—Uh-huh... Uh-huh... Uh-huh... Sí... Sí... Uh-huh... ¿Dilo de nuevo?... Oh, sí... Uh-huh...
Louis bostezaba. Harry había estado con el teléfono celular al menos durante quince minutos y casi no había entendido nada. Miró el reloj al lado de la cama. Las ocho y media a.m. del sábado. Quizás los policías habían estado despiertos por horas, pero Harry y él habían estado dormidos cuando recibieron la llamada.
Otro bostezo casi hasta la frente de Louis. Gruñendo se acercó a Harry que estaba sentado con las piernas cruzadas en un nido de cobertores, colocó su brazo alrededor de su cadera y usó su muslo de almohada. Cerró los ojos y sonrió mientras Harry pasaba los dedos por su cabello.
Louis se estaba quedando dormido mientras Harry continuaba con la conversación con el policía. En los tres días que habían pasado desde el ataque de Harry, los policías llamaban cada mañana en lo que Louis consideraba una hora absolutamente ridícula. También llamaban por las tardes y ellos habían ido a la estación de policía el día anterior. Eso era tan molesto como el infierno, pero Harry nunca se quejaba, así que Louis mantenía su irritación para sí mismo. Después de todo estaba haciendo su mejor esfuerzo para que los dos que atacaron a Harry no fueran los únicos que vieran el interior de la prisión.
—Bien. Gracias, detective. Realmente aprecio todo lo que han hecho... Sí... Bien, hablaremos pronto. Adiós.
Louis abrió los ojos y miró a Harry cuando este apagó el teléfono y lo dejó en la mesita de noche.
—¿Buenas noticias?
—Muy buenas. —Sacando a Louis de su regazo, Harry se acostó y se acomodó en sus brazos—. Leta Duncan confesó esta mañana. Ella contrató a esos dos musculosos para que me mataran.
—Hija de la gran puta, —Louis gruñó—. ¿Ella dijo por qué?
Harry asintió, su despeinado cabello le hacía cosquillas en el hombro a Louis.
—Aparentemente, ella tenía una cámara de seguridad en su oficina y me atrapó imprimiendo el email.
—Oh. Eso no es bueno.
—Puedes decir eso de nuevo. Ella decidió que tenía que hacerme polvo en lugar de decírselo a sus jefes, porque temía que si se hacía público, fuera despedida por haber sido tan malditamente descuidada con tan sensible información.
Louis se rió.
—¿Hacerte polvo?
Harry palmeó el hombro de Louis.
—Cállate, imbécil.
—Bien, bien. —Louis se inclinó y le dio un ligero beso en los labios a Harry—. ¿Así que ella realmente estaba trabajando sola, como decían Bradford y Lehrer?
—Sí. Ambos aún siguen en problemas pero ella será la única con cargos de intento de asesinato.
—Hmm. —Louis pasó una mano por el hombro de Harry—. ¿Qué acerca del email que amenazaba a Cassidy Morton?
Harry se encogió de hombros.
—De acuerdo a Don Bradford, no era ninguna amenaza física. Él solo se refería a que ella le ofreciera más dinero al señor Morton.
Louis bufó.
—Oh claro, lo dice ahora.
—Hey, soborno y chantaje ya son suficientemente malos. —Sonriendo, Harry pasó sus dedos por el cabello de Louis—. No te preocupes, mi gran hombre protector. Rosewood se va a vender y el proyecto de Rolling Hills esta fuera ahora, gracias a tu trabajo de detective y a mi astucia de enojar a la persona justa lo suficiente para que tratara de asesinarme.
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La Cebolla Feliz
FanfictionHarry Styles tiene una norma sagrada: "No salgas con el Jefe. Nunca". Traducción y adaptación al castellano del relato "The Happy Onion" de Ally Blue. Todos los créditos a la autora original.