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" Mío. "

🐧

-¿Enserio, Kim JongDae?- preguntó con el claro enojo detonando en su profunda voz, usando el tono para referirse a sus estúpidos trabajadores.

Había sido muy tonto de su parte creer que ese par lograría hacer una misión bien sin inconvenientes de por medio, sabía que había sido una mala idea con el simple hecho de considerarlos para algo tan sencillo como tener que tomar prestado al moreno. Pero, lamentablemente, eran los únicos disponible que podía usar a su antojo sin que vayan con el chisme a su padre, porque Kim JongDae y Kim MinSeok no le tenían miedo a alguien tan enano y con cara de culo.

Ajá, el señor Do los mataría si llegara a escucharlos.

KyungSoo casi les estaba confiando su vida al par de tontos enamorados, y ellos podían estropearlo con un simple movimiento sin querer hacerlo a propósito. Los dos Kim eran un dúo de idiotas que se toman todo a la ligera, aunque MinSeok era el que tenía los cables bien puestos pero junto a su amigo-novio se volvía igual de idiota. Sin mencionar que su enamoramiento siempre lograba ponerse en medio de las misiones importantes, un claro ejemplo fue el secuestro de JongIn.

-No se enoje jefecito, es que el chico se estaba moviendo muy feo y estaba lastimando a Minnie, no podía dejarlo pasar aunque no fuera intencional- se excusó el rubio, con un tono bajo casi temeroso de la amenazante mirada de KyungSoo.

El pelinegro rodó los ojos fastidiado por todo, desde un principio debió usar otros métodos para atraer a JongIn a él sin tener que usar el fingido secuestro. Estaba seguro que le había provocado un susto enorme y un gran chichón en la cabeza, pero se encontraba muy enojado por su comportamiento y en esos momentos no le veía nada mal hacerlo de esa manera, al contrario se encontró sonriendo por poder vengarse del moreno.

-Vamos señorito Do, sé que JongDae cometió un error pero no lo hizo intencional, estaba asustado- salió MinSeok a defender a su tan amado amigo que también se inclinaba a lo novio, acariciando sus hebras como un perrito.

Y KyungSoo supo que no le convenía seguir teniendo a los Kim en su habitación por un segundo más, perdía los estribos por esa pareja del demonio.

Suspirando le lanzó una mirada al chico que tenía tendido en su cama en un profundo sueño, esperando que no se enoje con él por estar inconsciente casi un día completo. Definitivamente el golpe de JongDae debió ser muy fuerte.

-Largo de aquí, no los quiero seguir viendo- y no se necesitó otra palabra para que el par saliera por la puerta del cuarto de KyungSoo, haciendo antes un saludo militar.

Qué lío.

Caminando a pasos perezosos se sentó en el pequeño juego de sofás que tenía en su gran habitación de niño rico, mirando a JongIn como si fuera una pieza de museo que merecía la absoluta atención de todos, detallando cada centímetro de la anatomía que en segundos se convirtió en su perdición. JongIn era su gran tentación, una en la que no debería caer aún lo deseara con todo el alma. Durmiendo parecía tranquilo, con su sereno rostro pincelado con los rayos solares que se infiltraban por su enorme balcón, y las mejillas espolvoreadas del bonito color escarlata.

•Ángel | 🌻 SooKai. | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora