Comienza la aventura

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Alya no dejaba de pensar en la llamada de anoche. Estaba sentada con Marinette, quien en plena clase no solo apuntaba notas, sino que a su vez escribía una carta de amor a Adrien. Cambiaba de página para escribir en cada una las cosas importantes, mientras la morena solo pensaba una y otra vez en qué persona sería capaz de llamarle a su casa y contarle tales cosas del novio de su mejor amiga.

Suspiró, ignorando el tema en su propia cabeza y concentrándose en escribir apuntes que fueran necesarios para el próximo examen, cuando, entonces, se le ocurrió una idea: prestar atención a Adrien. No necesariamente en ese momento, sino tener más cuidado con lo que hacía, fijarse con quien hablaba. Sería un trabajo difícil, pero tenía un novio que podía ayudarla. Nino no solo era su pareja, también era mejor amigo de Adrien.

Habría que sacarle lo que pudiera de información.

Fue por eso que, apenas sonó la campana que anunciaba la hora del almuerzo, Alya se disculpó con Marinette y corrió tras su novio. Generalmente no estaban tan juntos en la escuela; eran discretos, aunque no tenían nada que ocultar.

—¡Nino!— gritó Alya a lo lejos, haciendo que su novio no solo se detuviera, sino que sonriera, abriendo sus brazos para recibirla en un hermoso abrazo. Al principio todo fue dulce, se saludaron con un beso pese a ya haberse visto, y, entonces Alya tomó de la mano a Nino y lo llevó lejos de Adrien, quien quedó confundido.

—¿Qué pasa, Alya? Adrien y yo iremos a desayunar a fuera, ¿quieres venir? sería un poco incómodo, pero...

—No, Nino — volteó, asegurándose de que Adrien no estaba cerca.

—¿Entonces?

—Ayer alguien me llamó— susurraba —Me llamaron a mi casa. ¡A mi casa! Ese teléfono no había recibido llamadas en años. En fin, el punto es que me llamó un desconocido, y me ha dicho que Adrien engaña a Marinette.

El moreno empezó a reír a carcajadas, negando con la cabeza. Su novia se cruzó de brazos, con el ceño fruncido y la mirada llena de ira.

—¡No es gracioso, Nino!—

—Perdón, perdón— poco a poco iba recuperando la postura —Pero es que eso es imposible. Llevan un par de días, y él no es así. Adrien no es así. Él adora a Marinette. Sí, tuvieron una pelea en la fiesta porque él quería fumar, pero en realidad es un buen chico, Alya. Seguramente te quieren meter cosas en la cabeza o jugarte una broma.—

Alya suspiró, tomando de su puente de la nariz. Regresó la mirada para asegurarse de que Adrien no estaba cerca, y todo lo contrario.

Adrien no estaba ahí.

———————————————————————————

Nervioso, se asomó por la puerta del salón, sin tener ni idea de qué grado era. Pero ahí estaba, Luka Couffaine, tocando su guitarra, con el montón de chicas a su alrededor. Adrien sintió celos, pero prefirió ignorar sus sentimientos y simplemente ir a hablar con él.

Iba a decirle que era una mierda de persona y que estaba enojado con él, pero apenas se acercó, y Luka alzó la vista para verlo, su cuerpo reaccionó solo, congelándose por completo. Adrien Agreste estaba bajo los efectos de lo que él aseguraba no era amor, solo un simple calentón y...

—¿Adrien?— hablaba el chico de puntas azules, regresando a Adrien a la realidad.

—Luka— suspiraba —necesito hablar contigo—

Las chicas, de la edad de Luka, refunfuñaron y se largaron del salón, dejándolos solos. Una vez la última chica salió, Adrien giró su cabeza para asegurarse de que estaba bien cerrada aquella puerta, pero al intentar regresar la vista a Luka, lo primero que recibió fue un beso.

Inevitablemente, Adrien le respondió con cierta pasión; recordando todo lo de anoche, cada segundo de ese encuentro había sido mágico. El rubio estaba actuando por si solo cuando se percató de que su miembro se empezaba a poner duro, así que rompió el beso de golpe, tomando aire después, con el rostro rojo y la mirada perdida.

—Ahora sí, ¿qué quieres hablar?— Reía Luka, bajando la mirada para ver la erección de su pequeño amante, quien apenas tuvo tiempo de cubrirse la entrepierna con las manos.

—¡No me beses así, Luka! Si la puerta llega a estar abierta y se asoma mi novia, me matará.—

Otra vez hablando de ella. Luka no la soportaba, pese a que no negaba que si tuviera la oportunidad se acercaría a ella.

—Qué mas dá. Dime que quieres—

Agreste se sintió ofendido ante la manera en la que Couffaine le había hablado, así que frunció el ceño, levemente molesto

—Vete a la mierda, Couffaine— dijo sin más.

Apresuró el pasó, escuchando perfectamente como Luka iba tras de él. Sabía que no podía hacer una escena fuera de ese salón, a lo que se detuvo para intentar hablar con él, pero en ese par de segundos que no hubo movimiento alguno en su cuerpo, Luka actuó. Luka tomó la cadera de Adrien para alzarla, empujando la espalda ajena con su propio hombro y como resultado final, estaba Adrien en una posición extremadamente sexual, con el pecho pegado a la puerta y la cadera alzada.

Luka comenzó a simular que le hacía el amor, empujando su pelvis contra el trasero de Agreste, mientras mordía su cuello, haciendo que su víctima empezara a jadear, y apenas tuvo la oportunidad, lo soltó, quedándose de pie. Adrien se giró molesto, con la erección más pronunciada.

—¿En serio querías que me fuera a la mierda? No pareces muy enojado justo ahora— Se burlaba Luka.

Adrien suspiró, intentando calmar sus instintos para poder salir de esa aula de clases en la que se sentía completamente atrapado.

Sin embargo, había confirmado una cosa: también era cierto lo que decían, que Luka no tenía punto de lleno con el sexo. Era insaciable.

Agreste sintió su miembro ponerse cada vez más liviano, a lo que salió del salón con la idea de ir con su amigo y simplemente olvidar todo eso, pero Luka no pensaba lo mismo. Lo tomó de la mano y lo empezó a guiar hasta unas escaleras que Adrien no tenía ni idea que existían. Claramente, el rubio no puso resistencia.

Ambos llegaron a un pequeño cuarto que aparentemente era un salón, pero estaba completamente vacío a excepción de algunas cajas que de era muy seguro tuvieran cosas para las celebraciones escolares.

Luka cerró la puerta y empezó a desvestirse. Adrien, incapaz de moverse, admiró otra vez el cuerpo de Couffaine, sintiendo su erección revivir. Esta vez no podría resistirse.

Y así fue.

Tras un buen par de besos, Luka se puso de rodillas y después de desabrocharle el pantalón, comenzó a lamerle la entrepierna por encima de la ropa interior, causando que el rubio estremeciera, temblara. Le bajó los calzoncillos, y comenzó a lamerle su glande, saboreando el líquido preseminal. Después Agreste, a nada de venirse, sujetó con fuerza el cabello de Luka y acabó.

Luka sonrió, levantándose. Después, de nuevo, tomó suyo a Agreste, a quien tuvo que mantener su boca ocupada con sus dedos para que dejara de gritar tanto.

Agreste y Couffaine lo estaban haciendo en la escuela.

[+18] Yo (no) te amo ;  {Lukadrien}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora