Lucían Smith 1

Capítulo 14

Me despierto al escuchar unas voces, al abrir los ojos me doy cuenta que no sigo en la camioneta junto a Lucían.

¿Dónde estoy? ¿Dónde esta?

Me pongo de pie sintiendo el frío recorrer mi cuerpo y me acerco a la puerta donde puedo escuchar unas voces, la de él.

—Padre yo...

—Es hija de Jonas, no creo que puedas hacer nada para arreglarlo. Esta molesto con tan solo saber que la compraste-reprocha

—No tenía idea, ella tan solo, se veía tan asustada que quise protegerla.

Abro la puerta y puedo verlo con su torso desnudo, al verme sonríe un poco pero sigue su camino dejándome a solas con su padre.

—Hola.

—¿Te encuentras bien?

—Si, por cierto... ¿Dónde estoy?

—Estamos en casa de un amigo mío que pronto voy a presentarte.

Asiento y busco a Lucían con la mirada pero ni idea de a donde se ha ido. Sigo a su padre por el corredor hasta llegar a una puerta grande que es abierta por los Guarda-espaldas. Al abrir la puerta me topó con un hombre mayor, de una edad inconfundible, su rostro está enrojecido, sus ojos me son familiar y su rostro.

—Hija...

¡Alto! ¿Qué? Esto no puede ser verdad, él no es mi padre...

—Se que es muy confuso todo esto pero lo que te digo es verdad, soy tu padre Verónica, y ahora más que nunca estaré aquí para protegerte.

Intenta acercarse pero retrocedo, nunca tuve un padre. Nunca estuvo ahí, nisiquiera tengo recuerdos de él, nose si siquiera me vio nacer.

—Un verdadero hombre no abandona su familia, por más dura que sea la situación.

Doy la vuelta y salgo de inmediato del salón subiendo unas escaleras, creo que Lucían había subido horita por aquí. Al llegar a un pasillo miró todas las puertas y tienen letras, al llegar a la "S" me detengo.

—Smith...

Toco la puerta y no habla nadie por lo que decido abrir por mi cuenta pero me detienen.

—¿A donde vas?

Lo miro a sus ojos y de inmediato le sonrio. Si supiera que lo estaba buscando.

—No quería estar allá bajo así que subí para despejar mi mente.

Asiente y abre la puerta dándome paso. Al cerrarla camina hasta el armario y se coloca una camisa.

Si supiera que no me molesta la vista, pero bueno.

—Así que es tu padre—habla al fin.

—Eso dice. Aunque sea verdad no lo es, un verdadero padre no abandonaría su familia ni mucho menos a su única hija.

—¿No lo sabes?

—¿Qué cosa?

—Tienes un hermano, se llama William Carter—se sienta a mi lado—¿Quieres conocerlo?

No se ni que decir, ¿un hermano? Pero no es completamente mi sangre. No cabe duda, que ya se porque no estuvo junto a mi, tenía otra familia, otro hijo.

—No—respondo—No quiero conocerlo.

—Vamos Verónica, por favor.

Sus ojos muestran algo súper extraño, siento tristeza en ellos y me siento súper mal. ¿Acaso hay algo más que deba saber?