Capítulo 14-Parte 1

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—No debería venir aquí, Señor Mo...

—No use mi nombre, —la profunda y seductora voz insistió—. Refiérase a mí como C.M.

Harry, espiaba detrás de la puerta de la oficina de Leta Duncan, giró los ojos. Como si nadie pudiera reconocer que ese hombre era Cassidy Morton, encargado en el ayuntamiento de la ciudad del comité para el desarrollo de viviendas de la comunidad. Su inclinación por el dramatismo, —especialmente durante las reuniones del ayuntamiento— se había desarrollado en él durante los años que habían pasado desde que fue elegido por el ayuntamiento. Todos los ciudadanos en Asheville que no vivieran en una cueva conocían la cara del hombre.

—C.M., entonces, —La señora Duncan continuó, se oía como si forzara las palabras a salir a través de sus apretados dientes. Harry se imaginaba que probablemente ella los tenía. Odiaba ser interrumpida—. Como le estaba diciendo usted no debería venir aquí. La gente ya empieza a especular acerca de la naturaleza de su participación en Rosewood. Si alguien lo ve aquí...

—Señora Duncan, todo el mundo aquí está demasiado ocupado para prestar una ligera atención a un inversionista más que entra en el edificio. Además, en cierta medida me disfracé. Nadie me notó, se lo aseguro.

«Excepto por mí, imbécil». Harry ahogó una risa. El hombre podría verse como un malvado villano con ese cabello negro peinado hacia atrás y la barba gris de candado, pero él no estaba ni de cerca de ocultarse como creía que lo estaba haciendo. Y si pensaba que los lentes de sol y el sombrero constituían un disfraz estaba lamentablemente equivocado.

—Sí, bueno, espero que tenga razón, por nuestro bien. —Ruidos de papeles moviéndose, y las ruedas de una silla rechinando—. Si tiene algo que discutir con el Señor Bradford o el Señor Lehrer, le sugiero que les llame a su línea privada. Estoy bajo estrictas instrucciones de no discutir los términos de nuestro acuerdo con usted en un lugar público como este.

—¿Tú oficina es un lugar público?

—Mucha gente trabaja en este edificio, Señor Mo... C.M. Algo puede suceder. Este, difícilmente es un lugar seguro para esta discusión. Ni siquiera cerró la puerta apropiadamente.

«Oh mierda». Harry se alejó de la puerta entreabierta listo para deslizarse por la esquina del pasillo si alguien decidía que la puerta debería cerrarse ahora.

—No importa, —El señor Morton declaró. Harry suspiró aliviado, regresando a su posición anterior. El hombre en el interior obviamente desconocía la presencia de Harry—. No vine aquí a hablar de tus jefes. Solo quiero que les des un mensaje de mi parte.

—El señor Bradford está hoy en una construcción en Rolling Hills al oeste de Asheville. Tienes el número privado de su celular. Sugiero que lo uses. —La voz de la señora Duncan se volvió fría incluso antes de que él dijera algo.

—Madam, cuando la policía confisque ese teléfono no quiero que descubra mi número en él.

Harry retuvo el aliento. Quizás eso podría ser, quizás el idiota finalmente admitiría recibir sobornos de Bradford & Lehrer a cambio de crear confusión acerca de las líneas de propiedad. En las dos semanas y media que habían pasado desde la reveladora conversación con Louis, Harry había visto y oído lo suficiente para convencerse de que habían sobornado a empleados del ayuntamiento para que se aprobara el proyecto Rosewood. Pequeñas cosas, principalmente trozos de conversación aquí y allá, pero eso no era suficiente. No podía creer lo ciego que había estado antes.

Claro, él aun no tenía ninguna evidencia. Incluso si el buen viejo de C.M. soltaba la lengua, aquí y ahora, el no tendía más que rumores. Nadie lo escucharía. Nadie podría hacer realmente nada acerca de eso de ninguna manera.

La Cebolla FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora