CAPITULO 20- Te adoraré, y tú me amarás

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¿Cómo descubrimos que somos destinados?¿Lo sabemos desde antes de nacer?¿Cómo saber si el destino realmente será como queremos o si podemos evadirlo? ¿Cómo sabrás que tomaste la mejor decisión al evadirlo?

La voz anciana que narraba aquel documental hacía eco en la sala medio vacía, solo había 4 personas en la misma función que él, podrían estar pasando lo mismo o quizá solo se trataba de 4 curiosos que saldrían de ahí criticando el dilema sin entenderlo siquiera un poco.

La vida está llena de elecciones y las elecciones son tan infinitas como las estrellas, no vamos a vivir en la gracia de una sola decisión.

Decidió que estaría con él, pero después vino una pregunta.

Decidió enfrentar la pregunta y todo vino cuesta abajo en su relación.

Había tomado una decisión que posiblemente fue muy inmadura y la más estúpida cuando una pareja quiere solucionar los problemas en su relación...

Al terminar la función regresó a su hogar, había prometido que no le tomaría mucho tiempo estar en la ciudad.

Aoki sonreía embobaba, llevaba media hora arrullando al recién nacido en sus brazos. Oh, si tan solo pudiese continuar llorando de alegría por la hermosa dicha de ser abuela. La criatura había tomado toda la genética paterna de la parte alfa, siendo la cuarta mini copia que conocía de su esposo: Kiyotero, el principal proveedor del gen Shion.

- Mira Kaito, que bonito es.

- Ya lo veo, ma. -Los sentimientos dominaban su razón. Lo que experimentaba era confusión y orgullo con una pizca de miedo. -

- Kaiko, Kaiko. -Llamaba a su distante hija con emoción, ella solo sonreía con serenidad, las muestras de afecto o adulación no eran su fuerte. -

-Si mama. Es guapo.

- ¿No están felices? ¡Son tíos!

- Ma, me gustaría ser tío por causa de ella. -Pasa su brazo por los hombros de Kaiko, ella solo sonríe de medio lado esperando poder expresar un: No, gracias. -

- No hablen así, es una bendición.

- De nuestra hermanita. -No moriría pronto, Yuki apareció de repente a espaldas del sofá donde estaban sentados sus hermanos, su madre y su hijo. -

- Ok, tengo que irme ya, ma.

- Da tu mejor esfuerzo cariño.

-Si mama. -Depositó un beso en su mejilla y se acercó a su pequeño primogénito. - Pórtate bien cariño, tu tío tiene experiencia cuidando niños, pero es un idiota. -Acarició con gentileza su naricita, el bebé emitió un puchero. - Adiós mi precioso -Besó la parte frontal del gorrito que mantenía cálido al niño que le dejó su omega. Tras hacerle un mimo más, caminó directo a la salida mientras inspecciona su uniforme, asegurándose de que se encontraba pulcro. – Adiós Aniki, nee-chan. -Dijo de manera veloz, salió corriendo a la puerta donde se puso su calzado para enfrentar el mundo laboral. -

- Dios mío, crecen tan rápido...

- Es una niña ¡Solo tiene 25 años!

- Y ren-kun tiene 4 meses ya, oh como vuela el tiempo. -Seguía dramatizando, arrullaba a su nieto y acomodaba continuamente su frazada. -

- Cuando menos lo esperen me haré vieja y viviré con muchos gatos.

- Tomate un día libre para salir y veras como terminas por conocer a ese alguien.

- Aghh, estoy muy cansada ¿No envían parejas por paquete o algo así? Odio ser beta, si fuese omega ya habría llegado un viejito a mantenerme.

- O un haragán para que lo mantengas...

✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora