•Ángel | 🌻 SooKai. | PAUSADA

21

"Amigos de infancia"

✖

✖

✖

El constante dolor de su cabeza hizo que soltara un pequeño gemido de dolor junto a una mueca, podía sentir todo su cuerpo adormecido y el cansancio caía sobre él, deseando que durmiera por horas para recuperarse. Poco a poco comenzó abrir los ojos en suaves parpadeos tratando de acostumbrarse a la luz que daba directamente en su rostro, sus sentidos estaban adormecidos, tenía la boca seca y el dolor de cabeza sólo empeoraba las cosas. Quiso moverse para estirarse y poder despertar sus músculos, sin embargo no pudo hacerlo, algo lo estaba reteniendo.

Todavía un poco aturdido no hizo ningún otro movimiento, sintiendo una suave presión en la parte de sus piernas y muñecas, lo suficiente fuerte para inmovilizarlo. Oh dios, no podía recordar lo que había pasado, lo único que sabía era que había estado durmiendo en una posición bastante incómoda para hacer que su cuerpo doliera. Cerró los ojos cuando la luz se intensificó y soltó un jadeo de molestia, pudo percatarse de movimientos a su alrededor, pero estaba demasiado ocupado tratando de recordar lo que pasó como para prestarle atención.

Recuerda haber estado en la cocina con su mamá, teniendo una profunda plática sobre el pasado, después de eso se sentó a comer y alguien tocó la puerta. ¿Quién diablos fue?, inhala con fuerza tratando de tranquilizarse mientras echa la cabeza para atrás alejando sus ojos de la luz; su mamá fue abrir y la escuchó gritar, inmediatamente fue en busca del problema y se encontró con tres personas invadiendo su casa. Estaba siendo más difícil de lo que creía, las caras eran borrosas. Abrió los ojos y lo único que pudo ver fue un techo de color blanco, con pintura de diferentes colores salpicada, tenía la vista borrosa y trató de tallar sus ojos para mejorarla, sin embargo la presión en sus muñecas le recordó que no podía.

Demasiado ensimismado en sus recuerdos para tratar de darse cuenta de lo que sucedía, volvió a cerrar sus ojos tratando de enfocar su vista en sus recuerdos para ver quienes eran las personas que se atrevían a invadir su morada, dos caras bastantes masculinas se vieron a la luz pero no logró reconocer ninguna. Podía ver a su mamá bastante preocupada y nerviosa, trató de acercarse a ella para tranquilizarla pero por alguna razón no podía, estaba inmóvil en su lugar como lo estaba en la vida real. Quiso gritar, pero las palabras se quedaron atacadas en su garganta por el creciente nudo en ella.

Vio a la tercera figura sonreír aún con la cara borrosa, su corazón latía deprisa y pudo sentir el sudor recorrer su cuerpo. Los bichos en su estómago le recordaba que había visto antes esa sonrisa de corazón, su vista se empeñó por la lágrimas que obligó a quedarse en su lugar. Quería acercarse a su mamá y abrazarla, refugiarse en sus brazos de la creciente angustia que lo recorría como un huracán, sentía como todo su mundo se congelaba y el dolor en su corazón por cada latido le informaba que era verdad, que no estaba soñando y vivía en una pesadilla sin oportunidades de salida.

-Lo siento por esto JongIn, pero conociendo lo terco que eres no encontré otra forma de llevarte conmigo sin que hicieras un escándalo, menos ahora que sabes la verdad. Señora si me disculpa me llevaré a JongIn, mi pequeño prostituto.

Cuando esas palabras fueron pronunciadas en un tono de diversión, la tercera cara se hizo ver e inmediatamente pudo reconocerla.

-¡KyungSoo!- gritó con terror mientras abría los ojos de golpe, sintió como las lágrimas corrían por sus mejillas y el nudo en su garganta se agrandaba.