Capítulo VIII "Debemos vernos..."

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Una semana después...

En la estación de policías:

Fuera de la estación habían cientos de reporteros, ya que después de que el secuestro de Alee se convirtiera en noticia nacional, los medios no dejaban de acosar a las autoridades en busca de respuestas.

—  ¿Aún siguen ahí?— preguntó Jin con molestia.

— Lastimosamente sí— llegó el rubio.

— ¿Qué has descubierto Jimin?— preguntó Namjoon desde su asiento.

— Nada importante, aún— recalcó al final.

— ¿La chica no se volvió a comunicar con Yoongi?— preguntó el pelinegro.

— No— llevó unos archivos a la mesa. —¿Y que saben de los topos?— preguntó tomando asiento junto a ellos.

— Absolutamente nada— contestó el pelimorado.

— No debimos enviar al idiota de mi hermano— bufó Jin.

— Estoy seguro de que Tae está bien y tiene un gran plan— Jimin observó a sus superiores.

— Apoyo a Jimin, porque si fuera por Jung...— antes de que Namjoon finalizara, el pelinegro le golpeó en la cabeza.

— El otro chico también es muy bueno— lo defendió Jin.

El rubio quien observaba la cómica escena, sólo intentaba contener las ganas de reír, pero todo se tornó en silencio al escuchar el sonido de un teléfono.

— Jimin, es el tuyo— le avisó el más alto.

Ante esto, el comisario reaccionó y sacó su celular, para descubrir que era Yoongi quién le llamaba.

— Disculpen, me tengo que ir— el joven Park salió de la oficina, antes de poder contestar la llamada.

En casa de Jimin:

Después de que el pelinegro llamó al joven Park, este decidió tomar una ducha para relajarse. Se había ausentado de sus clase, pues además de su padre, los medios lo estaban agobiando por toda la situación.

— ¡Llegué!— avisó el rubio, mientras dejaba las llaves en el centro del comedor.

Jimin no se preocupó de a mucho al no obtener respuesta, pues desde la sala escuchaba el sonido de la regadera.

— Tremenda urgencia que tenías— musitó el comisario con una sonrisa.

Este comenzó a dirigirse a su habitación, pero antes de llegar a esta, escuchó sonar el teléfono de Yoongi. No dudó en correr hacia la habitación del pelinegro y contestarlo.

¿Yoongi...?— escuchó la voz de Alee.

— No... soy Jimin— el rubio intentaba mantener la calma.

Oh, bueno...— la chica suspiró. —Ocurre algo...— esa voz no reflejaba nada positivo.

— ¿Qué pasa?— el joven Park estaba serio.

Tengo dos guardias de seguridad— eso bastó para que el comisario comenzara a maldecir interamente.

— Era de esperarse— controló su voz y todos sus impulsos.

Y... ¿Cómo han estado?— Alee comenzó a toser.

— Bien— el joven no quería contarle los líos que tenían y prefirió mentir. —Pero veo que tú no estás bien—.

CIRCUS //JIMSU//YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora