Primer contacto

26 1 0
                                    

Llevaba mucho tiempo sin tener una sesión, sin encontrar a nadie que me diese la calidez o por decirlo de otra forma la seguridad para entregarme pero él tenía algo, me daba esa calidez que tanto necesitaba.
- Lo primero son los límites, las fantasías que tengamos cada uno etc.
- Tus limites ya los se les recuerdo del día del club tus colores es una cosa que no olvido fácilmente.
- Entendido y como desea que le diga señor o prefiere que nos tuteemos.
- Eso se irá viendo, según vayamos avanzando, pero antes de nada quiero que vaya a la ducha y la prepares para que yo te relaje como es debido y mientras preparas el agua yo prepararé todo lo que hay en la cama según quiera ir usándolo contigo.
Me dirigí al baño y en vez de encender la ducha llené la bañera de hidromasaje eso me vendría de perlas con la tensión y la ansiedad que me había entrado, note su presencia en la puerta, y cuando me giré vi que traía unas tijeras, me corto el delantal, la blusa y el sujetador, la parte superior ya estaba a su entera disposición, me bajo con mucho cuidado las mayas, en lo que me acorde en ese momento que no llevaba ropa interior, al darse cuenta él mi vergüenza aumento.
- Veo que eres caliente y que estás preparada para cualquier encuentro.
- La verdad esque cuando me llamo acaba de salir de la ducha y me puse lo primero que pille ni pensé que iba a ocurrir algo así.
- Me encanta esta sinceridad, pero ahora metete en la bañera porque yo también voy a entrar, y que sepas que está habitación era la mía cuando estudiaba aquí, por eso sé cómo es, y con mi primer sueldo pague este baño.
Vi como se iba quitando la ropa, si con el traje del club me había parecido un Dios griego ahora era el mismísimo Zeus reencarnado, entro en la bañera y se colocó detrás de mi, masajeando mis hombros y mi espalda, siguió con mis lumbares y yo estaba relajadisima cuando noté que me cogió del trasero para sentarme encima de él, su ereccion era notable, subió sus manos y volvió a masajear mi cuello para bajar sus manos hasta mis pechos estuvo un rato largo jugando hasta que noté un pellizco mire y había colocado unas pinzas en mis pezones con una preciosa cadena plateada, con su mano derecha tiraba ligeramente de la cadena, pero su mano izquierda fue directa a mi centro, donde más necesidad tenia, donde más ganas me daban de que me tocaran y atendieran, acariciaba suavemente hasta que noté como me abría con dos dedos y empezaba a introducir otro, cuando le sacaba jugaba con mi clitoris, algo que me traía de cabeza, se acercó a mi oído mordiendo el lóbulo de mi oreja y me dijo muy despacio.
- Mira bien todo porque cuando cruces esa puerta sólo podrás disfrutar ya que taparé tus ojos y no volverás a ver nada hasta que yo crea que estás lo suficientemente cansada de correrte.
Nunca pensé que esas mínimas palabras pudieran calentarme tantísimo, salió poco a poco de la bañera cogiendo una toalla que colocó alrededor de su cintura, me ofreció la mano para salir yo, vi como cogía otra toalla y empezó a secar cada parte de mi cuerpo.
- Bueno ya estás bien seca y ahora es el turno de ir a mi terreno donde mejor me sé desenvolver, y este cuerpo está echo para el pecado.
Me llevo hacia la habitación, pero al llegar a la puerta del baño me había vendado los ojos no sabía con que ni de donde lo había sacado, me guiaba de la cintura hacia la cama, yo iba de espaldas cuando toque el borde me dijo.
- Túmbate en la cama con los brazos arriba y las piernas abiertas.
Así hice me coloqué como el me indicó y en nada noté que algo se cerraba alrededor de mis muñecas y mis tobillos.
- Muy bien no voy a decirte que usaré en cada momento pero tendrás que averiguar y si fallas alargaré más la llegada de tu orgasmo.
- Como desee mi cuerpo lleva tiempo sin ser usado asi que no se lo que resistiré.
Noté el frío cuero de una cedras supuse que sería el látigo de 7 colas que había subido yo a la habitación.
- Que es lo que estoy usando??
- El látigo, señor
- Muy bien bebe.
Así seguimos jugando no sabía las veces que había conseguido que me corriera pero estaba exhausta, me quito la venda de los ojos y me dijo ahora es momento de que tú me eches una mano, vi su tremenda ereccion no sabía cómo podía haber aguantado tanto tiempo sin correrse.
No sabía lo que desearía asi que me coloqué de rodillas ante él y empecé a masajear su polla con mis pechos mientras lamía su capullo sabía que lo estaba haciendo bien con solo escuchar sus jadeos, noté como cogía mi cabeza para profundizar la velocidad, sin previo aviso me separo de él, me levanto del suelo y me tiro en la cama.
- Prepárate para quedar llena y exhausta.
Me echo el mejor polvo que hacía tiempo que no me echaban, no recostamos en la cama y quedamos dormido, cuando desperté eran altas horas de la madrugada y solo encontré una nota en mi almohada.
Ahora se de lo que eres capaz y estoy seguro que el próximo día en el club daremos un buen espectáculo, te dejo un regalo en la mesita y me llevo parte de la cena que hiciste.
Me di la vuelta y me volví a quedar dormida, sonó el despertador de que tenía que ir a trabajar pero no tenía ninguna gana, me levante y fui a la ducha cuando vi los moratones, recordé todo lo que había ocurrido en la noche, me duché y vestí de forma muy sexy y atrevida, llegue a la oficina y vi un post en la pantalla de mi ordenador como siempre me indicaba que fuera a su oficina y allí me dirigi, llame a la puerta y entre.
- Buenos días señor, desea algo??
- Que cierres la puerta con pestillo lo primero y lo segundo que te quites la ropa interior y te sientes en mi mesa abierta de piernas delante de mi.
Cerré la puerta he hice lo que me pidió,disfrutamos toda la mañana hasta que le avisaron de que tenía una reunión, esa misma tarde nos iríamos a Sevilla unos días.

Playa o piscinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora