Capítulo 5-Parte 1

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En la siguiente semana y media, Louis y Harry cayeron dentro de un tipo de rutina. Cada mañana, Louis saludaba a Harry con un cortés hola y su mejor 'jódeme-sobre-el-escritorio-ahora' sonrisa. Y cada mañana, Harry correspondía el cordial saludo de Louis, con una frustrada mirada. Él nunca perdió realmente su temperamento, un hecho realmente enorme que Louis estaba sólo comenzando a apreciar, pero la exasperación en su mirada lo alejaba.

Louis sabía que estaba jugando con fuego, pero no podía evitarlo. El rubor que se extendía en la adorable cara de Harry cuando se enojaba, hacía que el corazón de Louis se sobreexcitara.

Agosto estaba por terminar cuando Tory regresó al trabajo después de su inesperada neumonía. Harry trabajó junto a ella durante un par de días, antes de regresar a su horario de las tardes para el que fue contratado. El día que Harry dejó de trabajar horas extras fue el día más largo en la vida de Louis, para cuando Harry llegó a las tres de la tarde, Louis sentía que estaba listo para salir de su piel.

—Hey, Harry, —Louis le dijo a Harry saludándolo cuando pasó frente a la puerta abierta de su oficina—. ¿Cómo estás?

Harry le dio una cautelosa mirada.

—Bien.

Él siguió caminando. Louis se puso de pie y lo siguió. 

—Entonces, ¿te agrada que se terminara el tiempo extra?

—Supongo. Aunque el dinero extra era agradable.

Harry seguía dándole la espalda, pero Louis sentía su incomodidad. Suspirando, Louis colocó ambas manos en los hombros de Harry y lo giró. 

—Mira, Harry, lo siento. Has dejado muy claro que no estás interesado en continuar nada entre nosotros. Yo no he respetado exactamente eso, y lo siento. Realmente no quiero empujarme hacia tí.

La tensa expresión de Harry se suavizó en una débil sonrisa. 

—No lo haces. Solo estoy suspicaz y a la defensiva. Siempre lo he estado.

Louis dejó que su boca se curvara en una sonrisa que siempre lograba que las mejillas de Harry se volvieran rosas mejor que la ira.

—Hey, no tienes que disculparte por ser quien eres. Personalmente, eso me gusta. Eres sexy cuando te enojas.

«Y aquí vamos», Louis pensó cuando Harry entrecerró los ojos con indignación. Harry se acercó a mirar a Louis. 

—No me estoy disculpando. Y yo no —él tocó el pecho de Louis con un dedo—, soy sexy. —Se giró, puso su mano en la puerta de la cocina, entonces se detuvo y se giró de nuevo de cara a Louis, sus ojos verdes saltaban—. Cuando estoy enojado. No soy sexy cuando estoy enojado. —Girando de nuevo, empujó la puerta de la cocina y la atravesó.

Louis esperó, sonriendo. Un segundo después, Harry atravesaba la puerta de nuevo temblando de furia. 

—No, ¿sabes qué? Te diré esto. Soy sexy cuando estoy enojado. ¡Soy sexy todo el jodido tiempo!

Louis medio esperaba que dijera 'para que veas' y le sacara la lengua, pero él no lo hizo. En su lugar pateó la puerta tan duro que golpeó contra la pared de la cocina con un fuerte 'bang', entonces salió su fuerte temperamento.

En el segundo que Harry estaba fuera de la vista, Louis se apoyó en la pared y trató de calmar su acelerado pulso. Parte de él se sentía horriblemente culpable de incitar a Harry de esa forma. Al resto de él le gustaban los resultados mucho más. Y de cualquier manera, ¿qué infiernos estaba mal con él? Sentía la irresistible urgencia de causarle problemas cada vez que Harry parecía suavizarse con él.

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