Tokio.
El profesor un alma impenetrable, solitario, impasible.
Había planeado durante casi toda su vida el atraco perfecto, enumerando meticulosamente cada posible error de su banda, sin pensar que él sería el que acabó por romper su regla más importante "nada de relaciones personales".Palawan, Filipinas.
673 días antes de la hora cero.El rugir de las olas me despertó por completo, la suave brisa del amanecer me llevó a un trance del cual mis miedos más fuertes comenzaron a brotar desde lo más profundo de mi mente, atemorizandome hasta no poder permanecer por más tiempo bajo el endron y terminar corriendo hacia el furioso mar.
"Te quiero mucho hermanito, no lo olvides".
" Me han detectado la enfermedad de mamá, los doctores dicen que solo me quedan tres años de vida".
" Te presento a Tatiana". " Que fácil es hablar del amor cuando nunca lo has conocido".
" Disfrutar, porque al final es lo único que importa, disfrutar, hasta que se acabe la fiesta".
" Tienes que entenderlo, hermanito, antes que yo... muera".
Las lágrimas brotaron, enterrado en la arena blanca, pude darme cuenta de todas las oportunidades, de todos los momentos que pude haber pasado con Andrés antes de su muerte, en vez de haber planificado y llevado a cabo este maldito atraco, que terminó por acabarnos, por acabarme.
— Cariño, todo estará bien.
Aquellas manos cálidas me sostuvieron, mi cuerpo pesado debido a la ropa mojada la hicieron caerse junto conmigo. Su cuerpo mojado con el vestido absorbiendo su cuerpo, su cabello mojado, y aquel pirceng en la nariz, todo en ella parecía subrreal, y temía que este fuera otro sueño, en esos en donde despertaba empapado de sudor y solo.
— Sergio... — su voz se oía lejana, ya no sentía sus manos en mi cuerpo, ya no veía su rostro.
— Raquel ¿A dónde vas?, no me dejes solo, Raquel — el agua subía rápidamente, me estaba ahogando y Raquel ya no estaba.
— Tengo miedo, no me dejes, no puedo solo con esto — mire mis manos temblorosas, recordé mi cumpleaños número dieciséis, junto a mi padre.
Hospital San Juan de Dios de San Sebastián, España.
— ¡Felices dieciséis, Sergio! — escuche a mi padre felicitarme efusivamente, aparte la vista de mi libro para mirarlo a los ojos — Como es tu cumpleaños el doctor me dijo que podemos ir allá afuera ¿Qué piensas?
— Allá afuera — repetí dudoso, recordé la última vez que salí y no fue muy grato — Prefiero quedarme aquí y escuchar tus historias — palpe un sitio vacío en mi cama y pude ver la decepción en el rostro de mi padre.
— Lo siento, Sergio — mire con rareza a mi padre, sin entender el contexto de sus palabras — Haz pasado tu vida entera aquí y yo queriendo sacarte, Sergio quiero que vivas la vida, conocer gente, tener a alguien con quien compartir tus intereses, una novia ¡Que se yo!
— Padre estoy postrado en una cama — hable con calma — Nadie me querrá así, prefiero quedarme con mis libros y contigo — sus ojos se volvieron llorosos temía estar llorando también — No me dejes solo, tengo miedo.
ESTÁS LEYENDO
"𝕷𝖆 𝖚𝖓𝖎𝖈𝖆 𝕱𝖎𝖘𝖚𝖗𝖆"©(SERQUEL) «La Casa De Papel»
Romance𝑵𝒊 𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒆𝒏𝒄𝒂𝒓𝒏𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒏𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒎𝒐𝒓. Un día, puedes ser feliz en Palawan, vivir una completa historia de amor. Pero casi en la misma línea de tiempo, puede...