No sabía a donde me llevaba, solo que iba abrazada a ese bote de cristal y lágrimas caían por mi rostro, pensaba que recibirá un castigo por haber sido tan atrevida en la cena, pero me dio la mayor alegría que podría darme, oficialmente era suya.
Entregada en cuerpo y alma a mi jefe y señor, deseando poder decirle todo lo que sentía desde hace unos días y siempre callada para no molestar, él diciéndome que algo importante iba a pasar, demostrándome en cada sesión, en cada after care todo lo que sentía, y en ese momento las palabras de antes de la fiesta llegaron a mi mente, esto era lo que tan en secreto tenía que decirme? O habría algo más?
En ese momento él se paró delante de una puerta negra con el número 13 en dorado, una pregunta vino a mi cabeza.
- Señor, de todas las habitaciones porque la numero 13?
- Querida muy sencillo, un día 13 empezaste a trabajar en mi oficina, a las 13:13 te vi por primera vez el rostro y hoy día 13 has aceptado unirte a mi y me has entregado tu cuerpo y tu alma.
Nunca me había fijado en esos detalles, me fijé como abría la puerta y lo primero que vi fue un camino de rosas hasta una gran cama, en la que había montones de cosas, sin soltar mi bote me acerqué y con una mano fui tocando todo, pequeñas descargas recorrían todo mi cuerpo, deseando que utilizase cada cosa en mi, note como algo golpeó mi trasero y vi el látigo que había estado haciendo en casa, me fijé que en los extremos tenía forma de corazón y me encanto, pose el bote en la mesilla y algo que pocas veces salía de mi fue ponerme delante de él y de rodillas mirando al suelo le dije.
- Me postró ante usted, le entregó mi cuerpo y mi alma para que lo use como desee, de hoy en adelante no solo soy un alma sumisa, soy suya porque así lo he aceptado y usted me a reclamado.
Noté como se ponía de rodillas junto a mi, eso me hizo agacharme aún más y me dijo.
- Mi niña, desde el primer día desee verte así, me has desafiado, echo enfadar pero sobre todo has vuelto a abrir algo que hacía tiempo tenia cerrado y es mi corazón.
Cogió mis brazos y me pego a su pecho, me acunó tal cual bebé, me dijo.
- Ya no debes tener miedo, estaré siempre a tu lado pero ahora tu y yo vamos a divertirnos un rato, ya que tenemos esta habitación toda la noche, así que ya puedes ir en 4 mostrándome ese culo que tanto me gusta.
Según iba avanzando hacia la cama notaba pequeñas descargas en mi espalda y trasero producidas por el látigo que antes había probado, me indicó con un gesto que me colocase en la cama pero sin previo aviso hizo algo que me encanto, me dejo sin mi visión sabía de sobra que eso me excitaba sobremanera, pero hoy iba a ser diferente me colocó también unos cascos y empezó a sonar una canción de hace años que me encantaba y me traía muy buenos recuerdos, colocó abrazaderas en mis muñecas y tobillos pero estas eran extensibles así que tendría mayor movilidad si él deseaba colocarme en cualquier postura, note como una barra separadora era ajustada a mis tobillos y con ella me manejaba a su antojo, al no ver ni oír no sabía lo que iba a pasar, una pala impacto en mi trasero, mientras el látigo golpeaba mi espalda cada vez aumentaba la intensidad y eso nos excitaba a ambos, con la barra empujó de mis tobillos para ponerme con el culo en pompa noté algo metálico desplazarse por toda mi espalda cuando llego a mi trasero, empezó a juguetear y sin esperar se introdujo en mi, note que era un gancho y que llevaba una cadena, la cual ató rodeando mi cuello, si me agachaba el gancho se introducía más, la sensación era maravillosa, colocó el hitachi en mi entrada mientras seguía dándome con el látigo, algo cambio en el ambiente comenzó a aumentar la intensidad y de la nada salió una pala directa en mi trasero, escuché un fuerte golpe pero no supe de donde venía, y un fuerte movimiento en la cama.
Esto no podía acabar así, no me podía dejar así con lo bien lo que estábamos pasando, escuché unas voces entremezclarse con la de mi jefe, pero solo unas palabras llegaron a mis oídos y supe quién era.
- Hermano, se la a llevado necesito de la habilidad de tu chica para activar el localizador.
Mi reacción y únicas palabras fueron.
- Suéltame ahora y traerme un portátil.
Siempre me había gustado la informática y como no investigue un poco para la policía, sabía que mi amiga llevaba un localizador subcutáneo y tenía que averiguar donde la había llevado.
- Estás bien???
- Denme solo unos minutos casi les tengo, es una zona aislada aquí cerca, tienen que haber ido caminando, activado té llegarán las coordenadas a tu móvil ya.
Pregunte donde había ropa que me podría poner, señaló un armario y fui directa, me estaba vistiendo y le noté detrás de mi sus palabras me llegaron al alma.
- Vuelve a mi, no dejes que te pierda y menos en el día que por fin te encontré.
Con lágrimas en los ojos solo pude decirle.
- Te amo desde el primer momento en que te vi, volveré sana y salva y terminaremos lo que hemos empezado.
Cogí unas cadenas, esposas y varas, sabía que las necesitaríamos.
Mi amiga me había instruido bien en cómo defenderme y el hermano de mi jefe se quedó impresionado la seguridad con la que iba.
- Ella va a volver, es mi hermana y tu niña.
Vi una cabaña al final de un sendero y por la marca del móvil sabía que estaban dentro, en ese momento la escuché chillar, la estaba haciendo daño y eso si que no me lo perdono, cuando abrí la puerta lo que vi me atravesó el alma, tenía agujas por todo el cuerpo, a traves de la celda la habían colocado una sonda y la estaban obligando con un hitachi a tener orgasmos muy continuos, solo escuché de su boca.
- Detrás de ti- Antes de caer desmayada
Conseguí alejarme lo suficiente para frenar lo que se me venía encima.
- Veo que la puta de esa silla te instruyó bien.
- No sabes nada de mi, lo único que conociste fue alguien asustadizo pero ya no soy la misma.
- Si eres la misma una zorra que solo busca dinero y estatus y cuando lo consigues adiós muy buenas.
Fui directa a por él y conseguí derribarlo, pero de una patada me sacó de encima, enrosqué una cadena en mi brazo dejando un trozo colgando, sabía que solo tenía una oportunidad para dejarlo KO y era esa, me acerque lo que pude y lance la cadena contra su cuello con la suerte de que se le enredó y pude derribarle, hice la suficiente presión como para que le fallase el aire y quedara dormido, activé mi localizador y seguido escuché un teléfono.
- Entra, ya necesito tu ayuda.
Quite el hitachi y una por una las agujas, pare una hemorragia que tenía en su costado y vi que poco a poco abría los ojos.
- Todo saldrá bienCONTINUARÁ......
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Playa o piscina
Short StoryUn día como otro cualquiera pero siempre el mismo sueño y la misma persona incordiante al lado. Cuando se juntan el presente y el pasado recuerdos.