CAPITULO 12- El fuego encendió mi corazón

69 3 0
                                    

°°°°°°°°°

- Hoy será un buen día, voy a estudiar, voy a entregar mis deberes y cuando me dé cuenta, ya podré volver a casa. -Sonreí convencido mientras me miraba al espejo, acomodé mi corbata y fui por mi mochila, mi hermana y madre me esperaban en la entrada. -

Al salir de nuestra habitación, mi padre se despidió de mí, me dio un cariñoso beso acompañado de una palmadita en la espalda.

- ¡Len! ¡Apúrate! ¡Ya debemos irnos!

- Rin, es super temprano, llegaremos a barrer.

- Tú llega a barrer, yo tengo mucho que hablar con mis amigos. -Torcí los ojos, entré al auto para cerrar la puerta de una vez. -

- Chicos, no estén peleando.

- Len quiere pintearse las clases.

- No es cierto, lo único decente que haces es madrugar, solo para pasar el chisme y así no hablar durante clases. -La tarada me sacó la lengua, abrazando su mochila con diseño de moda. -

- Len, deja en paz a tu hermana. -Hicimos contacto visual a través del espejo retrovisor. -

- Ha-ha~.

- Rin, deberías darle algo de vida social a tu hermano.

- He-he~. -La arremedé, adoraba sacarla de sus casillas antes de llegar a la escuela, era terapéutico, la veía ser una loca antes de sonreír como muñeca de porcelana durante toda la jornada. -

Inglés, aritmética, biología e historia, era adiestrado sobre mis clases "favoritas" antes de salir a almorzar. Cuando el timbre de receso inundó los impecables pasillos, todos salimos disparados al área de descanso, dejamos a la profesora con las palabras en la boca.

Deposité mis libros en mano en el casillero para sacar los del segundo tiempo, bien, ya puedo ir al comedor para ver que me darán de comer hoy.

Una manzana, medio sándwich sin orillas y relleno de lechuga con tomates más delgados que un cabello, por cosas como esta estoy considerando pasar de el niño fantasma de la escuela al presidente estudiantil, solo para hacer que nos den un maldito pedazo de pollo en lo que llaman: un alimento completo. No me sorprende que tanta gente se desmaye, aunque, quizá no ingieren lo que dan aquí si no sus dietas "atrapa parejas".

Estaba ahí, siendo yo, escogiendo entre un agua mineral o un jugo de naranja sin azúcar ni pulpa para pasarme el desabrido sándwich, cuando una delgada mano completamente desconocida tira de mí. Me puse en modo alerta, hasta que vi que era la omega tísica de mi clase, Akita Neru, una chica un poco más popular que mi propia hermana.

- Escucha, yo no cargo con el dinero de mis padres.

- No vengo a intimidarte, Len, cariño, estoy cansada ahora.

- ¿Quieres mi almuerzo cierto? Lo comprendo, se te nota.

- Haha, gracioso, eres como muchos piensan.

- ¿Alguien sabe que existo?

- Okey, entiendo, te haces el desentendido. -Acomodo su flequillo, aflojando un poco su agarre, pero impidiendo que me alejara de ella, entrelazando nuestros codos. -. Inteligente, misterioso, omega-...

- Como todos los que asisten al instituto de omegas... -Interrumpí lo último, Dios, como si mi condición fuese una maldita rareza. -

- Has pasado mucho tiempo solo, ven, no seas tímido, siéntate con nosotros. -Siguió jalando de mí, abusando de que estaba cuidando que no se me tirara mi pobre merienda. Me llevó hasta la mesa que, según el resto, brillaba por el oro. De oro nada, solo eran los juniors más nobles, finos, y decentes de toda la escuela. Si, era lo opuesto al grupito vulgar que rodeaba a Rin, pero tampoco eran de mi agrado. -

✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora