I

2.4K 122 6
                                    

¿Podría esto ser mejor? Pues claro que si. El maldito bastardo esta tirado en el suelo, ahogándose en su propia sangre, mientras mis hombres y yo reímos ante su suplicas de piedad. Piedad, una palabra  definida como un sentimiento de compasión o misericordia. Una palabra que fue eliminada de mi diccionario hace muchos años. Algo que ya no existe en mi puto club y que jamás existirá. Volviendo al principio, aquel bastardo traidor por fin estaba dirigiéndose a su verdadero hogar. Directo a las puertas del infierno. El cabrón creyó que podría meterse con mi club y salir ileso. ¡Que estupidez mas grande!

El charco de sangre ya comienza a rodear la suela de mis descastadas botas militar, no me interesa en lo absoluto, pero debería empezar a salir de aquí antes de que lleguen los azules. Veo a mis hermanos regar gasolina por el suelo mientras que yo me voy alejando de aquel mugroso almacén. El amanecer comienza a verse en el horizonte, dejándome saber que estuvimos toda la noche sacándole información al traidor. Canto más rápido que una puta siendo bien follada, menciono cada uno de los planes de su club en el momento en que mi preciada cuchilla se hundió en la suave piel de su muslo. Una lástima que tuviera que terminar lleno de balas e irreconocible.

Veo a mis hermanos más leales salir del almacén, seguidos de una gran nube de humo. Lo que me deja saber que la quema a comenzado. En el momento en que aquel viejo y mugroso lugar estalla, el aire caliente golpea mi rostro. Estamos lo suficientemente lejos para no ser tocados por las llamas.

— Bueno, hora de celebrar.— La voz de mi tesorero llego hasta mis oídos, haciendo que de mis labios surca una muy leve sonrisa. Tan solo una mueca de labios. Les doy un asentimiento que para ellos es suficiente para subir a sus motos y marcharse. Mis grisáceos ojos están estancados en la oscuridad y profundidad del bosque junto a mi.

Hay algo allí, estoy malditamente seguro de qué hay algo allí viéndome como yo lo estoy viendo. El ruido de los motores alejándose me avisa que mis hermanos se han marchado, dejándome solo entre el almacén en llamas y el bosque. ¿Así se siente? ¿Así es como te sientes cuando sabes que algo te está viendo pero tú no a él? Escalofríos recorriendo mi espina dorsal, los vellos de mis brazos y pelos en la nuca se me erizan sin aviso alguno. Mis piernas parecen no querer responder a mis órdenes. Quiero acercarme más a esos verdosos árboles, acercarme a esos arbustos y buscar aquello que me está viendo. Pero no, aquí estoy, clavado en la tierra junto a mi moto. Lo sigo sintiendo, como dos balas enterradas en mi pecho. Escucho ramas romperse, hojas ser arrugadas, como si alguien estuviera caminado. Todos mis sentidos están alerta, mas mi cuerpo parase mi quererse mover, mi mano lista para tomar mi arma si me es necesario, más no creo que se algo más que un animal. Por primera vez mis piernas reaccionan, por fin puedo acercarme a la inmensa arboleda.

No se que mierdas estoy haciendo, debería estar sobre mi moto, de camino a la casa club, no aquí a punto de adentrarme en un inmenso bosque, totalmente oscuro apesara de que el amanecer lo golpea. ¿Porque lo hago? Ni yo mismo lo se, pero siento que me llama, lo que sea que me está viendo me está llamando. Nuevamente mis piernas no obedecen mi orden de detenerse. No me tomen a mal, jamás eh sido un cobarde pero estando aquí, apunto de entrar en un bosque, solo y con unas cuantas balas en mi arma.

Lo vuelvo a oír. Pisadas, alguien caminando entre las viejas ramas caídas de los árboles tras de mi, lo siento. Su mirada en mi nuca, puedo oír su respiración aún estando lo suficientemente lejos de mi. Supe que eran las mis pisadas las que escuchaba cuando me vi adentrado en el bosque. ¿En que maldito momento seguí caminando? Y peor aún ¡No se donde demonios estoy! Segunda pregunta ¿Porque no puedo escuchar otras pisadas pero si otra respiración. Solo se qué hay malditos árboles a mi alrededor. Nada más, ni siguiera una maldita sombra que me diga qué demonios me pasa. Ya estoy demente, mucha marihuana hace daño ¿A quienes engañó? Yo no fumo esa mierda.

Mis piernas se detiene al llegará una especie de valle. Huele a grama recién cortada y no al humo de un almacén viejo y en llamas que hace unos minutos podía oler. Las sirenas de los autos de los azules ya no se escuchaban ¿Cuanto tiempo estuve caminando? Lo que me preocupa es que mi preciada moto está allí frente aquel lugar y que aquello idiotas en uniforme la confisquen. Me detengo justo en el centro, en el momento en el que escucho ruidos provenientes de detrás de mi. Ahora se que no fue mi imaginación, si hay algo tras de mi. Mis manos viajan a mi espalda baja intentando llegar a mi arma, siento el frío plomo en mi palma. Sin pensamiento alguno me doy la vuelta, no hay nada, ni una simple alma. Estoy solo en el medio del bosque, aún así lo sigo sintiendo. Ese sentimiento de ser observado sigue estando sobre mi.

Sigo girando lentamente sobre mi eje, dispuesto a encontrar aquello que me observo. ¡Si es un maldito animal juro que lo mataré, lo cocinare y me lo comeré! Odio este maldito sentimiento, mis piernas parecen estar clavadas sobre sementó. Detenidas, dejando mi cuerpo viendo el camino por el que vine. La espesa niebla no me deja ver bien. Quiero ver, quiero ver que es lo que me trajo hasta aquí. No creo en ninguna de esas mierdas de lo paranormal ni lo sobrenatural, pero se qué hay algo en este asqueroso bosque que me está observando. Y aquellos ojos me lo dicen, aquella mirada espeluznante que me ve entre las bajas nubes de niebla me está  llamando pero espantando a la misma vez. Quiero acercarme y verlo mejor, a la misma vez quiero salir corriendo y alejarme de aquella bestia. Pero aquello hermosos ojos no me dejan moverme de mi lugar, aún con mi arma suspendida en el aire, aún así sigo sin moverme.

Lo veo moverse y lo más terrorífico es que se mueve en mi dirección y yo parezco estar fascinado por aquel animal de dos metros ¿Porque demonios un animal es están grande? Un enorme lobo negro de más de dos metros, con heterocromía y una enrome cicatriz en su ojo derecho se estaba acercando a mi como si de su presa se tratase ¡Y yo aquí clavado en la tierra! Sus bellos ojos me examina y su hocico olfatea el aire a mi alrededor, para seguido hacer una mueca de disgusto ¿Que demonio? ¡Yo sería una presa perfecta! Soy alto, fuerte, hermoso, y tengo músculo de sobra. Tendría una buena pelea cuerpo a cuerpo  y una buena cena, no hay forma que le gane a eso.

Finalmente mis piernas reaccionan, justo un segundo antes de que aquella bestia saltara sobre el espacio donde estaba de pie. Mi corazón parece querer salirse de mi caja torácica, mi pulso a mil por hora. ¿Conocen ese sentimiento de caza? Bueno, ahora imagine que ustedes son la presa. Ese sentimiento de supervivencia está corriendo por mis venas. Lo e sentido antes, estando en la carretera, sobre mi moto y mezclado con la adrenalina.  Normalmente me encanta pero ahora mismo solo quiero que esto termine, que aquella bestia se aleje de mi y que olvide que estuve en su territorio o que me devore. ¿No le enseñaron a no jugar con la comida? Todo a mi alrededor se había vuelto negro, dejándome solo un pequeño punto de luz para ver. Mis oídos habían dejado de escuchar aquel animal, aún así no me detuve y justo en el momento en el que estuve a solo pasos de la salida el peor de mis temores pasó.

Aquella bestia saltó sobre mi, arrojándome al suelo. Sus grandes garras clavadas sobre el cuero de mi chaleco, llegando hasta mi piel. Sus gruñidos tras mi oreja, justo en el lugar donde se se encuentra mi pulso. No lloro, las lágrimas no salen de mis ojos, aún así mi rostro muestra todo el pánico que estoy sintiendo en este momento. Puedo escuchar los gruñidos saliendo del fondo de su garganta, sus enormes colmillos rozar la piel de mi cuello desnudo. ¿Así es como voy a morir? ¿Siendo la cena de una enorme bestia, en el medio de un bosque? Lo único que quiero es estar en mi puto club, con mis hermanos y una que otra puta sobre mi regazo.

Una de sus patas está presionando sobre mi espalda baja, impidiéndo cualquier movimiento de mi parte. Sus garras me lastiman la piel, comienzo a ver borroso, y no es como su el latir de mi corazón ayudará en algo. Por Hades, solo espero que mis hermanos elijan a un buen presidente cuando yo ya no esté. Siento su aliento bajar a mi cuello, como gruñe con más fuerza haciendo que los vellos de mi nuca se ericen. ¡Demonios solo mátame maldita bestia! Justo en el momento en que ese pensamiento correr por mi mente siento sus colmillos ser clavados en mi piel. Mi vista se vuelve negra totalmente oscura, mi sentido del oído sigue divagando, más mi mente ya no reacciona. Lo último que recuerdo es haber escuchado un bajo susurro antes de caer inconsciente.

Dos Mundos, Una Historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora