Helpless | Peter Parker

━ chapter twenty seven: words can hurt more than knives.

xxvi. no olvides que los secretos siempre tienen un precio.

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N U E V A Y O R K.
Midtown School of Science and Technology,
Manhattan.
9:14 p.m.
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Peter Parker estaba teniendo una de las mejores noches de su vida. Simplemente ahí, sentado en una mesa al final del gimnasio durante el baile de invierno, después de haber pasado un largo rato bailando y ahora simplemente conversando despreocupadamente con los que eran sus dos mejores amigos. Casi no podían evitar estallar en carcajadas ante la más mínima broma por parte de uno de ellos.

Se sentía tan libre y feliz como cuando salía a hacer patrullas nocturnas bajo su traje, hasta que esa sensación fue interrumpida por la aparición inesperada de Hazel Nightshade en su mesa.

—¡Hola, chicos! Y Sellie —habló animada con una sonrisa y guiñándole un ojo a la que era su prima. Llevaba el cabello suelto y un sencillo vestido amarillo mostaza, sin embargo, ella sabía cómo hacer que se viera espectacular en su piel.

—Hazzie, estás aún más preciosa de lo que recordaba cuando te fuiste de casa —sonrió la rubia, a Peter le alegraba ver como se llevaban tan bien aun sabiendo lo mal lo que había pasado su amiga por ella—. ¿Y Randy? —preguntó algo extrañada.

—Por ahí, supongo. Estará con sus amigos —la morena hizo un gesto para restarle importancia lo cual provocó un alzamiento de ceja por parte de su prima, pero antes de que ésta pudiera decir nada Hazel se giró hacia Ned—. Ned, cariño, ¿no recuerdas que tú y yo teníamos que hablar sobre ese artículo para el periódico del instituto?

El mencionado la observó aparentemente confundido.

—¿Qué artículo? —cuestionó, entonces Peter pudo jurar ver como Hazel le guiñaba un ojo a su compañero para después mirar de reojo a él y Selene que observaban la escena extrañados. Entonces, Ned abrió los ojos como platos—. ¡Claro, claro! —exclamó él con la voz algo chillona—. Ya me acuerdo, ese artículo, sí...

—Maravilloso, porque necesitamos hablar de eso ahora —habló firme la chica con una sonrisa mientras le cogía del brazo obligándolo a levantarse—. Lo siento mucho, pero voy a tener que robaros a Ned por un rato. Tal vez la cosa se alargue, ya sabéis, tenemos que publicarlo mañana. Pero seguid pasándolo bien j bien juntos, en serio. Aún queda mucha noche por delante y no queremos arruinárnoslo. ¿Verdad, Ned? —habló hacia su compañero.

—Sí, por supuesto —asintió Ned aún con la voz chillona.

—Bueno, ¡adiós! —antes de que alguno de los dos pudiera reaccionar, Hazel tiró de Ned y ambos desaparecieron de ahí en segundos fundiéndose con el resto de la multitud.