Seguíamos mirándonos pero el no decía nada asique fui yo la que hablo.
- Creo que he metido la pata, mejor es que me vaya y si desea hablar conmigo sabe mi número.
Me di la vuelta y me marché a mi casa, cuando llegue tenía una carta pegada en la puerta, me extrañó mucho mire a todos lados porque solo ponía para la inquilina y no tenía remitente.
Entre en casa me di una ducha caliente y después de prepararme un té cogí la carta, la letra me era conocida pero no sabía porque cuando vi la primera imagen me quede helada, además de recobrar la memoria me había encontrado.
Desde que te marchaste no he sido capaz de sacarte de mi cabeza, recuerdo cada caricia que te dedique, como tocaba tu cuerpo y hacía que te estremecieras, para luego poseerte como un obseso, te he vuelto a encontrar y ten presente que esta vez no voy a dejarte escapar.
Tenía miedo sabía lo que podía pasar si él se volvía a obsesionar conmigo.
Fui corriendo a la habitación a coger el teléfono para llamar a mi jefe y decirle que tendría que salir de la ciudad unos días para despistarle.
- Señor siento llamarle tan tarde pero necesito salir unos días de la ciudad.
- Me has pillado con el teléfono en la mano, necesito que me acompañes como mi secretaria a Sevilla.
- De acuerdo Señor, si es lo que necesita le acompañaré, mañana iré a primera hora a la oficina y si desea ultimamos detalles.
- Puedo pasarme por su casa en media hora y así salimos mañana ya de viaje????
- Vale señor como desee.
Me había vuelto loca tenía la casa patas arriba y le había dicho que vendría, como loca me puse a recoger y a limpiar todo cuando él llego estaba cocinando algo para picar, unas gambas al ajillo había cortado un poco de jamón y queso que me había mandado mi familia, he iba a hacer una salsa de pimienta y queso para unos solomillos que ya estaban en el horno envuelto en hojaldre.
Escuché la puerta de casa y le chille que la puerta estaba abierta que estaba en la cocina, escuché cerrar la puerta y pasos hacia la cocina.
- Jolin que bien huele, pero que estás haciendo.
- Cuando estoy nerviosa me pongo a cocinar lo siento que todo esté patas arriba.
- Para nada bueno en que puedo echarte una mano porque lo de estar quieto no me va.
- No porfavor es un invitado para lo que me queda solo tardaré 10 minutos.
Vi como se dirigía hacia la sala y yo me dispuse a terminar las salsas, cuando vi que estaban ya casi echas me dirigí a la mesa a prepararla pero lo que no me esperaba es lo que habría encima de ella, esposas, collares, palas, látigos, cuerdas y muchísimas cosas más mis ojos se salían de sus órbitas no esperaba para nada que él hubiese venido a mi casa con todo ese arsenal.
- No te preocupes el fuego ya está apagado primero deseo terminar algo que empezamos en el club y no terminamos por que tus conocidos nos interrumpieron.
Solo un gesto vino a mi cabeza me coloqué de rodillas ante él con la cabeza hacia abajo y le dije.
- Señor a sus pies me encuentro haga con mi cuerpo lo que desee.
- Solo deseo tu placer asi que vamos a coger todo lo que hay en la mesa y vamos a ir a su habitación que me he fijado tiene una cama muy buena para atarla en ella.
El calor recorría mi cuerpo pero sobre todo se notaba en mi cara estaba roja como un tomate me daba vergüenza, le ayude a coger todo lo que había traído y nos dirigimos a mi habitación, pero una pregunta rondaba mi cabeza.
- Como sabe que mi cama es de barrotes?????
- Porque a la señora que paga todos los meses el alquiler es mi madre.
Alucinaba en colores ahora más que nunca si quería morir de la vergüenza.
- A por favor como voy a mirar a su madre cuando vaya a pagarla después de todo lo que usted sabe de mi y yo de vos???
Dejé las cosas en la cama y me puse a dar vueltas por la habitación no sabía dónde esconderme quería morir y enterrarme bajo tierra, pero en una de la vueltas noté un azote bastante fuerte, me giré para decirle 4 cosas pero sólo su mirada me hizo detenerme en seco, puso un dedo debajo de mi barbilla y me dijo.
- Querías decirme algo o solo vas a obedecer lo que yo te mande, porque la otra noche en el club me quede con muchas ganas de enseñarte de lo que soy capaz.
Todo el calor que mi cuerpo emanaba se dirigió a un solo sitio, llevaba mucho sin acción de ninguna forma y mi cuerpo ya lo necesitaba.
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Playa o piscina
Short StoryUn día como otro cualquiera pero siempre el mismo sueño y la misma persona incordiante al lado. Cuando se juntan el presente y el pasado recuerdos.