Capítulo 10

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- No le hagas caso, ella habla mucho, tú solo...

- Me has dicho lo mismo todo el camino Erick.

- Es que mi mamá es muy invasiva, quiere saber hasta lo más mínimo de todos - respondí.

- ¿No crees que debo ser yo quien decida que hacer? Déjame - dijo intentando tranquilizar.

- Tú callado, sabes a lo que me refiero - advertí.

- ¿Un amor oculto?

- Que amor y que nada Christopher, solo fue un beso y ya, tampoco exageres.

- Uy, que intenso andas, bájale un poco, relájate - abrazó.

Intentaba quitar sus brazos de mi delgado cuerpo, era una pequeña batalla entre fuerza y risas, fue difícil apartarlo.

- Vete calmando que con suerte nos conocemos.

- ¿Eres de ir lento? ¿A la antigua? Erick, mira en el año que estamos, todo fluye rápido.

- No digo lo contrario, solo que no sé, me generas...

- ¿Dudas? Vaya, gracias.

- ¿Puedes dejar de interrumpir? No, no dudas, pero es extraño, te siento como muy cercano a mi - dije confundido.

- Qué dices.

- Es aquí, Christopher no la cagues.

- Shhh, tú déjame ser yo y ya, todos contentos.

Asentí en lo que sacaba las llaves de mi bolsillo, generalmente cada fin de semana era momento propio familiar, pero ellos estaban insistentes en agradecerle a Christopher.

Mi hermana fue la primera quien corrió a saludarlo, ella tomaba confianza muy rápido con las personas que eran de su agrado.

- Mamá, papá, él es Christopher - presenté.

- Su amigo...con derechos - susurró para mi.

- Pero qué lindo eres, ven pasa - invitó mi madre.

- Ya estuvo que me gané a la suegra.

- Cállate idiota - exigí.

- Ustedes también, vamos - dijo mi padre para nosotros.

Fui directo al baño para asegurarme de que el ardor de mis mejillas no fuera por algún sonrojo, inmediatamente lavé mi cara con el agua que al tacto se sentía bastante fría.

Me añadí a la conversación después de un par de minutos, la verdad no sabía quién hablaba más, mi mamá o Christopher, de seguro la más contenta era ella.

- Voy a servir la comida - dijo mi padre interrumpiendo.

- Te acompaño - dije.

- Yo también.

- Tú no, tu te quedas aquí - hablé para mi hermana.

- Eso es normal, pasan peleando. Típico de hermanos - rió mi madre.

- Pero Erick está bastante grande para pelear - comentó Christopher.

Puse los ojos en blanco sin querer darle importancia a lo que dijo, esperaba no pasar una vergüenza por culpa de algún comentario de mi madre.

- Parece un chico muy agradable.

- Lo es, aunque creo que te pudiste dar cuenta que también habla mucho - reí.

- O quizás tú hablas muy poco.

- ¿Están conspirando en mi contra?

- Claro que no mi pequeño flaco.

- Es la genética - excusé.

- ¿Ayudo en algo?

- Christopher, no te preocupes que eres nuestro invitado - respondió mi padre.

- ¡Nooo! Déjalo, que se gane la comida - bromeé.

- Erick. Iré a dejar esto a la mesa - negó sonriéndole a mi amigo.

Di media vuelta para terminar de servir la comida, sonreí al sentir otro cuerpo pegado al mío.

- No estés tenso, no haré nada y no hablaré más de la cuenta.

- Eso espero.

- Se ve todo muy rico, apetitoso.

- Aquí no.

Cerré mis ojos al sentir sus labios en mi cuello, no pude evitar inclinar mi cabeza para darle paso a que siga.

- ¿Interrumpo?

- ¡Papá!

- Vuelvan a la mesa, ni una palabra de esto - advirtió para ambos.

- Si está molesto asumo la...

- No quiero explicaciones, están grandes, pero en la cocina no. Fuera - pidió.

Ambos reímos, yo más que nada lo hacía por nerviosismo, nunca había pasado por una situación así.

Mi Último Destino - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora