— Igualmente. — hizo un sonido con los labios en señal de beso, dos veces seguidas, Eunbi hizo lo mismo para posteriormente cortar la llamada. Ahí fue cuando ___ regresó la vista al mundo real y soltó un suspiro realmente pesado. Tomó el frapuccino crème de fresa que había comprado y salió del Starbucks de Gangnam para tomar un taxi desde el aplicativo de su celular.
Tuvo una travesía donde no hubo conversación alguna con el conductor, se sentía en ese tipo de videos melancólicos donde se reflexiona al mirar la ventana del auto y el paisaje pasar. Decidió bajarse unas calles antes de la dirección de Seungyoun y pagó el respectivo taxi.
Caminó un poco para poder ubicarse en la zona, no era fea, en realidad era muy verde, la vegetación era extravagante y las casas transmitían un aura acogedora.
Llegó hasta una bonita casa color blanco, era ahí, donde un infierno nacía y vivía el diablo en su cueva. Se acercó y tímidamente a tocar, dudó mucho sobre lo que debía hacer. Pero de repente se abre la puerta, la silueta de una mujer joven y desconocida se hace presente enfrente de él.
— A-Ah, Buenas tardes. Busco a C-Cho Seungyoun.
— ¡Oh! ¿A Seungyounie? Soy su mami, un gusto. — wow, era una señora realmente agradable y súper enérgica, ¿Cómo es ella la madre de Seungyoun?
—Un gusto señora... — no sabía el nombre de la amable señora con buen estilo para vestir.
— Chungha, cariño.
— Un gusto señora Chungha, soy Kang ___.
— ¿Eres ___?
— Sí. — dijo el muchacho sonriente ante la actitud pegajosa de la señora.
— Seungyounie habla mucho de ti.
— ¿Ah? — preguntó incrédulo.
— Nos ha contado bastante de ti, es prácticamente como si vivieras aquí.
— Oh... — dijo ___ fingiendo no parecer tan sorprendido, ¿Hablarán cosas buenas de él? Es realmente inesperado.
— Ven, cariño, pasa. — indicó la madre para dar paso a ___ quien no dejaba de mirar lo bonita de la casa, no era exactamente lujosa pero era linda. — ¿Gustas algo de comer, tomar?
