Tokio.
No tenían nada en común, solo eran dos personas con ansias de amar, dos almas flotando en el aire, para finalmente caer en el caos.
Palawan, Filipinas.
El calor era insoportable, incluso si era de noche. El solo sonar de las olas no calmó sus frenéticos latidos, dio vueltas en la cama buscando la posición más cómoda, hasta que finalmente se rindió y decidió levantarse.
Descalzo, se sentó en la encimera de la pequeña isla de la cocina y con una copa de vino en mano, trato de recordar el rostro de su amada. Tan transparente y complejo a la vez, su mente recreo los momentos más nítidos que había vivido con Raquel.
" Disculpe, ¿No tendrá usted un cargador de móvil por ahí?"
"Quiere usar el mío"
Con un suspiro, recordó su expresión de sorpresa, luego el cómo temblorosamente tomó su móvil y marcó a su madre, recordó que volteó su rostro porque no podía asimilar todo el daño que iba a causarle, y no sólo en el ámbito profesional, pero para ese entonces Sergio aún no lo sabía.
"Me alegra que estés aqui"
"Vámonos" " Raquel, yo no quiero que se me pase esto... "
" ¿Tú te irías con una madre, una hija y una abuela? "
" En este preciso momento, sí"
" Es tan loco... Que no me imagino haciendo otra cosa"
Su mirada encogió su corazón, el miedo de no volverla a ver lo envolvía, él quería estar con ella sin las ataduras de un atraco, sin la máscara del profesor.
Giro la copa, bebiendo el último sorbo. La tranquilidad del mar, le recordó cuan solo estaba, se había dado cuenta que él siempre había conducido al abismo a las personas que más quería, había sucedido con su padre había sucedido con Andrés, y ahora ¿Quién sería? ¿Quién más tendría que morir por sus errores?
El ruido de un objeto siendo azotado en el suelo lo saco de sus vacilaciones, y miro con desdén que luego se transformó en una sonrisa nerviosa al comprobar de quien se trataba. Sus miedos del pasado se vieron evaporados y lo trajeron de vuelta al presente, en donde si existía un presente al lado de Raquel.
— ¿Volveremos a Madrid, Sergio? — un mechón de su cabello castaño casi idéntico al de su madre se escondió detrás de su oreja.
— ¿Por qué dices eso, Paula? — Sergio la invitó a que se sentará con él, y le acaricio el cabello, la pequeña se recargo en su pecho.
Era increíble el lazo que había formado con Paula, se trataban como si fueran una familia, pero aun así sabía que él jamás podría ser un padre para la niña, pero intentaba ser más como un amigo, le enseñaba cosas, jugaban juntos, molestaban a Raquel juntos, aún recordaba como a inicios de año habían planificado una fiesta en el barco para el cumpleaños de Raquel.
— Te escuche hablar con mamá, estabaís discutiendo, le dijiste que debíamos irnos — la niña se aferro aun más a su cuerpo — Además la chica que duerme en la habitación de invitados nunca la había visto ¿Quién es?
— Su nombre es Tokio, ella necesita mi ayuda por eso esta aquí, y no nos iremos, Paula — Sergio se posicionó para verla a los ojos, para así transmitirle esa confianza tal como Raquel se lo había enseñado — ¿Tú quieres volver?
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"𝕷𝖆 𝖚𝖓𝖎𝖈𝖆 𝕱𝖎𝖘𝖚𝖗𝖆"©(SERQUEL) «La Casa De Papel»
Romance𝑵𝒊 𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒆𝒏𝒄𝒂𝒓𝒏𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒏𝒂𝒕𝒖𝒓𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒎𝒐𝒓. Un día, puedes ser feliz en Palawan, vivir una completa historia de amor. Pero casi en la misma línea de tiempo, puede...