━ chapter twenty two: the world doesn't deserve your tears.

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xxii

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xxii. mantente leal a aquellos que te defienden ante todo.

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N U E V A Y O R K.
Midtown School of Science and Technology,
Manhattan.
8:17 a.m.
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Peter Parker había pasado los últimos dos meses al lado de Selene Morgan. De tal modo que la chica se había incorporado a su vida tan fácilmente que casi parecía como si siempre hubiera estado ahí. El trío que habían formado, Selene, Ned y él se había vuelto inseparable y ya casi todo lo hacían juntos como grupo. Aunque aparte de eso, Peter y Ned de alguna manera seguían siendo como hermanos y esa confianza no pareció inmutarse en absoluto con la llegada de la rubia a sus vidas. A quien eso tampoco parecía importarle en absoluto. De hecho, cuando no estaba con ellos siempre la veían al lado de Michelle Jones, quien para sorpresa de la pareja de chicos, se había convertido en su mejor amiga.

Lo más curioso de todo, es que aun conociéndose desde hacía relativamente poco tiempo, Peter y Selene habían desarrollado una especie de conexión especial. Y es que a pesar de la extrema timidez del chico y las pobres habilidades sociales de la chica que solía emocionarse muy rápido por cualquier cosa (algo que él al final había encontrado encantador), ambos se desenvolvían a la perfección cuando estaban juntos. Lo cual no era extraño considerando que eran los dos cerebritos de la clase y solo se entendía entre ellos cuando se trataba de ciencia avanzada, haciendo que el resto de sus compañeros les miraran extraño como si hablaran en un idioma extranjero, sin contar alguna que otra mala mirada ocasional de un celoso Flash Thompson. Y es que a pesar de que había dejado de molestar a Peter tras la amenaza de Selene, ahora se dedicaba a atacar constantemente a su amiga ante la mínima oportunidad intentando regodearse de sus fallos. Para según el rico, mostrarle quien mandaba ahí y que ella no podía ser tan importante como decía. La mayoría de veces ella simplemente le ignoraba pero en cuanto ésta se despistaba y se giraba hacía Peter para intentar soltarle algún comentario cruel (porque ninguna amenaza era lo suficientemente fuerte como para hacer que él chico dejara de tratarle como si fuera un ser inferior), su amigaba prácticamente sacaba las uñas para defender a su amigo. Porque por suerte, la actitud de Selene ante el que se había convertido en su rival siempre era feroz, contestándole de forma cortante y dejándole con la boca abierta más de una vez tras lanzarle algún zasca tan fuerte que le había llegado a doler hasta al propio Peter.

Su apoyo tan leal y sincero ante él, solo hacía que le cogiera más cariño. De la misma forma, que se sintiera aún peor respecto a los secretos que él ocultaba. Porque en un estúpido impulso motivado por su curiosidad había ido a visitarla como Spiderman, y ella le había contado todo su pasado relacionado a la traición de su prima. Pero eso era algo que Peter no sabía, porque Selene no se lo había contado ni a él ni a Ned. Según le había afirmado a su alter ego, no le había contado a nadie respecto a ello. Y ese era precisamente el problema. Porque a pesar de que ya había pasado bastante tiempo de la salida del artículo en su defensa en el New York Times, estaba demasiado claro que Selene aún no había hecho las paces con Hazel. Lo notaba en lo alertada que parecía cada vez que comía con ellos en el comedor sabiendo que ella también estaba ahí, en como intentaba esconderse de manera disimulada cuando cruzaba los pasillos y en como a veces, en medio de alguna clase tenía una mirada nostálgica como si prestara más atención a su mente que al lugar en el que su cuerpo se encontraba. Y en todo momento, Peter no podía evitar sentirse impotente porque quería ayudarla, no le gustaba que se sintiera mal, pero ni siquiera sabía cómo cambiar eso. Él no podía saber lo que le pasaba porque ella no le había dicho nada (no de manera directa), aunque parecía haber sido el único en darse cuenta de su estado tampoco se lo había mencionado, demasiado temeroso de que ella pudiera deducir la verdad, era demasiado lista y no podía permitirse el lujo de darle alguna pista de sus secretos. Por eso tampoco podía volver verla bajo la máscara, sobretodo porque había sido tan estúpido como para hablar con ella usando su voz normal aun siendo a través de susurros y si intentaba cambiar su tono al visitarla por segunda vez, sería tan extraño que ella terminaría por descubrirle. Pero la frustrante sensación de no poder ayudara una persona cercana a él, cuando su deber como héroe era precisamente eso solo aumentaba cada vez más.

Helpless | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora