CAPITULO 2- Tus ojos me vieron con dulzuras de amor

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Cinco de noviembre, el primer día de las vacaciones invernales.

Las decoraciones de Halloween que hubo por doquier fueron retiradas para dar paso a los adornos navideños.

Guirnaldas ámbar iluminan las calles, la icónica imagen de un beta gordinflon con ropajes rojos invadió las plazas, así como las series de luces de colores en la gran mayoria de los hogares nipones.

Las vacaciones de invierno suelen ser las favoritas de los más jóvenes.

Los chicos de preparatoria tenían muchos planes en mente para divertirse durante aquel invierno, ya sea en actividades al exterior, rituales de hibernación o preparativos festivos.

Algunos construian grupos de excursión para perseguir la nieve en los santuarios o en las praderas, otros se reunian en comunidades para avivar tradiciones religiosas como actividades de caridad o fiestas decembrinas que requerian de muchas manos que ayudaran a realizar un festin, unos más realizaban cazeria, deportes de nieve, despilfarro de dinero o visitas a saunas en los condados vecinos.

Aunque, en realidad, Kaito no idealizó ninguna de esas cosas como sus planes vacacionales. El chaval tan solo queria vagar en su casa, ayudar con los quehaceres y comer el helado puesto en rebaja por la temporada.

Los colegas del joven insistieron en salir constantemente a pasear por la ciudad con la fe de toparse al omega que buscaron todo el otoño, pero eso a Kaito no le llamó la atención.

Sus amigos no serían sus hermanos de otras madres si no tuvieran la noble intención de poner el entusiasmo del que carecía el peli azul para dar con el omega de sus sueños.

-Ah, Gakupo-chan. - La mujer de apariencia juvenil sonrió con genuina felicidad ante la presencia de aquel joven. -

-Buenos días señora Shion ¿Está Kaito?

-En un momento viene, permíteme.

-Claro. - Se reverenció ante ella en muestra de gratitud. -

Admiró el sencillo jardín frontal que tenían en la casa Shion mientras esperaba. Él adoraría tener un camino de flores brotando en su hogar, pero el vivir en departamentos lo impedía.

Esperó unos minutos más antes de que el agotado alfa sereno hiciera acto de presencia.

- ¿Si? - Su apariencia desalineada tomó por sorpresa al peli lila, quien le peinó algunos mechones rebeldes mientras que el otro se estiraba con el fin de coordinar sus exhaustas extremidades. Sus párpados se abrieron a destiempo.-

- ¿Era una buena siesta? Jaja.

- Mmm ¿Qué ocurre? Gakupo.

- Vamos a salir al lago. Hoy han avisado que está completamente congelado y queremos ver qué tanto nos soporta ¿Vienes?

- Fuh. No lo sé... Eso suena imprudente.

- ¡Anda! Tenemos que aprovechar esta edad para ser idiotas, cuando estés en la universidad no tendrás más opción que desfallecer estudiando o morir por un coma etílico.

- Me parece que eso también es producto de la idiotez.

- Pero idiota adulto, no idiota niño.

- Beber no tiene nada de responsable.

- ¡Pero la mayor parte del tiempo escapas de los problemas en lugar de ganar más!

- Ugh. No sé. - Sabía que queria dormir, pero no sabia si podría lidiar con otro discurso de su madre respecto a su aislamiento. -

✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora