CAPITULO 13- Despertaré

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Japón, 11 años atrás.

Era una noche calurosa, al día siguiente Shion Kaito entraría a su celo puntualmente de no ser por lo que estaba a punto de hacer. Evadía el tema por completo, admiraba su reflejo en el espejo del baño, cepillaba su azulada cabellera más de lo normal, elevaba su labio superior para confirmar el haber lavado sus dientes, su piel estaba pulcra y ya tenía el piyama puesto, no quedaba nada más por hacer, debía tomarse los supresores.

Respiró hondo, enlistando los motivos por los que haría eso:

No quería lastimar a nadie

No era malo

Debía probar que se equivocaban respecto a el

Deseaba ganarse la confianza de esa omega...

Quería proteger a Len, incluso de él.

Con el optimismo a tope, sacó dos capsulas de un frasco con mil indicaciones, ambos fármacos cayeron en la palma de su mano, el eco del recipiente siendo depositado en el filo del lavamanos estimuló sus sentidos, miró osado las figuras bicolores, tragó saliva, abrió el grifo para poder coger algo de agua con ambas manos una vez que engullera la medicación.

-Estaré bien, puedo hacerlo. Por él.

Aterrizaron en la parte trasera de su lengua, el agua que cogió con rapidez las guio por el trayecto de su esófago, el adolescente jadeaba, viéndose a si mismo con orgullo por medio del espejo. Satisfecho con su acción, abandonó el baño para irse a dormir.

Se arropó, bostezó con fuerza y cerró sus ojos esperando conciliar el sueño. El hogar era invadido por un silencio total en las noches, excepto por cuando Yuki roncaba. Kaito lucía atrayente al dormir, con una mirada serena y su cuerpo firme, pero sin tensión.

Pasadas pocas horas desde que tomó el medicamento, comenzó a removerse. Un inusual escalofrió le hizo despertar, al estar consciente cubrió su boca con una mano antes de ir con toda prisa al retrete más cercano.

Su jaleo no despertó a nadie, sin embargo, eso no lo hizo sentir menos culpable, recargaba su rostro frustrado en sus brazos. Aun arrodillado frente al escusado, maldecía a lo bajo hasta que un cosquilleo en su entrepierna le hizo voltear.

Una creciente erección se notaba aun siendo custodiada por tela de lana. Carraspeó metiéndose a la ducha sin quitarse las prendas, abrió la llave de agua fría.

Desabotonó la camisa de la ropa para dormir, se bajó los pantalones hasta media nalga, de esta manera pudo liberar su feroz erección. Recorrió la cortina de baño solo por si alguien iba a ver que sucedía, sintió como los chorros de agua recorrían su piel, además la tela se empapaba y en consecuencia terminó pegándose a su cuerpo. Eso lo entusiasmaba, aunque tal show no era suficiente para calmar a su alfa, quería más creatividad, quería un ser, un aroma para continuar con la recepción de placer autónomo.

Eligió a la omega más popular de su clase. Algo en él se asqueaba, mas sin embargo todo se fue al carajo cuando la imaginó arrodillada, elevando sus caderas para él mientras suplicaba romperla en dos hasta que "se olvidara de ese niño y fuese feliz con ella". Su alfa revoloteó cuando incluyo superficialmente al omega en la fantasía.

Gruñía con fuerza, la fricción era brusca pero el agua evitaba cualquier daño. Cuando llegó al clímax esperó a que la pequeña corriente arrastrara su semen, se despojó totalmente de sus prendas ya pesadas por el agua absorbida y culminó la ducha con el propósito de alejar su peste a celo.

✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora