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Cuando los rayos del sol se pasearon por su rostro el suficiente tiempo para despertar, el mayor no pudo más que abrir los ojos y maravillarse con el rostro de su compañero. Sus delicadas facciones se mantenían imperturbables a un lado suyo, respirando pacíficamente y manteniéndose en aquella serenidad que tanto les había faltado el día anterior, debido a su reciente boda.

Liam sonrió como tonto enamorado mientras acariciaba la espalda desnuda del moreno y dejaba pequeños besos en su rostro. El ambiente romántico y apasionado de la noche anterior perduraba, pero con un poco más de calma, evidenciando que su noche de bodas había sido todo menos tranquila.

— Mmmmmgh.... — pronunció entre sueños.

Zayn rió bajito al reconocer el tacto de su esposo y los besos que dejaba en su rostro. Sus ojos fueron abriéndose paulatinamente mientras se acostumbraba a la iluminación de la habitación.

— Buenos días — saludó con una pequeña sonrisa.

— Buenos días, cariño.

El menor se acurrucó en el pecho de su esposo y recibió los mimos que este le brindaba a su cabellera y espalda. El día anterior se había encontrado demasiado nervioso como para reparar en lo satisfactorio que sería vivir junto al castaño, por lo que estar allí, en la cama matrimonial de la pequeña casa en la playa alquilada por Liam, le indicaba lo hermoso que sería su vida a partir de ese momento.

Sus dedos se pasearon por el pecho de su compañero, tratando de averiguar si en verdad estaba ocurriendo aquello o se trataba de un simple sueño. Sintió su cálida piel y no dudó en dejar suaves besos en su cuello y mentón, causando risas en el más alto.

— ¿Me estás agradeciendo por algo? — preguntó con diversión el castaño.

— Solo estoy disfrutando de mi esposo — respondió con una pequeña sonrisa en los labios —. Esperé tanto por casarme contigo que me parece casi irreal que esté sucediendo. Cuando te conocí, jamás pensé que ibas a cambiarme la vida de tan buena manera.

— Yo tampoco pensé que me enamoraría del lindo chico con el que choqué en el centro comercial.

— Sigo avergonzándome por eso — murmuró mientras cubría su rostro — no es una bonita manera de conocer a tu futuro esposo.

— Es una hermosa anécdota.

— ¿La contarás cada vez que pregunten como nos conocimos?

— Por supuesto que sí — respondió con seguridad — y enfatizaré lo hermoso que te veías sonrojado y nervioso.

Zayn se sonrojó ante sus palabras y no dudó en cubrirse con la sábana para evadir la mirada del castaño. Liam retiró la sábana con suavidad antes de empezar a repartir besos por su rostro y hacerle cosquillas.

— ¡Liam! — exclamó entre risas para que el castaño se detuviera.

— Adoro escuchar tu risa — dijo cuándo detuvo sus movimientos — adoro besarte, observarte, tocarte, hablarte y amarte. Lo adoro infinitamente porque te amo con todo mi corazón.

— Te amo infinitamente, Leeyum.

El mayor solo sonrió antes de besarlo profundamente. Zayn sonrió entre el beso y se aferró a sus brazos, conociendo la felicidad que le embargaba cuando se mantenía cerca del mayor. Su boda había sido de ensueño y su luna de miel estaba comenzando de la misma manera. Ambos se amaban y esperaban mantenerse por mucho tiempo de esa manera, tan felices y juntos como nunca habían imaginado.

Anhelaban poder encontrar la felicidad juntos.

*****

La mirada del castaño se dirigió hacia Zayn, quien mantenía su rostro sin ninguna emoción dibujada. Sus manos temblaban bajo el abrigo que había llevado aquella mañana y su mirada huía de él cada vez que la cruzaban. A pesar de estar separados por la enorme mesa de vidrio, ambos podían sentir la cercanía del otro con entusiasmo.

Love Is Not Over (ZIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora