Love Is Not Over (ZIAM)

36. Zosh

Como si fuera un simple indicio de calma y serenidad, Josh creyó que su historia iba a dar un vuelo alto y tendría un final feliz, uno donde ambos vivirían felices, al lado del pequeño niño que crecía día tras día en el vientre de su pareja. Sin embargo, ¿existía un significado verdadero de la felicidad o simplemente era un concepto ilusorio?

El tiempo pareció darle la razón, arrebatándole aquello que tanto amó.

El embarazo era una etapa hermosa para una pareja, podían saber con certeza el tiempo en que el pequeño ser iba formándose y contando los días para que pudieran tenerlo en sus brazos. Sin embargo, en aquella etapa, donde todo debía ser felicidad y compañerismo, todo había sido contrario a lo que pensaron. Josh se cargó de trabajo y tuvo que realizar viajes constantes a diferentes ciudades, cerrando contratos y ayudando a su padre en lo que le pedía constantemente. Sus obligaciones crecieron y tuvo que alejarse de su familia, dejando en Zedd, aquella sensación de abandono que había intentado evadir todo aquel tiempo.

Porque la cuestión siempre estaba allí. ¿Qué podía sentir una persona que había sido rechazado por sus padres, por ser homosexual, que había creído en el amor de un hombre que no hizo más que juzgarlo y maltratarlo, alejándolo de todo lo que amaba? ¿Que podía sentir cuando la persona que amaba iba a constantes viajes y lo dejaba en la soledad de su alcoba, a la que tanto le temía?

El corazón de Zedd había ido rompiéndose en cada viaje y en cada llamada no contestada, dejando aquel sentimiento agrio de la desconfianza en su pecho.

No quería ser un controlador o un celoso extremista, pero las circunstancias lo empujaron a eso, lo empujaron a tomar aquel papel que tantas veces había rechazado y aborrecido de su ex pareja.

Los reclamos empezaron y, con ello, lo hicieron las discusiones.

No existía un día en el que no discutieran por los mismos temas o por la desconfianza de ambos. La rutina fue volviéndose para sofocante, alejándolos del panorama feliz que habían pensado en el principio y convirtiendo su relación en una tóxica y angustiante para ambos.

Josh salió de viaje constantemente, tratando de alejarse de aquel lugar, dejando a Zedd solo por varios días y, luego de aquello, pidiendo perdón por sus acciones. Aunque aquello se había hecho un hábito constante para ellos, no podían dejar de vivir sin el otro.

Nunca hubo golpes, ni insultos, ni humillaciones.

Pero, sí palabras hirientes que iban rompiendo ambos corazones poco a poco y hacían, de su futuro feliz, un sueño lejano. Josh soportó cada uno de los reclamos de su pareja, cada grito y exigencia que este tenía. Pensó que aquello iba a terminar en algún momento y que volverían a ser la pareja feliz que habían sido en el principio.

Pero, ya no había retorno. La toxicidad había envuelto su relación en una capa imposible de romper, haciendo que todo fuera marchitándose poco a poco.

Porque todo comienzo tenía un final.

Y el suyo fue el peor.

— Dijiste que pasaríamos este día juntos, — recordó la voz de Zedd tras él, impidiendo que se fuera. — ¿Qué cambió?

— Unos amigos decidieron hacer una fiesta en mi honor y no pude negarme. Solo iré por un par de horas y volveré.

— ¿Irás tú solo? — una risa amarga salió de sus labios — claro, es lo que esperas, ¿verdad? Quieres ir solo para que puedas disfrutar de las mujeres que estarán allí.

— Ya hemos hablado de esto, Zedd.

— ¡No hemos hablado de nada! Simplemente llegaste y dijiste que te ibas, cuando habíamos acordado pasar este día libre juntos.