Parte II

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Días antes

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Días antes...

Tuvo que haber llegado antes, tuvo que haberse apresurado, no perder el tiempo tonteando con una niña que solo ha causado problemas, solo porque es el sello, tuvo que haber ayudado a su amiga. Tuvo. Era su responsabilidad.

Azzio se reprochaba en su mente al llegar ahí, al verla tendida en aquella cima, moribunda, saber que no podía hacer nada para salvarla.

Que todo era su culpa.

–Azael. –Su respiración era entrecortada, su pecho subía y bajaba lentamente, sabía que no le quedaba mucho tiempo.–Él...

El moreno se acercó a ella, que cada vez podía menos con su propio cuerpo. El ángel, de cabello castaño y ojos muy azules, ya no tenía el característico halo de luz que la envolvía, ahora parecía una luciérnaga titilando hasta apagarse.

–¡¿Quién?! ¿Quién ha hecho esto? –Demandó.

–Él viene...–Se notaba que quería hablar, que lo necesitaba, pero las palabras no salieron más. Su agarre se debilitó hasta deslizarse por la mano de Azzio.

En ese momento la vida del ángel de la guardia; Teresa Laurín había terminado.

Era distinto cuando un ángel moría.

No había un alma revoloteando por los aires, simplemente dejaban de estar, con un rastro de polvillo brillante en lugar de su cuerpo. Se convertían en nada. Los ángeles se jactaban de decir que eran inmortales pero lo cierto es que podían ser aniquilados con cierta fuerza, la fuerza que solo un ángel o demonio poseía.

Teresa no era como cualquier ángel, era uno de rango menor, que le servía a la muerte, cuidaba de la pequeña que le dejó a su cargo hace años. La bebé que tenía poder del cielo, aquella que salvó de una situación sospechosa. La que seguía en peligro.

Azzio se dejó caer en el techo de aquel edificio abandonado, encogiendo sus alas como un ave herida, los restos del polvo brillante en sus dedos, que se los llevaba el viento. Ya no estaba. Su única amiga.

El ángel de la guardia nunca le reprochó las sospechas acerca de Miguel Arcángel, fue leal a él. Le cogió cariño a Alessia, la vió crecer, fue su mano aliada y silenciosa en el secreto.

Y estar de su lado había conseguido que la asesinaran.

La última imagen de Teresa nunca se iría de su mente, las heridas en su cuerpo, las alas arrancadas, los restos babosos verde negruzco; sangre de demonio. Todo avisaba que su asesinato fue ejecutado a manos de demonios lacayos. El tipo de demonios que obedecen a un superior.

Ella intentaba decírselo. Quién.

Si habían dado con Teresa...Es que el secreto de la existencia del sello había sido revelado. Solo era cuestión de tiempo para que fueran tras Alessia. 

Pero solo llegarían hasta la chica sobre el cadáver del Ángel de la muerte.

Pero solo llegarían hasta la chica sobre el cadáver del Ángel de la muerte

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Ángel Oscuro: El Sello Celestial © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora