Lucían Smith 1

Capítulo 24

—¿Lucían qué carajos haces?

Mi padre entra todo furioso a mi despacho donde estoy fundido en alcohol, estuve buscando a Verónica por todos lados, durante una semana, ya me he dado por vencido.

—La perdi—tiro la botella a la pared.

—¡Joder basta!—me da una cachetada—Pareces un crío.

—¿Sabes qué es lo más gracioso?—comento—Me llamo una chica ayer, diciéndome que seré padre—río sin gracia—Solo sé que desperté en una habitación de hotel esa noche pero...—cierro los ojos conteniendo mis lágrimas—No tengo ni idea de lo que paso ese día.

Niega rápidamente mientras se sienta a mi lado.

—Tal vez es tiempo de que te recuperes y la busques por última vez Lucían, no pudo haber desaparecido así.

¿Y si tiene razón? Sólo hay un solo lugar donde no he verificado, donde vive Scarleth. ¡Mierda! Ahí debe ser. Debe estar en ese pueblito rico del oeste.

◇•◇•◇

Me despierto al sentir la presencia de alguien en mi habitación. Al incorporarme en la cama puedo notar a Martha colocando unas sábanas encima de la mesa.

—Lo siento joven, yo sólo...

—Tranquila—le sonrió mientras cierro los ojos al sentir el fuerte dolor de cabeza—¿De casualidad no tienes unas pastillas para este dolor de cabeza que tengo?

Asiente mientras me extiende unas pastillas que guardaba en uno de sus bolsillos. Le agradezco mientras voy a bañarme a ver si logró despertar del todo. Al salir me coloco lo primero que encuentro y salgo directo al garaje a buscar mi auto. Ya en el pongo el GPS y salgo directo a mi destino. Durante el camino me pongo a pensar en sobre que debería decirle, que haré si la encuentro. No la voy a secuestrar, aunque sería buena idea.

~Verónica~

Hoy quede a salir con Carlos, es un buen amigo. Carolina dice que debería darle la oportunidad cosa que me niego de inmediato, lo quiero como un gran amigo y así será.

Me coloco un traje floreado y unos tacos bajos negros, dejo mi cabello suelto y escucho a Caro reír.

—¿Estoy mal?

—Salir a una cita con un traje así...—me mira de arriba abajo—Solo significa una cosa amiga.

Niego rápidamente mientras agarro mi cartera, debe estar esperándome abajo. Justo cuando voy abrir la puerta la tocan haciéndome sobresaltar. Al abrirla me quedo sin palabras, realmente no me esperaba esto.

—Wao...

Agarro el ramo de rosas rojas que me extiende y de inmediato voy a ponerlo en un jarrón. Miro de reojo a Caro quien camina hacia él y le extiende unos...

¡¿CONDONES?!

—Sólo por si la cosa se calienta—dice de forma pícara.

—¡CAROLINA!

Siento mis mejillas arder al llegar a ellos. ¡Joder! ¿Por qué es así? Carlos los guarda en su bolsillo, cosa que me hace estremecer. ¡Enserio! Ruedo los ojos y salgo de inmediato del departamento topandome con la chica pelirroja quien saluda a Carlos como si yo no estuviera con él.