Capítulo 9

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—Lo siento, señor, —dijo una suave voz de jovencito al otro lado del teléfono—. Pero el señor Styles se encuentra en una junta y no puede ser molestado.

«Gran jodida sorpresa.» Si pudiera creerse a toda la gente con la que había hablado en Rosewood, Harry estaría en juntas todo el maldito tiempo.

Louis no creía eso. Él sabía que Harry lo estaba evitando.

Él se limpió la garganta.

—¿Podría decirle que me llame.

—Claro señor. ¿Y usted es...?

—Louis Tomlinson. Dígale que me llame a mi celular, el tiene el número.

—Muy bien, señor, me aseguraré de darle el mensaje. ¿Puedo ayudarlo en algo más?

Louis prácticamente podría oír la burla en la zalamera voz del bastardo. Frunció el ceño.

—No, solo... asegúrate de que me llame. Dile que es importante. Gracias.

Dejó el teléfono en su base y hundió la cabeza entre sus manos. Harry no devolvía sus llamadas. Él había estado tratando de localizar al hombre durante tres días. Al teléfono móbil, al teléfono de la oficina, incluso en el teléfono de información general de Rosewood. Dejó docenas de mensajes en el correo de voz y docenas más con varios subalternos. Sin suerte. Harry no le hablaba.

Levantando la cabeza, Louis vio el reloj en la pared de su oficina. Seis y media. Solo una hora antes de la reunión con Greta, Andy y Rollin. Maldijo por lo bajo. No había tiempo para tratar de llamarle de nuevo.

Para ser honesto, no estaba seguro de por qué trataba de advertirle a Harry acerca del plan de encadenarse en el Midnight Rose esa noche. No le debía a Harry nada. De una manera, a él le podría servir el pequeño terror de ser tomado por sorpresa, después de las cosas de las que acusó a Louis la noche del lunes.

«Sí, porque tú para nada dijiste algo feo y horrible. ¿No es así? No le llamaste puto entre otras cosas

Louis dejó salir una suave risa.

—Totalmente culpable.

De hecho, —culpable— era la subestimación del siglo. Le había llevado dos días enteros antes de que su ira disminuyera, pero una vez que lo hizo, se sintió abrumado con algo cercano a los remordimientos. Había estado tratando de disculparse desde entonces. Esta mañana se dio cuenta de que Harry sabía que estaban planeando hacer una protesta, pero no tenía idea de que ellos habían establecido el plan al fin, y que ese plan era tomar el lugar la noche de la gran inauguración de Midnight Rose. Louis había agregado, 'advertirle a Harry' dentro de su lista mental de cosas que necesitaba decirle si al menos lograba localizar al hombre, empezó a marcar de nuevo cuando surgió un renovado propósito.

Él había llamado veinte veces desde las nueve de la mañana sin mejores resultados de los que había tenido en los dos días anteriores. El pensamiento de enfrentar a Harry en el club le hacía preguntarse si debería quedarse en su casa y darles plantón al resto del grupo. Odiaba hacer eso, porque el asunto Rosewood era uno con los que él se sentía más apasionado, pero si se quedaba fuera quizás Harry podría reconocer que Louis se había sacrificado por él y regresaría.

Su teléfono móbil sonó mientras él seguía reflexionando en su dilema. Sacó el teléfono del bolsillo de sus pantalones, revisó la pantalla y casi le da un ataque cardiaco cuando vio el número de la oficina de Harry.

Aceptó la llamada y se llevó el móbil a su oreja.

—¿Harry?

—Sí. Um. Hola.

La Cebolla FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora