𝟓

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— ¡___, Espérame! — Eunsang salió desesperado tras su amigo, en cierta medida estaba enojado con Sakura por su comentario, con Yuri por no hacer nada, con él mismo por no ayudar lo suficiente a su amigo a superar sus problemas, pero también lo estaba con ___ por vivir en el pasado y no querer escapar del agujero.

No obstante, Sakura no comentó porque se le dio la impertinente gana, no lo hacía con la intención de lastimarlo. Ella no es así. Pero ___ está muy dolido.

Él llora constantemente... no puede evitarlo. Pensaba que alguien como ese pequeño, que ahora vive en su recuerdo y estará ahí para hacerle recordar la desdicha de su vida, no sería capaz de clavarle una daga desde la nuca y desmembrarlo por la espalda; ver aquello le hizo perder la voz como si un sacacorchos perforara su garganta y la sangre se filtrara sin parar en su organismo, y aquel valor que reunió para poder al fin expresar sus más profundas ansiedades se transformaron en dolorosas tristezas que caen por sus ojos.

___ llegó al salón. Bufó.

Tiró su mochila en el pupitre y se echó encima a descansar un momento, acomodó sus brazos y se tendió en un intranquilo sueño en ese rechinador mueble viejo.


⋆ ★ ⋆ ★ ⋆

— ¿Hay alguien? — estaba ___ en un oscuro plano espacial donde hasta sus pensamientos tienen eco, caminaba sin parar.

— "S". — se escuchó en todo ese espacio, él se detuvo.

— ¿Qué? — se preguntó mirando a todos lados.

— "S".

— "S", "S".

— "S". — se escuchaban muchos susurros.

— ¿"S"? ¿Qué significa? — se abstuvo a perder la cordura. — ¿Minerva?

— Sigue hasta la puerta. — se escuchó un susurro completo, "Quizá es "S" de Sigue hasta la puerta", pensó tratando de dar respuestas a miles de incógnitas que se formulan a cada segundo en su mente.

No obstante, no importó su fuerza de voluntad, algo lo hizo caminar aunque dudará mucho hasta la puerta que apareció en un corte de luz que se abrió sobre el suelo.

Abrió la puerta y empezó a correr dentro, no paró, y empezó a sentir bochorno, asfixia. — ¿Q-Qué....

— ¡Corre, corre!

— Tienes que correr.

— ¡No pares! — gritaban los pocos amigos de ___, en especial Eunsang, que estaban completamente alejados de él, en un destello de luz que pronto se transformó en una carrera. Aunque podía escucharlos no podía dejar de correr, su cabeza estaba invertida, se encontraba mirando hacia atrás donde observó a muchos "yo" corriendo detrás de él. Trataban de perseguirlo en una especie de maratón, pero ¿Porqué?

Sintió un cambio de panorama con el pesado cerrar de sus ojos, ahora se encontraba en un auto, un auto bonito en verdad, pero el asiento y todo en aquel vehículo tenían cuchillas filosas. Tenía doble volante, incluso el copiloto donde estaba él tenía uno, estaba perdiendo el control, intentaba con todas sus fuerzas mantener el movimiento equilibrado pero una alta sombra no le permitía y no conducía el volante. Además, lastimaba a ___ haciendo que el auto cayera al agua. Después delante impacto solo estaba él en el auto.

El agua poco a poco se filtraba dentro del vehículo.

Tienes que despertar, ___.

— No quiero...

— Aún tienes mucho que sufrir.

— ___... — se oía un murmullo ajeno a esa conversación, murmullo el cual ___ ignoró inconscientemente.

Y-Yo... — apenas las palabras podían ser pronunciadas por su boca.

— ___... — se intensificaba.

— ¿Cuánto más...?

— ¡___...! — más y más era audible.

— Respóndeme.... — suplicó.

— YA DESPIERTA.

⋆ ★ ⋆ ★ ⋆


— ¡___! Tienes que levantarte.

— Ah...

— ¿Estás bien...?

— La clase... — miró a todos lados.

Ya acabó.

— Pero...

— Tienes mucha suerte de que el profesor Yuvin no sea un belicoso.

— Dios... — dijo frotando su cabeza con ambas manos.

— ¿Estás bien?

— Sí, digo... como me duele la cabeza y me quejo mucho del dolor estoy bien...

— Deja tú sarcasmo para otro día. — dijo enardecido. — Vamos, te llevaré a la enfermería.

— Ándate, Eunsang, déjame aquí... Esa mirada tuya no va a cambiar nada.

Déjame ayudarte.

— Insisto. Anda a casa.

La mente de Eunsang fue manipulada, salió del salón y se dirigió a su casa aunque no haya querido, de todos modos no era consciente de lo que le rodeaba en el momento.

— Ah... — jadeó ___. Sentía un dolor acumularse en sus huesos frágiles, invadiendo su médula. No podía caminar sin sentir tanto dolor, cada paso le trituraba un hueso, y tenía que sostenerse de algo o caería.

Salió del salón, su destino era su casa, Eunbi posiblemente le había preparado algo de comer, de hecho, es una afirmación, ella prepara algo para ___ después de aquello.

Caminó, sin parar, no podía evitar tambalearse, algo fallaba en él. Poco a poco, con cada paso pudo recuperar su equilibrio, quizá solo era un calambre.

— Oye. — se quedó perplejo, escuchó unas pisadas detenerse, reconocía esa voz. Algo le heló la sangre. — ¿Porque trataste así a Dongpyo?

— Porque alguien traicionero como él no se merece ni el más mínimo respeto. — ___ no se molestó en echarle un ojo.

a s t r a l  // x1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora