Capítulo 23

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LA GANADORA DEL PERSONAJE ES:
TheDarkLady01

Despierto al sentir un dolor de cabeza inmenso. Miro a todos lados y no estoy en el auto. Ahora a donde he llegado, no me acuerdo de absolutamente nada.

Camino hacia la puerta pero es abierta por ella. Mierda...

—Ya despertaste Lucían—me sonríe un poco—Pensé que estabas muerto, cosa que no me hubiera importado ya que eres un imbécil pero bueno.

—¿Scarleth?—digo sin poder creerlo.

—No, soy Cailin que regreso de la muerte estúpido—habla con sarcasmo—Claro que soy yo idiota—suelta un suspiro—No pude ir al trabajo por tu culpa, estuviste toda la noche roncando.

—¿Disculpa?

—¡Eres tan menso!—me fulmina con la mirada—Te emborrachas y hacen un tapón de madre en la avenida y luego tengo que llamar a mi novio para que me ayude contigo—comenta enojada—Falte al trabajo hoy, así que si me despiden tú serás el responsable.

Ruedo los ojos y me siento en la cama. Hace mucho tiempo que no la veía, a decir verdad, desde que Cailin murió. Scarleth me hecho toda la culpa a mi, por mi culpa su hermana gemela había fallecido. Así que no quiso saber de mi durante aquel entonces, pero solo fue pura casualidad que nos volviéramos a encontrar.

La veo agarrar algunas cosas y me pongo admirarla. Su cabello rojizo le cae por la cintura, no lo tenía tan largo desde la última vez que nos vimos. Esta un poco más delgada y tiene unas curvas que jamás me hubiera imaginado.

¡Basta Lucían! Ella no es Cailin, además es su hermana.

—¿Dónde está mi auto?

—Cuando bajes al último piso se lo pides al hombre de corbata verde—me sonríe y puedo apreciar sus hoyuelos—Fue gusto horrible volver a verte pero son cosas de la vida—rueda los ojos—Puedes irte ya de mi departamento.

Me despido de ella y salgo del departamento, a decir verdad he venido aquí antes pero no me acuerdo. En el depa del frente se escucha música a todo volumen, como si estuvieran en una discoteca o algo lo que me hace reír.

—Adolecentes...—susurro mientras bajo por el ascensor directo al hombre de corbata verde—Soy Lucían, Scarleth me dijo que...

—Claro—me interrumpe—Eres el borracho que llegó anoche que no podía con su vida—ríe pero al ver mi rostro se le espanta la sonrisa.

—Mejor siga con su trabajo señor—le arrebato las llaves de la camioneta y voy directo al estacionamiento.

Doy reversa pero tengo que frenar de inmediato ya que un auto paso a toda velocidad.

—¡Imbécil!

Arranco y me voy directo a mi casa, necesito averiguar a donde se ha ido Verónica.

~Verónica~

—¡Baja esa música Caro!

Desde que se levantó comenzó a escuchar música a todo volumen, siento mis oídos a punto de estallar.

—¡DIVIÉRTETE UN POCO AMARGADA!—me grita al oído.

Camino hacia el radio y lo desconecto.

—¡Oye!—comenta enojada—Eso no se hace.

—Cállate y haz algo de desayunar.

Escuchamos la puerta de la entrada y camino a ver de quién se trata, nada más y nada menos que la chica pelirroja.

—No necesito tus servicios—la miro de arriba abajo—Puedes irte.

Voy a cerrar la puerta cuando coloca un pie en ella.

—Te pido que bajes el volumen ya que hay otras personas que si necesitan paz cariño—sonríe hipócritamente.

—Me perdonas pero estoy en mi departamento, hago lo que quiera, c-a-r-i-ñ-o—me burlo de ella.

¿Y esta qué se cree? ¿Acaso ella puede venir a decirme que hacer? Idiota. Mejor vete por donde mismo viniste.

Cierro la puerta en su cara y subo el volumen a todo dar, nadie va a decirme que hacer. Al rato llamó a mi madre que me contesta entusiasmada, me dice que me extraña ya, que mi padre está furioso buscándome, cosa que no me interesa. Agarro un short y una camisa de tirantes y bajo hacia el ultimo piso, necesito ir a un lugar que hace mucho no visito ya que no le habia dado importancia.

El lugar donde había visto por última vez a mi tío, el parque.

Al llegar un frío recorre mi piel y me siento en uno de los bancos frente a mi, los niños juegan sin preocupaciones, sin miedo, sin deudas, si tan solo supieran lo mierda que es la vida cuando creces, cuando te das cuenta que Santa no existe, que el ratón de los dientes tampoco, que los reyes Magos no existen, que siempre han sido tus padres. Que los cuentos de hadas no son realidad, que no habrá un príncipe para sacarte de tu perdición, que no eres una puta princesa.

—Si tan solo fuera una niñita desearía no crecer nunca—le sonrió a una que pasaba de lo más feliz—No saben lo horrible que es ser grande.

—¿Estás hablando sola?

Giro de inmediato al escuchar esa voz y comienzo a reírme, me asusto. Un chico muy apuesto se sienta a mi lado antes preguntarme si puede a lo que asiento.

—Y yo pensé que era el único loco en este parque—bromea—Soy Carlos.

—Un gusto, yo Verónica.

—El placer es todo mío—me guiña un ojo—¿Qué haces por aquí? Nunca te había visto.

—Realmente soy de otra ciudad pero por problemas en mi vida tuve que venir a este lugar.

—Una chica en apuros...—ríe mostrando sus perfectos dientes—Yo soy médico, trabajo en mi pequeña clínica, la abrí como hace un año, nunca había visto tanta belleza por aquí.

¡Ehh bajale ahí Carlitos!

—¡Wao!—comienzo a reírme—¿Así conquistas a las chicas?

—No pero puedo intentarlo—muerde su labio inferior.

Estuvimos hablando un buen rato, es un buen chico, agradable y muy gracioso. Fuimos a desayunar a una cafetería cerca realmente sentí una tranquilidad enorme, como si todo lo que he pasado solo hubiera sido un mal sueño. Todo estaba súper normal hasta que vino Lucían a mi cabeza. ¿Acaso estoy haciendo algo mal? Tal vez debería aceptar el hecho de su forma de ser y volver a intentar algo que nunca se dio. O deba seguir mi camino hacia algo mejor, hacia un mejor futuro, estar con Lucían es tener problemas por Narcotráfico siempre, tampoco quiero que mi padre lo mate.

¡Joder! ¿Qué debo hacer?

Miro a Carlos y esta mirándome con una sonrisa. Tal vez el destino no quiere que este con él, tal vez debo dejar que todo fluya.

¡¡¡Tenemos portada nueva!!!
¿Qué les parece? A mi me encanto❤
¿Por cierto que creen que pasara ahora?

Lucían Smith 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora