Capítulo XXIV "¿Quién?"

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Un día después...

En la casa de Jimin:

El joven Park se encontraba sumergido en sus pensamientos. Últimamente no había podido descansar bien, ya que se veía en la necesidad de buscar respuestas y cerrar el caso con éxito.

— Jiminie— le llamó el pelinegro desde el otro lado de la cama.

— ¿Sí?— este se gira para observarlo al rostro.

— Deberías dormir un poco, pues ya te estás viendo pálido, hasta más que yo— bromeó Yoongi.

— Tienes razón— dijo mientras acariciaba una mejilla del contrario, y a su vez, se incorporaba para acomodarse en el torso del menor.

— Me estás preocupando— susurra el joven Min, acariciando los mechones de oro del contrario. 

— No tienes porqué— dijo entre su pecho. 

— Sé que es tu trabajo, y que quieres resolver el caso...— suspiró. — Yo también, pero eso no implica que debas sobrecargarte e intentar hacerlo todo solo— este bajó su mano hacia su espalda.

— Lo siento— musitó en el momento en que elevaba un poco el rostro, para que así se encontrara con el del azabache. —¿Sabes?, cuando tenía tu edad me hice la promesa de ser el mejor, sin importar que tanto debía hacer, me prometí destacar en cada una de las cosas que hiciera— se confesó el comisario.

— Cuando tenía tu edad, ¡Lo siento hijo de Cleopatra!— se burló el menor, causando una risa por parte de su pareja.

— Mi madre...— continuó el joven Park. —Ella siempre me decía que debía esforzarme por lograr todo lo que quería, y que algún día conseguiría mis metas si daba lo mejor de mí. Por tal razón, cuando ella se fue, mi principal propósito era conseguir que ella se sintiera orgullosa de mí, esté donde esté— una hermosa sonrisa se asomó en sus labios carnosos.

— No es por ser imprudente, pero... ¿No sabes hacia dónde fue?— la pequeña inocencia de Yoongi le causaba gracia al rubio.

— Ella murió de cáncer— sin importar el peso de las palabras, Jimin dijo esto entre risas causadas por aquel chico.

— Lo siento— el azabache se sonrojó y se reprendió mentalmente por su torpeza.

— ¡Aún eres inocente!— exclamó el comisario con cierta ternura, mientras apretaba con fuerza el contrario torso.

— No empieces...— se quejó el más pálido.

Estos permanecieron un instante en silencio, pero toda calma se rompió ante el recuerdo del chico rubio.

— ¡Olvidé tu promesa!— soltó de golpe el mayor.

— ¿Promesa?— al parecer aquel no había sido el único.

— Sí, recuerda que prometí contarte todo— el joven Park intentaba refrescar la mente del otro.

— ¡Ah!— se acordó el pelinegro. —Bueno... ¿Qué fue lo que sucedió?— este se incorporó hacia una posición cómoda, y así, escuchar al contrario.

— Al principio tenía sospechas de alguien, pero ahora estoy seguro de que esa persona está untada hasta el fondo en este caso— habló con cierto tono de cansancio. 

— ¿Quién?— preguntó Yoongi aún más intrigado.

— La madre de Beomgyu— lo dijo casi en un suspiro.


En la estación:

El lugar estaba casi desolado, claro, si se deja a un lado los guardias de seguridad y a los superiores aún trabajando en las oficinas. 

CIRCUS //JIMSU//YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora