✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•

CAPITULO 18- Mi ensoñación se hará realidad

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El mundo va a sufrir un apocalipsis.
No, el mundo va a estallar.

Un frívolo chico en el apogeo de su juventud sentía que todos podrían morir y a él no le importaría un carajo, la felicidad era tal que podría dejar esta tierra de una manera ridícula pero su sonrisa no se borraría. En cuanto desbordaron el transporte su alfa se marchó a su hogar, Len no había tenido suficiente con ir sentado junto a el durante todo el trayecto de retorno, por lo que hizo un par de pucheros al tener que despedirse, estaba tan embobado que aceptó un suave beso en sus nudillos como gesto romántico.

Ambos gemelos dijeron adiós al resto de viajeros, tuvieron que solicitar un taxi para no tener que cargar con sus enormes maletas, sin más regresaron a casa.

- ¿Cómo estuvo el viaje? - Sus padres yacían en la sala. Leon sostenía un libro entre sus pálidas manos y Lily tan solo reposaba al lado de su marido. -

- ¡Bien! ¡Visitamos lugares muy bonitos! - La omega inmediatamente respondió con emoción. – Fue toda una aventura.

- Ooohh~ Rin-chan luce radiante. - La sonrisa de su padre era acusadora, algo tosca con los sentimientos sinvergüenzas de la mujercita. - ¿Ocurrió algo especial? Hija. - Lily ya lo miraba indignada, no podía con el modo "liviano" de su torpe esposo, menos con su gesto sugerente que realizaba con las cejas. -

- Me di las vacaciones que tanto merecía. -Contestó, sin percibir las incitaciones que transmitía su padre. - Deberíamos ir en familia, un baño en las aguas termales te sentará bien.

- Vaya, vaya, suena emocionante. ¿Te divertiste con alguien en especial? ¿Estuvo Len pegado a ti todo el tiempo?

- Claro que sí papa, fue un viaje entre amigos. - Ya pillaba su mensaje, contagiándose de su humor respondió con un tono encaprichado. - Ocurrieron cosas de chicas y cosas de hermanos ¿Cierto? Hermanito. - Codeó a su hermano, invitándolo a hablar, pero ambos padres lo tomaron como una señal de "Di que sí, pelotudo". Pero él no habló, parecía estar en un trance que le indicaba mantener una carita inocente. -

- ¿Qué hay de ti Len? - Insistió su madre, despertándolo de su quietud. -

- Ah. Ha sido muy relajante, después de todo en su mayoría era un sitio para reposar.

- Si, reconozco que su piel se ve-... - Cada que hablamos, respiramos para articular las palabras. Entre sus respiraciones, Lily percibió un aroma ajeno en el ambiente. - ¿Qué es eso?

- ¿Qué mama? - Preguntó su hijo con la misma carita de angelito que, para la omega mayor, de buena espina ya no tenía nada. -

- Capaz de notar ese gesto de desconfianza, con un poco nervios y enterada de lo que ocurrió la noche anterior, Rin se apuró a intervenir cumpliendo su rol de cómplice. - Sí... ¿El olor herbal? Hah, estragos de tanto estar en el spa, dijeron que se quita en una semana o dos. -Sacudía sus manos, mezclando su aroma con el de su hermano. – Ambos, somos ambos los que lo traemos.

- No es herbal y no, no lo percibo de ambos. -Inmediatamente se puso de pie, acercándose a sus hijos. - Bueno, a decir verdad, es como una flor-...  - Sus parpados se contrajeron a gran escala contra sus cuencas oculares, la respuesta había sido procesada con éxito por su sentido olfativo. Reconoció ese suave pero potente peste a vainilla que, aunque era atractiva, la aborrecía. Hizo ese dramático giro de las madres que tanto nos asusta, dejando en claro que ya no podrían hacerla tonta. La mayor de los mellizos salió corriendo en búsqueda de refugio, ya no podía ayudar a su hermano con el secreto. - ¿Por qué hueles a vainilla?