Helpless | Peter Parker

━ chapter nineteen: don't tell your secrets to strangers.

xix. hay relaciones que siendo recientes parecen haber estado ahí siempre.

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N U E V A Y O R K.
Morgan Residence,
Queens.
12:15 p.m.
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Peter Parker era definitivamente la persona más estúpida e imprudente del mundo. Había cogido su traje he ido a visitar a su amiga solo porque estaba preocupado por ella, y ni siquiera tenía una excusa lo suficientemente buena como para justificar él como sabía dónde vivía sin revelar su identidad. Era un absoluto desastre.

—Lo siento, encanto. Pero un mago nunca revela sus secretos —dijo divertido esperando a que lo pasara por alto.

—Pero, ¿por qué has venido exactamente? —inquirió Selene Morgan—. Quiero decir, pensé que estabas enfadado conmigo por todo lo que te dije.

—Bueno, yo pensé que tú te habías enfadado conmigo por tratarte como una damisela en apuros...

—Ya... —la chica hizo una mueca—. Lo siento por eso, en serio. Estaba bastante alterada y dije cosas que no hubiera dicho en mil años. En realidad, creo que eres un gran héroe y me salvaste al fin y al cabo, debería habértelo agradecido y no gritado como una posesa. Perdóname.

—No te preocupes —la tranquilizó él—. Yo también dije cosas que no debería. Tengo que salvar a la gente no tratarles como niños pequeños, no soy la niñera de nadie —bromeó para quitarle hierro al asunto—. Me lamento también por eso. Y acepto tus disculpas —sonrió a pesar de que no pudiera verlo.

—Lo mismo digo —contestó la rubia con una sonrisa—. Así que, ¿estamos en paz?

—Por mi vale.

—Por mi también.

—Genial, porque no me gusta llevarme mal con la gente que salvo o peor, que me odien. Y mucho menos cuando son tan guapas —soltó y en cuanto se dio cuenta de lo que había dicho quiso golpearse a sí mismo por semejante burrada.

—Seguro que eso se lo dices a todas las chicas —le siguió el juego mientras se cruzaba de brazos.

—¿Qué eres muy guapa? La verdad es que lo haría si pudiera pero es muy raro que me dé tiempo a decirles algo tras ayudarlas antes de que aparezca la policia, a la cual no le caigo muy bien que digamos. De hecho, tú eres la única con la que he mantenido una conversación decente. Aunque fuera más una discusión que otra cosa, pero bueno —admitió, arrepintiéndose de ser tan sincero, directo y explícito. A veces su personalidad cambiaba demasiado como Spiderman, por alguna razón detrás de la máscara portaba una confianza desconocida cuando era un simple civil.

—Vaya... Gracias, supongo —respondió.

Automáticamente, sintió como el ambiente empezaba a volverse incómodo pero Peter no podía irse aún, no sin cumplir su cometido.