Doy la vuelta en mis talones apenas la frase sale de su boca, miro hacia él en la considerable diferencia de altura, su ceño fruncido y el punto tenso en su mandíbula delatan el descontento.
–Ha estado días en la academia...¿Cómo es que lo notas ahora?
Niega. –No la he visto antes, al menos no en su forma real.
Hemos estado alerta, en caso de que la supuesta aparición de Francesca -El demonio- que Azzio había estado rondando, volviera. Lo que nunca esperamos es que no se hubiera ido en primer lugar.
–¿Crees que es el demonio que la asesinó?
–Casi seguro, los demonios pueden cambiar su apariencia, hacerse pasar por otros.Sus palabras se asientan en mi cerebro, aunque se se ve tranquilo, es obvio que quiere atravesar la habitación y acabar con esto. Hasta yo quiero lo mismo.
Nuestros pasos se hacen más lentos al terminar la balada y tengo que sostenerme de él para no tropezar cuando nos movemos lejos de la vista de la gótica. Estoy hecha un manejo de nervios y es evidente.
–¿Qué haremos?
–Si te ha estado acosando es porque sabe algo, y generalmente los demonios no trabajan por sí solos, son más que todo ayudantes de trabajo sucio.
–¿Sabes a quién está ayudando?
–Tengo varias ideas.
Bufo. –Azzio este no es el momento para que me des verdades a medias, mi vida está en juego.
Sus ojos conectan con los míos de nuevo, todo este rato ha seguido los pasos de la gótica con la mirada, como un sabueso. Parece que le he ofendido, porque aquella sombra de altanería se refuerza en él.
–Oh...Lo tengo muy presente, Alessia. La cosa está en que no puedo soltarte el árbol genealógico de todos los ángeles, nombrarte a cada demonio y suposición que tenga en la mente ¿comprendes?
–Tampoco tienes que ser un imbécil.
Me sonríe irónico. –Ese soy yo, el imbécil ángel de la muerte. ¿Pensé que ya lo sabías?
Le miro un segundo, se que está frustrado. Al final de cuentas toda esta situación es porque decidió salvarme. Y aunque quisiera acabar con el demonio...No puede hacer nada frente a tantas personas. Entiendo porque actúa así, entiendo que está molesto. Yo estoy aterrada, pero no pienso quedarme a su lado mientras se comporta como un idiota. Más allá de todo, esperaba contar con que fuera sincero. ¿Cómo puede mantenerse callado a estas alturas?, ¿Qué más puede haber en mi vida que no sea lo que pensaba?
Me alejo de él, avanzando sin decirle palabra. El vestido hace ondas a mi alrededor al moverme, como un oleaje oscuro. Tengo que darle crédito; es un vestido hermoso. Alcanzo a escuchar a lo lejos el quejido fastidioso de Azzio. Ubicándome en la mesa de refrigerios, la única cosa positiva de la noche es atascarme de minis sándwiches fríos.
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Ángel Oscuro: El Sello Celestial © EDITANDO
FantasíaSaga Marcas Celestiales - Ángeles I Orden Cronológico: Ángel Oscuro: El Sello Celestial. Ángel Blanco: El Llamador. Ángel de Sangre: El Pacto Final La amenaza era constante, dejándote sin el tiempo de siquiera procesar que los ángeles, los demonio...