𝐘𝐄𝐋𝐋𝐎𝐖 | 𝐉𝐉𝐊

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2021, octubre, miércoles 13.

Hora del almuerzo.

Mi estómago ruge ante la falta de comida por el tiempo establecido en cuando a mi última ingesta de esta mañana. Abro mi mochila para quitar el dinero predispuesto para la cafetería, e inmediatamente mis ojos se abren en sorpresa al encontrar mi última tableta de pastillas que aún no había sido capaz de arrojar a la basura ya que se encontraba completamente vacía.

Desde ayer que fue mi consulta con la psiquiatra, aún no había tenido la intensión de ir a la farmacia y pedir nuevamente la píldora recetada; pero es que, una parte de mi, tampoco es como si quisiera que comprara tal producto, mi mente extrañamente hoy, había estado relajada, sin oír demasiados murmullos ni mucho menos imágenes inexistentes. Me sentía como una persona normal después de mucho tiempo, años en realidad, por lo que esto se me hacía como una especie de universo paralelo en el que por fin me siento feliz conmigo mismo.

Siento que quizás, la conversación que tuve ayer con la chica sin nombre, había servido demasiado al estar tanto tiempo sólo y sin tener con quien relajarme o expresarme.

Daría lo que fuera porque la vida me permitiera reencontrarme nuevamente con ella, sin dudarlo. Creo que es una persona de diferentes perspectivas, una a la cual le gusta demostrar una cara pero luego se desenvuelve en otra completamente diferente; no digo que tenga un trastorno de la personalidad porque, osea, no hace falta tenerlo como para manipular a otros y que crean lo que quieres que crean, sin embargo, estoy seguro de que anoche, personalmente, conocí su otra faceta, el lado oscuro, el lado malo, el lado frágil.

¿Y si fue producto de mi alucinación?

Nah, es real, más real que las caricias de mi madre, tan real que pude sentir su perfume en cuanto se sentó a un lado de mi, tan real como el sonido de su chaqueta al rozar con las partes de su cuerpo. Ella es real, existe, y por esa razón creo sentirme tan ansioso.

Comienzo a caminar por los extensos pasillos para dirigirme a tal lugar tan deseoso por muchos; lo bueno de esto es que, no era como la cafetería de la preparatoria donde sí o sí debías comer lo que fuera que se cocinaba en ese momento -bueno, al menos eso es por lo que tuve que atravesar en el momento que tuve que vivir en el orfanato cuando mi madre simplemente desistía de su cargo, a lo que yo, debía de estudiar y vivir en ese hermoso e increíble lugar, sarcásticamente-. La vida me deparó muchas cosas a lo que hoy en día, me pregunto cómo es que llegué a donde estoy actualmente, es decir, en cierto modo, mi mente no parecía ser tan enemiga después de todo, estoy estudiando en una gran universidad de Seúl en lugar de estar internado en un edificio que se encargaría de borrar hasta mi nombre.

Tal vez no he sido muy agradecido con los recuerdos provenientes del bienestar, con los momentos felices que aunque son escasos, en algún punto fueron necesarios para mi. ¿Debería empezar a valorarlos y tenerlos presentes como opciones surrealistas cada que las voces hacen sonidos?

Agh, es tan difícil ser yo. Es tan difícil ser Jeon Jungkook.

A veces me pregunto, ¿qué sucede en la cabeza de los demás? Joder, ya parezco de la película Intensamente. No obstante, es una buena pregunta, ¿serán divertidas las vidas que llevan a cabo? ¿dramáticas, eróticas, con algún trauma de por medio, mimadas, llenas de glamour y gloria? suena absurdo, pero en cortos plazos de mi día a día, quisiera cambiar de cuerpo con alguien que pueda ser llamado "normal".

⎯⎯ Oh, lo siento, Jungkook oppa ⎯⎯ salgo de mi ensoñación cuando siento que una chica de baja estatura, golpea contra mi brazo izquierdo en cuando pasamos por el umbral de la puerta; no me había dado cuenta que ya había llegado al salón, con el rico aroma de la comida golpeando mis fosas nasales apresuradamente.