ESPECIAL

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Cuatro años después...


En el parque de diversiones:

El pelinegro sólo corría tras el pequeño escurridizo que iba hacia todas las atracciones aún apagadas.

— ¡Kant detente!— le gritaba el joven Min ya sin energías para seguirlo.

— Pero... yo quiero mirar— el niño realizó un puchero que fue irresistible para su cuidador.

— ¿Por qué no buscas al tío Chim Chim?— le propuso el azabache, pero antes de hacer algo, el comisario ya se encontraba cerca de ellos.

— ¿Qué sucede?— el rubio se arrodilló para quedar a la altura del pequeño.

— Es... que... Omma nunca me había dejado venir— el niño jugueteaba con sus dedos mientras hablaba agudamente. —Y yo quiero mirar, pero tío Suga está cansado— miró al joven Park con la esperanza de recibir ayuda alguna.

— Corres mucho— Yoongi se sentó en una banca cercana y dejó que el aire en sus pulmones de normalizara.

— Yo te voy a dar el recorrido— el mayor tomó al niño en sus brazos, y lo acomodó sobre sus hombros, con disposición de que pudiera observar casi todo.

— ¡Cuidado lo dejas caer!— el más pálido se levantó de un impulso y se posó junto a ellos, con sus brazos extendidos por si pasaba lo peor.

— ¿No estabas cansado?— se burla Jimin.

— Tío Suga se recupera rápido— el pelinegro siguió el juego.

— ¿Para dónde van?— una voz femenina los detuvo.

Los tres se giraron al reconocer a la dueña de aquella pregunta.

— ¡Omma!— el pequeño movió sus manos para saludar a esta. —Tío Chim Chim y tío Suga me van a llevar a conocer el parque— sonríe dejando ver los blancos dientecitos.

Alee al escuchar los apodos que les puso su hijo, no pudo contener la risa. Desde que comenzó a ser curioso, a casi todos los llamaba por un sobrenombre. —¿Azúcar?— se burló esta.

— Ni con un hijo logras madurar— el joven Min arrugó el rostro.

— Es que tío Suga es muy... blanco y dulce— la inocencia de este, le causó aún más risa a aquella, pero esta vez se le unió el comisario.

— Dulce, muy dulce— el sarcasmo provino de ella.

— Cuando quiere, aunque aveces amarga, suele ser dulce— aclaró el rubio.

— Gracias cariño— Yoongi observó con desagrado a su pareja.

— Pero si es verdad— se justificó el contrario.

— Bueno, antes de que continúen con su discución de pareja, vine a decirles que hablen con Hope— esta tomó una posición seria.

— ¿Por qué?— se extrañó el azabache.

— Necesitamos más personal para la función de mañana, ya que uno de los equilibristas sufrió un accidente— suspiró con pesadez.

— Pero, Hoseok no practica hace años— añadió Jimin.

— Es una emergencia, además él ya conoce como funciona todo aquí— suplicó aquella.

— Hoy iremos a visitar a Tae, así que intentaré hablar inmediatamente con JHope— el joven Park sonrió amigable.

— No te preocupes, que yo me encargo que acepte— Yoongi realizó un guiño.

— Muchas gracias por todo— sonrió ella.

— ¿Si voy a conocer el parque?— la atención se fue al pequeño que se encontraba aún sobre el comisario.

— Si quieren yo lo llevo— Alee se acercó más a ellos con disposición de tomar al niño.

— ¡No! Déjanos pasear al pequeño Kant— el rubio estaba muy encariñado con su sobrino.

— ¿Cuando terminemos llamamos a  Beomgyu?— preguntó el joven Min.

— Me harían un gran favor— sonrió esta antes de retirarse de ahí.

La pareja se dispuso a pasear por el lugar. Durante el proceso comenzaron a traer los viejos momentos ocurridos ahí, eso sí, sólo los buenos.

Jimin molestaba a Yoongi al recordar la primera vez que se conocieron y cómo habían conversado, mientras le contaban todo a Kant, el cual poco entendía pero escuchaba atentamente las razones de las risas exageradas de sus tíos.

Así pasó el rato, lleno de risas y rememoraciones. Tanta fue la emoción, que lograron recorrer el parque en su totalidad sin que el pelinegro se cansara o se quejara de la gran caminata.



CIRCUS //JIMSU//YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora