advertirnos a tiempo. Estoy segura que Tormentosa nos hubiera dicho algo de haberlo sabido antes.
Caminaron un largo trecho antes de llegar a los faldeos de los montes. Exhaustos, se reunieron a descansar bajo las ramas de un roble viejo.
–No hay rastros recientes de Dos Patas en esta zona –Lluvia de Canela olfateó el aire antes de decir– Ni tampoco parece haber gatos de otros clanes.
–Quizás aquí podríamos instalarnos –añadió Cerezo, con una chispa de esperanza en sus ojos.
–No es tan sencillo. Hay que revisar que sea seguro –intervino Huella Ligera– No hay rastros de enemigos cerca, pero puede ser que así como nosotros hemos llegado aquí, otros gatos también puedan encontrar este sitio.
–¿Y qué propones? –le preguntó su hermana.
–No lo sé, tú eres la líder –le dijo con frialdad.
–Oigan, somos un equipo –interrumpió Manchada– Si alguien tiene una idea o sugerencia, puede decirla o mejor permanecer en silencio.
–Exploremos la zona –se adelantó a decir Lluvia de Canela– Percibo un leve rastro de Dos Patas, pero no es reciente. Quizás tengan un campamento aquí.
–Creo que hablo por todos, si pido que antes de seguir descansemos un momento –habló Ráfaga de Nieve.
Los demás gatos asintieron. De esa manera, se refugiaron a la sombra de las ramas.
Mientras estaban echados, una vibración en la tierra alertó de inmediato a Lluvia de Canela. La joven guerrera se levantó deprisa y miró hacia el grupo, que dormitaba tranquilamente.
–Huella Ligera... –lo movió un poco, empujándolo con la nariz– ¿Sentiste eso?
–Uhm... sí... –murmuró de mala gana, sin moverse de donde estaba acostado.
–¿Qué crees que haya sido? –preguntó preocupada.
–Una gata irritante... –abrió un ojo, mirándola.
–Yo no, cerebro de ratón. Ese movimiento.
–Tu nariz chocando en mi costado...
–Hablo en serio –protestó.
–Fue un sueño... Anda, déjame descansar –se ovilló, cubriendo su cara con su pata.
–Tonto –gruñó, dando media vuelta y caminando hacia lo alto de una roca cercana.
Trepó y observó desde ahí todo a su alrededor. No habían señales de nada, todo parecía muy tranquilo en el bosque. Alzó su nariz, buscando algún aroma que le resultara ligeramente familiar, pero nada. Entonces, enfocó un poco más su vista, hasta ver a varios zorros de distancia lo que parecía ser la entrada a una cueva. Volvió la vista atrás, hacia el grupo que descansaba, antes de animarse a avanzar en dirección a ésta. Entre más se acercaba, más fuerte podía percibir el olor a monstruo de Dos Patas. Se paralizó a mitad de camino. La vibración en la tierra volvía una vez más. Intentó encontrar otro olor en el aire, a las afueras de la cueva, pero no había nada. Con temor, regresó con el grupo, mirando seguido hacia atrás.
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La Sombra que Extinguirá la Flama
Hayran KurguMiniserie que relata el exilio del Clan de la Flama luego que los Dos Patas destruyeran el campamento, y la lucha de éstos por encontrar un nuevo territorio. Vinculado con la profecía que anunciaba la desaparición del clan.