Dentro de una historia de villanos había uno que tenía la corona del rey de los superdotados, mejor conocidos como la generación de los milagros. Un grupo de 7 adolescentes capaces de jugar al mismo nivel de un profesional sin siquiera sudar, tambié...
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Podía sentir a mis espaldas la pesada atmósfera que se levantaba entre las otras cuatro personas presentes en esta pequeña habitación. Yo a decir verdad estaba muy tranquilo y confiado con todo este asunto de ser el capitán del nuevo equipo, hasta puedo presumir esa emoción y excitación que siente todo jugador antes de las finales.
Este sentimiento no era nuevo para mí, tampoco lo será está pesada carga y culpa de meter a otras personas en mis asuntos personales. Soy consciente de que los arrastré a la fuerza a ser parte de esto, sin consultar, preguntar o sugerirles esto. Tal vez ni querían ser titulares y les bastaba con solo ser alguien de relleno.
Miento, sé que ellos ansían la titularidad. Sus ojos son demasiados expresivos.
—¿Bien? ¿Alguien va a decir algo o puedo hablar? — cuestiono una vez volteo a verlos y tomo asiento frente a todos con una pizarra entre mis manos — Se que es repentino y no hay ningún tipo de preparación, pero les recuerdo que hoy nos enfrentaremos como equipo para pelear por la titularidad.
—Querrás decir que TÚ pelearás esa titularidad, nosotros no ganamos nada. — reclama molesto quien hasta ayer presumía ser la estrella, Gray Yamazaki.
—Como se nota que tú no escuchas, — se queja mi otro superior, Rei Aomine — el entrenador y Baskerville-kun juegan por la titularidad de todos, los ganadores ascienden y los perdedores pierden todo.
—No tan así... Pero, sí.
Volteé la pizarra entre mis manos para que todos vean con sorpresa mi detallada y estratégica posición en cuanto a ataque, defensa y dominio en la cancha. Noté que la mayoría de ellos estaban sorprendidos por sus posiciones tan aterradoramente acertadas, como su función en el equipo y su objetivo en ese partido.
—Esto es...
—Nuestra estrategia maestra — revelo con seriedad en mi rostro —, para que funcione, deben confirmarme que mi mente no me engaña y ustedes son capaces de cubrir estos lugares. De todos modos, usaremos el gimnasio una hora antes para practicar nuestra coordinación, por eso quiero sus opiniones.
—¡¿Qué podríamos opinar de esto?! Maldito rey, esto es demasiado perfecto ¿Seguro que eres de primer año?
Vi como el vice capitán, Minrou Mashiaro, tomaba algunas de las hojas en el suelo para leerlas con un gesto neutro que se deformó a una mueca por la detallada información en las estrategias de juego y movimientos de los otros jugadores.
—Pero tenemos desventaja, no conocemos a nuestros rivales. — recalcó Aomine-senpai con ese gesto serio de siempre.
—El premio revela lo obvio, jugaremos contra los titulares de Samezuka. — revelo con emoción —. Aunque quiero saber... ¿Por qué Mashiaro-senpai juega para nosotros si es titular?
Hubo un pequeño silencio entre todos por esa pregunta, analicé los gestos de mi superior intentando encontrar la respuesta y al no ver signos de querer darla levanté mi mano en un gesto de rendición y observé al único integrante que no habló.
—Tu... ¿Estás bien?
Noté cuando se sobresaltó en su lugar al ser el centro de las miradas, sus grandes ojos nos revelaron su miedo e incomodidad por estar en un espacio cerrado. Aunque lo entiendo, a Kuroko le pasó la primera vez que estuvo en el equipo titular y notó que la mayoría éramos más altos que él. A él logré calmarlo cuando le presenté a Akashi y notó que no era el único enano, pero con él...
No sé qué hacer.
—Siento no haberme presentado, — miré con sorpresa a mi superior de cabellos largos, su sonrisa era muy cálida y sus ojos color miel te hacían derretirte — soy Mashiaro Minrou, de segundo año. Seré el alero de este equipo.
—¡Yamazaki Gray! Esta vez seré la estrella oficial, empezando con este equipo — no podía faltar el presumido.
—Ignóralo, se calló cuando era un niño — noté que gracias a ese comentario casi se ríe, así que agradecí mentalmente al moreno por hacer eso —. Soy Aomine Rei, de tercer año como este idiota de acá. Un gusto.
Ahora los otros tres me asesinaron con la mirada para que le presenté debidamente. Yo sentí como una pequeña gota de sudor caía en mi frente, me parecía absurdo, pero de todos modos lo intenté.
—Primer año, Baskerville Vincent. Vengo de Teiko. — me presento con calma, aunque creo que no sirvió de mucho ya que se tensó mucho más en su lugar cuando aclaré mi vieja escuela.
