One day, One year | VK

E26

Beijing, Enero 15/2015.
MasterCard Center.
29th Golden Disc Awards.

Los cambios de vestuarios estaban más que listos. El Staff se había esmerado en la selección de los detalles de cada uno de los trajes de los chicos. Había sido un trabajo arduo y con muy poco descanso pero al final, todo valía la pena si los miembros lograban captar la atención de los medios.

Rojo había prevalecido para sus pasos en la alfombra del mis tono. Como una forma de promocionar el fin de una era, que sería consagrada con la llegada de la segunda etapa de conciertos de su gira The Red Bullet.

Quedaba poco menos de 5 meses para volver a presentarse en los escenarios de distintos países y ésta vez incluso, pisarían suelo latinoamericano.

Estaban todos ansiosos, era una nueva experiencia enriquecedora para cada persona que ponía su granito en el proyecto de la Banda. Así se sentía en todos lados, luchando siempre por una meta común que sabían que en algún momento daría sus frutos.

Sin embargo, la ausencia del menor de los miembros se sentía con fuerza. Y es que los imprevistos nunca fueron del todo ajenos a ellos, sobre todo cuando los chicos eran bastante distraídos con sus propias pertenencias y obligaciones básicas.

Jungkook había tenido problemas al ingresar a Beijing. Su VISA le había generado más de un conflicto, por lo que tras horas intentando encontrar una solución, había terminado por no presentarse junto al resto de la Banda. Gran dilema, ante la dependencia que cargaba con respecto a sus hyungs.

Ahora esperaba con ansias los premios pero sin poder evitar la molestia alojada en su interior, por no poder estar allí en ese momento. Miró atento el paseo de sus hyungs por la alfombra roja, en sus hermosos trajes. Se deleitó también, con el cambio de vestuario a uno algo más juvenil y menos formal. Aquellas chaquetas que tanto le habían gustado y que ahora simplemente, no podría usar.

Todo lo anterior sumando, le provocó un cuadro de ansiedad que muy pocas veces saltaba a relucir a su libre antojo pero que de igual forma, era bastante dificultoso de controlar.

Miró la hora en su reloj cuando se dio comienzo a una de las presentaciones.

No podía dejar de sentir envidia al no poder ver en directo, a algunos de los grupos que admiraba. No encontrando algo mejor, que pedir un poco de comida para aliviar sus crecientes malestares emocionales. Lamentándose aún más, cuando sus hyungs subieron al escenario a recibir el anhelado premio que jamás se les cruzó por la cabeza.

"Disk Bonsang", se leí a lo lejos. Era un claro ejemplo de que los sueños podían cumplirse, incluso cuando tienes todo en contra. No había sido fácil conseguir aquel logro y más considerando la gran cantidad de haters que constantemente rodeaban al grupo. Sin embargo, los esfuerzo siempre traen su recompensa y eso, era el motor indispensable para que funcionarán correctamente, sus siempre juveniles corazones.

Jungkook lo sabía. Sus ojos repletos de lagrimas y sus mejillas empapadas de agua salina, lo demostraban. Si bien sentía la necesidad de estar junto a ellos, en el fondo sabía que ese tipo de cosas eran factibles de suceder.

Habrían momentos en que los siete no podrían compartir de forma física pero entendía que en lo emocional, estarían siempre juntos. Inclusive si el proyecto se disolvía en el camino.