E39

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Llegaron a la habitación del menor en cuestión de minutos. Jungkook rodeaba con sus piernas las caderas de Taehyung mientras no dejaban de besarse, simplemente porque no querían perder el contacto que tanto les había costado lograr.

Se apartaron unos segundos. Momento que él mayor aprovechó para deleitar la belleza del exótico azabache mientras encendía la suave luz del velador que, decoraba el rostro de Jeon. —¿Estas seguro? —preguntó llevando los cabellos del menor tras su oreja.

Jungkook relamió sus labios con lentitud para luego mover levemente su cabeza tras afirmar que, estaba convencido de aquello. —Sólo estoy un poco nervioso... —admitió, soltando todo el aire acumulado en sus pulmones cuando Kim lo acomodó sobre la cama.

—No creas que yo no lo estoy. —le confesó mientras dejaba caer su camiseta en el suelo, mostrando su torso levemente tonificado. —Honestamente, estoy peor de lo que puedes imaginar. —continuó, mientras escogía una lista de música acorde, para reproducir en la habitación a un volumen medio.

Luego se tomó el tiempo de observar cómo él azabache se volvía algo tímido con el pasar de los minutos, y se sorprendió cuando lo vio lanzar lejos sus zapatillas. Sonrió, le parecía dulce que intentara despojarse de sus prendas él mismo, por lo que, lo detuvo cuando notó que comenzaba con su pantalón. —Déjame a mi... —susurró acomodándose a su lado en la cama, llevando una de sus manos hasta el cierre del pantalón para poder arrancarlo lentamente.

Hizo lo mismo con el suyo tiempo después, quedando sólo con su ropa interior puesta. Taehyung sabía que si frenaba un poco las cosas, jamás romperían esa distancia que los separaba, por eso estaba convencido de que hacer sentir bien al menor, era la clave de todo.

Inclinó entonces su cuerpo sobre el de Jeon, quedando sobre este para acariciar su rostro una vez más, recorriéndolo con sus dedos hasta llegar a la mandíbula. Besó la punta de su nariz de paso, seguido de sus labios y continuando con la filtración de su tacto por debajo de la camiseta del menor.

Se sonrojó violentamente cuando escuchó a Jungkook gemir despacio ante el roce. Lo quería mucho más de lo que pensaba y eso, le aterraba.

Borró aquellos temores y se dispuso a retirar la camiseta del azabache para quedar a la par, no sin antes pellizcar la pequeña areola que tenía al paso. Sonrió sin mayor vergüenza cuando sus miembros se rozaron. Una invitación clara a continuar con lo que habían empezado.

Con una de sus manos, se atrevió a tocar de forma inicial la virilidad del menor, robando más de un suspiro de aceptación a medida que intensificaba aquella caricia. Y cuando al fin pudo constatar que Jungkook abandonaba un poco los nervios, retiró la ropa interior de este y la suya.

Sus cuerpos desnudos haciendo el primer contacto, fue demoledor.

Tras acomodarse entre las piernas de Jeon, Taehyung se dedicó a repartir más de una caricia sobre la piel al descubierto, dejando a medida que avanzaba, delicados besos en algunas zonas sensitivas para aumentar las sensaciones a medida que avanzaba el tiempo.

Cuando las repuestas de Jungkook se volvieron más receptivas y menos incómodas, arrastró su cuerpo con cuidado para luego tomar un frasco de lubricante que, él menor tenía guardado en el cajón de su velador. —Uhm... —murmuró Jeon tras alzar una ceja. Taehyung reía ante la forma tan sutil que tenía para cuestionar ciertas cosas.

—Sabía que lo tenías ahí y que jamás lo habías ocupado. —respondió burlándose, causando que él contrario emblanqueciera su ojos luego de escucharlo.

—No es lo que crees... mejor olvídalo. —le dijo, golpeando él hombro del castaño que, a su vez, estaba esparciendo una porción del líquido en su dedos.

Taehyung llevó uno directo hacia la entrada de Jeon, ingresándolo con delicadeza y mesura para no causarle molestia alguna. Se sentía nervioso, sabía que esta vez no había pie atrás, la determinación en el rostro de Jungkook se lo aseguraba.

Movió circularmente su dedo antes de ingresar un segundo y ya para el tercero, había dejado atrás la tensión que sentía en su espalda. Jeon por su lado, se regocijaba ante las sensaciones que le producían los estudiados movimientos en su interior, siendo inevitable para él, el gemir en respuesta ante aquellos estímulos.

Cuando él mayor acabó con su cometido, se dispuso a aplicar un poco más de lubricante sobre su intimidad, tragando saliva cuando intentó ingresar y Jungkook se quejó de dolor. —Podemos...

—¡No! —exclamó Jungkook. —, sólo dame unos segundos, estoy bien. —sostuvo, relajando su cuerpo tras respirar profundamente e intentar a toda costa, calmar la incomodidad.

Entonces, Kim procedió a estimular un poco más a Jungkook, antes de volver a posicionar su miembro en la entrada, y cuando recibió el consentimiento de este, ingresó lentamente mientras repartía besos en el rostro de Jeon.

Cuando estuvo por completo adentro, esperó a que Jungkook dejara de aferrarse con fuerza a sus hombros mientras escondía su rostro en el espacio libre de su cuello. Le dolían aquellas uñas enterradas en su piel, sabían que dejarían marcas después pero no le importaba, podía imaginar el dolor que sentía él azabache, por lo que prefiriendo aguantarse.

Una risa no tardó en escuchar cuando Jeon aflojó un poco el agarre. —¡Oh Dios! —río despacio. —, duele un infierno. —volvió a reír, echando su cabeza hacia atrás para apoyarla en la almohada, cruzando sus brazos tras el cuello del mayor pero sin lastimarlo esta vez. —Lo merezco, no importa.

—¿Qué dices? —se carcajeó Taehyung. Jeon había logrado disipar la incomodidad de la situación con tan sólo bromear al respecto.

Se sonrieron en respuesta y Jungkook instó al castaño a continuar, cuando ya no existía ningún rastro de dudas ni miedos que los frenara en aquello que, habían construido juntos. Su intimidad.



 Su intimidad

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One day, One year | VKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora