One day, One year | VK

E25

Daegu, Enero 08/2015.

Jungkook se desperezó en la cama, estirando sus brazos hasta más no poder para poder relajar en parte, la tensión que tenía todo su cuerpo. Aún con secuelas debido a la intensas pero significativas actividades deportivas junto a su hermano.

Sintió unos brazos cálidos, envolverlo. Arrastrándolo contra aquel pecho que se había convertido en su lugar favorito y que le otorgaba la cuota de calidez que necesitaba a diario.

Sin pensarlo, llevó sus manos tras el cuello del mayor. Acercando su rostro lo suficiente como para que sus narices se rosaran con suavidad.

—Extrañaba esto... —susurró él mayor sobre los belfos del azabache antes de generar un breve contacto de ellos, un momento demasiado íntimo como para cuestionamientos.

—Y yo. —respondió, cerrando sus ojos para embriagarse del leve aroma a lavanda que comenzaba a disiparse por la mañana.

Taehyung sonrío, sintiendo como ante cada palabra o insinuación del menor, su corazón latía de una forma que lo hacía temer su capacidad de control ante aquellas situaciones.

—Iré a tomar un baño. —le indicó tras dejar atrás el momento de intimidad para sentarse a orillas de la cama.

—Está bien, hyung. ¿Puedo hacerlo yo también?. —preguntó con la inocencia que lo caracterizaba cuando se trataba de ellos dos.

—Claro... aquí también podemos tener un momento de esos. —señaló en un intento de recordarle al menor, aquello que no habían hablado aún pero que tan fuertemente les llamaba la atención.

Jungkook emblanqueció sus ojos para luego sonrojarse, sus mejillas siendo decoradas por un tenue rosa que le daba una imagen más angelical de la que estaban todos acostumbrados a observar. —¡Iuug!. —hizo un gesto de molestia. —No hables esas cosas así como si nada. —reclamó a medida que el rosa se volvía más intenso.

Y no midiendo su fuerza, le lanzó una almohada a Taehyung, procurando que le llegase en el rostro pero fallando al terminar por golpearle el pecho cuando el contrario se puso de pie.

Él mayor soltó una carcajada a medida que se acercaba a la puerta del baño, no sin antes tomar la palabra. —Sabes, puedo esperar hasta que te sientas cómodo o hasta que decidas acabar con todo. —medio sonrío, ingresando al baño sin esperar ni ver la reacción del menor pero si se hubiese detenido a ver a Jungkook, habría notado que el temor ya no sé reflejaba en su mirada.

Jungkook suspiró con fuerza, su mente divagando en el significado de todo lo que Taehyung había querido decirle. Lo entendía, aunque fuese difícil para él asimilar aquella necesidad instaurada en los dos pero desde hace un tiempo, le había dejado de incomodar pensar en ello.

Sí, había visto porno muchas veces en la computadora de Namjoon. Incluso un par de veces se había tocado ante la curiosidad que le causaba desde sus 15 años hasta su presente. Y tal vez su tiempo tras la pantalla era por lejos mayor a la de sus hyungs pero aún así, ninguno de esos videos podía ser comparado a las sensaciones que él castaño le causaba cada vez que sus cuerpos quedaban al descubierto.

Recordó entonces, las palabras de la abuela de Taehyung y la razón tras la experiencia. En querer no había nada malo, en sentir tampoco, en besar o en simplemente amar no debían por qué existir cuestionamientos. Estaba bien, él estaba bien. No necesitaba sentirse juzgado por los demás sólo debía dejar de juzgarse él mismo.