Capítulo XVIII 1/2

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El día del acontecimiento...


(Mediodía)


En el infierno:

Las piernas del castaño flaqueaban ante cada paso que daba al seguir a Owi, esto no tenía ni la menor idea hacia donde era llevado, sólo sabía que debía estar en cautela. 

— Si tanto querías ayudar a Alee, pues... ve y sácala— el hombre se detuvo frente a la puerta.

— ¿Disculpe?— el menor se encontraba incrédulo.

— Que saques a Alee— soltó sin emoción alguna.

— Lo que ordene—JungKook se encontraba realmente asustado.

Con toda la razón, el chico se encontraba nervioso. Podría estar facilitando un homicidio o cualquier otra acción atroz. Sin embargo, no tenía otra opción, pues hoy era el día.

Giró el picaporte con lentitud, y a su vez, abrió la puerta del mismo modo. Apenas tubo enfrente la inmensa oscuridad, dudó un poco en si continuar caminando. Pero ante ninguna señal de presencia alguna, su lentitud se esfumó.

— ¿Alee?— llamó antes de encender la luz.

Cuando todo estaba iluminado, dirigió su mirada a la cama, encontrándose  así, a un cuerpo sentado en posición fetal. Ella estaba inmóvil y con la vista perdida, eso aterró aún más al chico que cuando no la escuchó.

— ¿Te... encuentras bien?— este la tocó por el hombro, pero inmediatamente se apartó.

— Dí que no respondo— la joven susurró por lo bajo, dejando a un castaño desconcertado.

Aquél iba a cuestionar algo, pero al ver las miradas de la chica, solo asintió y se dirigió a la puerta.— Señor... ella no responde— intentó ocultar su nerviosismo.

— ¿Pero que?— el mayor se adentró con rapidez al lugar. —Pequeña...— este se posó al lado de la chica y con una mano la tomó por las mejillas. —Más te vale que te comportes, sino quieres regresar a tu hospital de locos— musitó entre dientes.

Alee pensó dos veces en si le respondía, pero su fuerza ahora era inexistente. Por lo tanto, solo asintió y comenzó a levantarse de la cama.

— Kook, llévala al estudio— la voz gruesa hizo eco en las paredes.

— Sí señor— el menor tomó con delicadeza el brazo de la chica, ya que los hematomas en todo este eran evidentes.


En la casa de Jimin:

Un auto se estacionaba enfrente del hogar. Dentro de este, se encontraba el joven médico en cuestionamiento de ir o no ir a la puerta.

Cuando se decidió, se posicionó al lado del timbre, y se dispuso a presionarlo.

— ¿A quién desea?— un pelirrosa abrió la puerta.

— Buenas... ¿Se encuentra Yoongi?— este decidió ignorar la falta de cortesía por parte del chico y centrarse en su propósito primordial.

— ¿Para qué...—  el de cabello rosado no terminó, ya que fue interrumpido por el menor.

— ¿Sí?— preguntó el pelinegro sin observar al doctor.

— Min... necesito hablar contigo— Beomgyu carraspeó un poco.

CIRCUS //JIMSU//YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora