Más the dos meses me costo saber que aquel atentado en el bar no fue para mi, si no para ella. Para Amelia. No se que haya echo, ni en que cosas este metida, y ciertamente no deberia interesarme. Pero aqui estoy, hacienda todo lo possible por encontrar a esa mujer que ocupa todos mis malditos pensamientos. Estoy más que seguro que ella ya se olvido de mi, pero no voy a para hasta encontrarla y dejar todo claro.
Aquella bestia segue apareciendo en mis sueños, extrañamente mas cuando me e follado a alguna de las putas del club. Como si estuviera cazandome, como si disfrutara hacerme correr por los bosques de mis pesadillas hasta hacerme caer por el barranco mas cercano a nosotros. Aun más aterrdo es Carlos, es como si conociera cada uno de mis sueños, como si el estuviera en ellos viendome correr por mi vida.
Cada mañana despierto aterrado, y ni siguiera es porque quiera despertar. Cada que me persigue caico en el mismo avismo, siento como cada vez pierdo algo en mi, pero al despertar sigo siendo el mismo, aunque el sentimiendo de que algo me falte sigue alli.
—Está a dos cuadras de aquí, prez. Podremos alcanzarlos si salimos ahora.- Carlos y su muy extraño tono de voz me saca de mi pequeño mundo. El hombre me sigue pareciendo raro, se que occulta algo. Luego que tenga a mi mujer en mis brazos descubrire que demonios es. —¿Prez, me a escuchado?
— ¿Eh? Ah, si. ¿Que mierda estamos esperando?—Grito antes de tomar mi chaqueta y ser seguido por mis hermanos.
No la volveré a perder, no ahora que la tengo en la mira y mucho menos cuando ya tengo planeado todo lo que haré. Se que sueño sis piedad pero así soy, así crecí y ciertamente así moriré. Siendo un ser despiadado sin corazón, a quien no le importa el bienestar de otros más allá de sus hermanos. No me mal entiendan, no abusare de ella, eso sería asqueroso. Pero si la tendré por un buen tiempo encerrada hasta que me digas sus razones para intentar matarme.
El rugido de mi moto me mantiene rígido, de que está cerca es como si la pudiera sentir. Suena loco pero así es, como cuando siento aquel animarme animal velar mis sueños. Tres de mis hombres van en la camioneta tras nosotros, las luces de la calle nos permiten ver con facilidad aquella Chevrolet Suburban.
Esto es muy fácil para ser verdad.
Había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que escuché esa voz en mi cabeza. Pero aquí está de nuevo tiene cierto toque de razón. Esta mierda esta muy fácil. Nada de seguridad, no hay autos a nuestro alrededor, sabe que le vamos siguiendo y aún así se detiene en el semáforo.
Algo no huele bien y no digo que seas tu. Aunque si debería darte un baño.
Bien, ahora se burla de mi.
Detengo mi moto, bajando de esta y tomando mi arma con fuerza. Todo a mi alrededor está silencioso, nadie sale de la camioneta, aún sabiendo que están rodeados por un club de motocicletas. Mis hombres están a cada puerta de la camioneta, a una distancia prudente.
—¡Adler al suelo!—Disparos y más disparos. Estoy desorientado, ya no se ni en que momento ni quien empezó esto. Solo se que estoy en el suelo con mi VP sobre mi intentado protegerme. Mi arma está en mis manos, la sujeto con fuerza mientras veo como mis hermano disparan al enemigo. Estoy en blanco, no se que hacer y mi cuerpo se siente frío y pesado. No puedo moverme y eso me desespera, no puedo ayudarlo en una guerra que yo comencé por mi obsesión por una mujer. —Adler maldición, muévete del maldito medio, ¡estas sangrando!—
Oh, eso explica mucho... Sus gritos son lo último que escucho antes de caer de bruces al suelo. Debo protegerlo, no puedo ser débil, pero no puedo hacer mas, la oscuridad me vence por completo, haciéndome escuchar los lejanos pasos a mi alrededor.
Mi cabeza duele como el infierno, todo a mi alrededor da vueltas a pesar que todo huele bastante bien. Mis ojos se abren con pesadez, con la lentitud para poder adaptarme a la suave luz de la habitación. Blanco y negro, desde las cortinas hasta ellas mantas en la cama en la que me encuentro. No se donde estoy, y tampoco quiero saberlo, ¿así se siente estar muerto? No creo, seguramente estaría en el infierno, y esté lugar es todo un paraíso.
Los recuerdos de aquel muy extraño encuentro en la carretera. Todos mis recuerdos se detienen cuando comencé a sangrar. Solo hablo sido un pequeño raspón, yo no me desmayo por esas cosas, al contrario sigo más fuerte que nunca.
—Era un baldo para cedar.- Hubiera reaccionado... y digo hubiera sino estuviera ¡Amarrado a la puta cama!- Al parecer no eres de notar muchos los detalles. Ellos odiaran eso, tendré que entrenarte, como a un cachorro.-
¿Quien mierda se creó el enano este que es para hablarnos así?
-¡oh, cierto! ¿Donde están mis modales? Soy Hamilton.- Se presento aquel hombre junto a mi. El muy idiota me está tendiendo la mano.- ¡Oh cierto¡ No puedes moverte. Te desataría, pero mi reina me castigaría si te llegases a escapar. Supongo debes tener muchas dudas en este momento, pero todas se irán respondiendo al pasar de los días.-
-¿Que? No puedo pasar días aquí encerrado, tengo un maldito club que llevar.- Gruño forcejeando las cuerdas en mis muñecas y tobillos.
Esto no puede estar pasándome, yo no soy devil, siempre soy el fuerte. Siempre soy aquel que lleva el control sobre todos, no el que se deja pisotear por cualquier que le pase por encima.
—Deberías relajarte, ella vendrá en unos minutos a revisarte y no le gustaría verte todo... asustado.- ¿Asustado? Yo no estoy asustado, jamás a estado asustado. ¿Porque estaría asustado?
Lo estás ahora mismo.
Observe al sujeto salir de la habitación, mi corazón late como si se quisiera salir de mi pecho. Como si estuviera a punto de tener un mal tifo infarto. Quiero salir de aquí, tienen que dejarme ir. Mis hermanos no descansarán hasta que yo esté de vuelta con ellos y estos locos hijos de puta esté sufriendo en el infierno.
—No creo que ese sea posible.— Aquella voz, aquella maldita y elegante voz. Toda ella se mantenía firme a los pies de la cama, restregándome en la cara como ella tenía todo el control en sus delgadas manos. Demonios no puedo estar alabándola y maldiciéndola a la misma vez. Pero maldición, la maldita esta más buena que el pecado mismo. —Te estas babeando.—
¿Que demonios? Yo no babeo y menos por una maldita zorra como ella...
—Mi reina, la cena está servida.—
Carlos...
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Dos Mundos, Una Historia
Werewolf¿Que pasaría si el mundo de los MC y el mundo de los licántropos se mezclarán en uno? ¿Sería un caos total o la historia de amor más hermosa de todas? ¿Le serían fieles a su legado y destino o escribirán su propia historia? ¿Podrán sobrellevar los d...