One day, One year | VK

E32

Seúl, Marzo 22/2015.

Le costaba respirar.

Había pasado las últimos horas con los ojos hinchados de tanto llorar. Encerrado entre las sabanas que, tristemente lo cobijaban tras el inesperado alejamiento de la persona que más cerca había estado de él.

No podía obligarlo a estar cerca suyo, si eso significaba dolor. Lo entendía, pese a lo mucho que le costaba, estaba seguro de que era mejor así pero entonces, ¿Por qué dolía de tal modo como si su corazón se le hubiese roto sin ninguna opción de ser reparado?. Era extraño, pensó. Y con ello se impulsó a salir de aquella cama para ir por un baño, más no consiguió alejar los pensamientos tras encontrarse con él.

—Buenos días. —saludó Taehyung, sin dedicarle una mirada y con palabras frías que sabía, no eran reales.

—Hola... —sonrió él menor, tragando un poco de saliva para continuar la pequeña charla que se había vuelto rutina para los dos. —¿Dormiste bien?.

Él mayor asintió con una media sonrisa y luego abrió la boca para responder, como todos los días. —Si. Estoy intentando descansar pero es difícil con tanto que preparar. —soltó una carcajada y llevó su mano tras la nuca para desordenar su cabello.

Jungkook le devolvió gesto, dejando a relucir su dientes. —Eres bueno, Tae. —elogió a su compañero. —Además... las últimas semanas nos hemos esforzado bastante, saldrá todo bien, ya lo verás. —cerró sus ojos un segundo y luego sintió la mano del castaño posarse en su mejilla.

—Te dije que dejarás de llorar, Jungkook. —le reprochó con ternura. —Tu ojos se ven cansados, tú piel está más pálida... lo siento tanto. —continuó mientras retiraba con su pulgar, la lágrima que se posaba en la esquina del ojo del menor.

Jungkook se mantuvo en aquella triste pero tranquila oscuridad. El tacto de la mano de Taehyung era la dosis diaria de contacto que necesitaba. Lo extrañaba, estar lejos de él era perjudicial, más cuando su corazón se alborotaba de esa forma cada vez que lo veía.

Entonces habló, apartándose con sumo cuidado y dejando atrás, sus emociones. —Iré por un baño, comeré y entrenaré después. —comentó con los ojos repletos de un brillo especial mientras lo miraba. —Descansaré, v-hyung. No te preocupes por mi...

Sonrió aguantando el dolor y se metió en el baño con rapidez. Abrió la llave de la ducha y dejó correr el agua mientras se desnudaba. Tras eso, observó su reflejo en el espejo y llevó una de sus manos al lugar donde antes, le había acariciado él mayor.

Respiró profundo y se metió a la ducha de inmediato, dejando que el agua se llevara todas las malas sensaciones acumuladas con el paso de los días.

Recordó entonces las insinuaciones de Jimin y los consejos de Yoongi.

Le parecían graciosas pero a su vez de lo más ciertas, sabía que no era normal sentirse así con otro chico, sobre todo cuando sólo se trataba de uno pero aún así, no se sentía totalmente preparado para asimilarlo.

Borró aquellos pensamientos y continuó su baño ya más calmado y media hora después, se encontraba en la habitación alistándose con ropa cómoda, para ir a ensayar.

Se rió de sí mismo y recordó una vez más a la abuela del castaño, la verdad de sus palabras y la calidez con la cual se la había entregado. ¿Cómo lograría entender cada emoción existente?, ¿Cuándo dejaría de ser un cobarde y afrontaría su realidad?.

Ciertamente no lo sabía, pero debía empezar a hacerlo. El tiempo siempre jugaba en contra y con los cortos años de vida que tenía, había aprendido que el actuar tarde, nunca traería algo bueno.

Golpeó sus mejillas con ambas manos y miró la hora en su teléfono móvil para luego abandonar el lugar. Caminó con agilidad para subirse a la última van, aquella en donde le esperaban Yoongi y Jimin, más no Taehyung.

Quiso preguntar pero no se atrevía, sentía que había perdido ese derecho sobre la vida del castaño pero entonces, él de cabello rubio habló.

—No irá a ensayar hoy, su padre lo llamó para avisarle que su abuela ha estado un poco mal de salud. No es nada grave pero prefiere estar tranquilo y atento por si lo llaman. —aclaró Yoongi mientas le daba de su agua a Jimin.

Jungkook suspiró, haciendo caso omiso cuando uno de los chicos le pidió cerrar la puerta del vehículo para partir.

Había días nublados y días soleados, hoy era un día como el primero. Por lo mismo sintió la necesidad de no estar ahí, no era su lugar. Debía actuar antes de que sus pensamientos lo impulsaran a hacer lo contrario a lo que su corazón le dictaba.

Con eso en su espalda, se bajó del vehículo y corrió con apuro hasta el interior de la casa.

Estaría para Taehyung como siempre lo había hecho antes. Acompañándolo. Por mucho que él mayor no quisiese tenerlo cerca, se lo debía. Necesita sentir que era útil, aunque sólo estuviesen en silencio. Con es bastaba...

De eso se trataba...

Ni siquiera tocó la puerta de la habitación que no era suya. Entró y se sentó a un costado de la cama mientras Taehyung lo observaba sorprendido.

—¿No deberías estar ensayando cómo el resto?. —preguntó sin obtener respuesta mediante palabras, más sintiendo los brazos del menor envolverlo en un gran abrazo.

—¿No habíamos prometido compartir todas nuestras preocupaciones?. —le cuestionó, enterrando su rostro en el cuello del mayor para quedarse allí.

Él castaño suspiró cansado, dejando caer el teléfono de su mano para acariciar con lentitud la cabellera del menor. —¿Qué voy a hacer contigo, Jungkook?. —se preguntó en voz alta y depositó un casto beso sobre la cabellera del azabache.

—No dejar de quererme nunca, hyung... —susurró, dejándose envolver por la tranquilidad que, siempre le entregaba el estar cerca del castaño. —Porque yo jamás dejaré de hacerlo... —finalizó, dejándose embriagar por el suave aroma a lavanda, que emanaba de la piel canela de Kim Taehyung.

Su lugar seguro en el mundo, pensó. Sin alejar la dulce sonrisa que decoró su rostro segundos después.

Hola, ¿Cómo están?... ha sido un largo tiempo. ¿Me extrañaron algo?, porque yo si a ustedes. He vuelto al fin ^^ así que, espero que les haya gustado esta sorpresa...