Helpless | Peter Parker

━ chapter twenty one: loneliness is a worse fear that death.

xxi. nuestros propios demonios pueden ser nuestro mayor enemigo.

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N U E V A Y O R K.
Midtown School of Science and Technology,
Manhattan.
8:00 a.m.
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Selene Morgan estaba ahogándose. Sentía como la presión la empujaba cada vez más fuerte sin casi dejarla respirar. Estaba en medio de una tormenta. No sabía cómo había entrado y tampoco como salir. En el ojo del huracán solo se oía silencio, una señal de su soledad. Porque antes de que se pudiera dar cuenta, estaban a finales de año y nada había cambiado.

Seguía sin hablarse con su prima Hazel, si no fuera porque vivían en la misma casa, parecerían completas desconocidas. Se evitaban cada vez que se cruzaban y nunca estabas juntas en una misma habitación. Aún así, nadie parecía haber notado su separación. Ni su familia, ni sus amigos. Lo cual no sabía si le aliviaba por el hecho de que eso la libraba de contarle a alguien lo sucedido o si solo la hacía sentir peor al darse cuenta de que ni siquiera la gente cercana a ella se había dado cuenta de algo.

Aún así, con la llegada del invierno también vinieron los exámenes finales. Y antes de que pudiera plantearse siquiera la situación con su prima de manera fría y objetiva, se quedó sin tiempo para hacer algo que no fuera estudiar. Porque entre las clases en Midtown y las extraescolares en la universidad con el doctor Connors, apenas encontraba un segundo para respirar.

Nunca lo había pasado tan mal en una época de exámenes, pero tenía que tener en cuenta que los factores de su situación familiar con Hazel y las exigentes clases avanzadas en la facultad era algo con lo un no había tenido que lidiar en su corta vida. Por lo que en ese momento, estaba tan profundamente estresada que sentía que iba a explotar. Pero no tenía ni un segundo para permitírselo. Además, prefería tragárselo todo para sí misma y seguir adelante como si no pasara nada. No era tan idiota como para dejar ver lo débil que en realidad era.

Observó sus manos mientras metía los libros en la taquilla, estaban temblando. Al notarlo, las convirtió en un puño apretando tanto las uñas sobre sus palmas que sentía como empezaban a soltar marcas. Respiró hondo obligándose a tranquilizar y dejar atrás las oleada de pensamientos que parecían invadir su cabeza.

Entonces, estruendosa risa la sacó de su ensimismamiento. Lo cual hizo que se aparta ligeramente de su taquilla para asomarse hacia el pasillo encontrando a quien la había distraído: Hazel Nightshade reía al lado de un también alegre Ned Leeds. Selene ya sabía lo bien que se llevaban, al ir ambos al periódico se había hecho buenos amigos y obviamente ella no podía haberlo evitado. Prefirió dejar sus celos más bien tóxicos hacia su amigo y su rencor hacia la que fuera su hermana a un lado. Al fin y al cabo, sabía perfectamente que ellos dos no eran tan cercanos como pudiera hacer: Hazel hacia eso con todos, sonreír y ser la amiga de cualquiera en menos de un segundo. Para su suerte, solo estaban juntos cuando tenían alguna reunión del periódico no dejando mucho tiempo a la morena para que intentara robarle a uno de sus mejores amigos.